Cayo Guillermo, el paraíso que enamoró a Hemingway

Caterina Devesa A CORUÑA / LA VOZ

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La joya oculta de la perla del Caribe. En el archipiélago de Jardines de Rey, en Cuba, se ubica este destino idílico que acaba de estrenar un hotel de lujo con cabañas sobre el mar al más puro estilo Maldivas. ¿Te vienes?

07 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando uno piensa en Cuba inmediatamente le viene a la cabeza el son de las calles de la Habana vieja, el imponente Capitolio o las playas de Varadero, pero el país guarda sorpresas. En los últimos años los viajes combinados con estancias en algunos de sus cayos (pequeñas islas), como el de Santa María —en el centro del país y a solo una hora de Santa Clara, la ciudad en la que está enterrado el Che Guevara— se han popularizado, pero no todos son igual de conocidos y algunos permanecen casi vírgenes.

Es el caso de Cayo Guillermo, ubicado en la provincia de Ciego de Ávila, en el nordeste de la perla del Caribe. Forma parte del conjunto denominado Jardines del Rey, en el que también se ubica el popular Cayo Coco, con el que está conectado desde la década de los noventa por un puente que rinde homenaje a Ernest Hemingway. Muchos visitantes no saben que, más allá de la belleza del paraje, pisan un terreno lleno de literatura, nostalgia y pasión. Las excursiones por la isla suelen incluir paradas en los puntos donde el escritor norteamericano pescaba o contemplaba el horizonte. El también periodista no solo fue un visitante ilustre de Cuba, fue parte de su alma durante más de veinte años. Aunque su residencia principal fue Finca Vigía, en las afueras de La Habana, Hemingway exploró la costa norte del país buscando tranquilidad, buena pesca y escenarios que inspiraran su narrativa. Así fue como descubrió Cayo Guillermo, que le cautivó por su naturaleza intacta y su calma.

Con una extensión de 13 kilómetros cuadrados y rodeado por un mar de un color azul turquesa que te dejará sin habla, esta pequeña isla sobresale por su vegetación natural y una flora y fauna bien conservadas gracias al respeto de las instalaciones hoteleras con el medio ambiente. «Ved qué verde y prometedor es», escribió sobre él Hemingway en su libro Las islas en el Golfo. En esta obra también señala que Guillermo cuenta «con un mar tan claro que parecía un cristal sin fondo».

Alma salvaje

La última joya por descubrir de este enclave es el recién reinaugurado Hotel Playa Luxury Cayo Guillermo, de la cadena cubana Gaviota, un resort que ha elevado la experiencia de hospedaje en Cuba a otro nivel sin perder la esencia del país del eterno verano. Por sus lujosas instalaciones, su privacidad y la belleza de su entorno podría ser el escenario de una nueva temporada de The White Lotus, pero con cero drama, mucha diversión y con el lema de puro relax por bandera. El alojamiento dispone de acceso directo a uno de los arenales que figura siempre en los primeros puestos de los ránkings de los mejores del mundo, playa Pilar que, por cierto, también debe su nombre a Hemingway. El yate con el que el escritor navegó durante años por las costas caribeñas se llamaba como la virgen patrona de Zaragoza. El periodista lo bautizó así por ser el apodo de su segunda mujer, Pauline Pfeiffer.

En Guillermo, donde te costará estar sin gafas de sol por la claridad de su arena y su agua, no solo podrás broncearte o refrescarte en el mar, sino disfrutar de una amplia oferta de ocio y gastronomía en puntos como el snack bar del resort, el Florida que, por si no te habías dado cuenta, también tiene conexión con el periodista. Su nombre es un guiño al Floridita, el bar de La Habana que se hizo mundialmente famoso gracias a Hemingway, que era un fiel cliente de la cuna del daiquiri. «Mi mojito en La Bodeguita, mi daiquiri en El Floridita», decía el escritor. Por supuesto, estas clásicas bebidas cubanas no faltan en el cayo. Además, el complejo hotelero rinde también tributo al que fue Nobel de Literatura en 1954 con el restaurante Bahía Hemingway. El resort dispone de otros especializados para que los clientes puedan elegir entre propuestas gastronómicas internacionales y platos típicos del país.

Ya con el estómago lleno te divertirás haciendo esnórquel en los arrecifes de coral bien conservados del cayo, descansando en la tumbona o dándote un masaje en el spa del hotel. Y si quieres ponerte más guapo o guapa para una cena a la luz de la luna, hay servicio de peluquería. Por la noche, no falta la música en vivo de la mano de solistas o grupos locales. Por supuesto, la fiesta sigue en la discoteca en la que podrás bailar desde salsa hasta reparto, el género urbano de Cuba del que seguro aprenderás unos pasos gracias al servicio de animación. Y para dormir, la mejor opción es una de sus cabañas sobre el mar, las primeras en el Caribe. ¿Adivinas el nombre de la suite presidencial? Sí, Hemingway. Además, el resort dispone de otro tipo de habitaciones, todas son de la caludad de junior suites con el máximo confort.

Cayo Guillermo es un campo de juego infinito en el que los más aventureros tienen cientos de opciones: kitesurf en aguas tranquilas, senderismo por su reserva natural en la que podrás ver flamencos rosados o paseos en catamarán hasta Cayo Media Luna, un pequeño y virgen islote a unos dos kilómetros mar adentro desde playa Pilar.

A pesar de los resorts, todo el archipiélago de Jardines del Rey conserva su alma salvaje intacta gracias a las estrictas regulaciones que limitan el número de construcciones hoteleras y promueven la conservación del medio ambiente. Este perfecto equilibrio es la clave del atractivo de un lugar en el que podrás no solo descansar, sino reconectar con la naturaleza. Esa pureza fue la que conquistó a Hemingway hace más de medio siglo y la que sigue enamorando a todos los que visitan este paraíso del Caribe.

Cómo llegar

Lo mejor es coger un vuelo desde Madrid a Santa Clara (disponible de junio a septiembre). Luego podrás trasladarte en coche o autobús hasta Cayo Guillermo, unas cuatro horas. Otra opción es aterrizar en La Habana, con conexiones directas todo el año desde Barajas, y desde donde el viaje a Guillermo durará algo más, unas 7 horas. Aunque sea una distancia larga es mucho menor que la que se debe recorrer para ir a uno de los destinos de cabañas sobre el mar más conocidos, ya que llegar hasta las Maldivas son entre 14 y 18 horas solo de avión. Es preciso volar de Madrid a alguna ciudad de Oriente Medio o a otra capital europea para poder aterrizar en Malé, donde hay que coger otro traslado hasta las water villa.

Cayo Guillermo no es un simple destino turístico, es un refugio donde las palabras de Hemingway parecen aún flotar en cada esquina con la brisa marina y donde cada amanecer trae la promesa de una jornada de ensueño. En su corazón, el Hotel Playa Luxury, con sus exclusivas villas sobre el agua, con piscina privada y acceso directo al mar, se erige no solo como un símbolo de confort y del lujo, sino como un puente entre el pasado y el presente, entre literatura y paisaje, entre Cuba y el resto del mundo. «En Guillermo. Allí estaría yo», dijo en una ocasión Hemingway. Una frase que repetirás si visitas este enclave imposible de olvidar.