Socorro ha dado un giro a su vida: «He sido directiva de multinacionales y decidí opositar a los 60 años»

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Sufrió el edadismo y decidió optar a una plaza de funcionaria: «Con orgullo puedo decir que tengo muchos logros, campañas icónicas de este país. Pero en márketing, los mayores de 50 no tenemos cabida». Ahora dedica entre cinco y seis horas de estudio: « Voy a por todas»

27 jul 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Son muchas las personas que en estos momentos están estudiando como si no hubiera un mañana para lograr una ansiada plaza de funcionario. ¡Qué digo muchos, muchísimos! Pero no son tantos los que lo hacen tras cumplir 60 años, como Socorro. Ella decidió embarcarse en esta aventura de opositar cuando ya tenía 59 y ahí sigue, ahora que acaba de estrenar la década de los sesenta. «Llevo preparando las oposiciones desde febrero. Siempre he sido una mujer que he trabajado toda mi vida. He sido directiva de multinacionales, directora de márketing, he viajado por todo el mundo, he tenido responsabilidades con equipos a mi cargo y no estaba preparada para el edadismo ni muchísimo menos, porque me digo a mí misma que esto no puede ser. Por eso decidí opositar», cuenta sobre las razones que la llevaron a tomar esta decisión. «Primero me tuve que enfrentar a la discriminación de género, porque era de las pocas mujeres que formaba parte de los comités de dirección. Eran todos hombres. Y cuando me ha tocado el edadismo, me he vuelto a sorprender, porque no entiendo que esto pueda ser así. Aparte de las responsabilidades económicas y familiares que todavía se tienen con 60 años. Yo tengo tres hijas y la pequeña todavía está en la universidad. Tengo todavía sueños que cumplir como viajar, cambiar de casa, etcétera. Entonces pienso: “¿Cómo es posible que se considere que la edad sea un lastre, a pesar de tener experiencia y conocimientos, en lugar de una ventaja?”. Esto no me entra en la cabeza», dice. Pero así fue, porque con 51 años sufrió un reajuste en su empresa y se quedó completamente fuera de órbita del mercado laboral.

Sin trabajo a los 51

«Con 51 años me separan de mi trayectoria profesional. Y lo intento por todos los medios, a nivel consultoría, intentándolo de nuevo en mi sector, que siempre ha sido el márketing, pero no lo consigo. Y la excusa siempre es la misma. Con más de 50 años en márketing, pues ya no hay hueco», explica esta mujer, que ha llegado donde estaba por méritos propios: «Siempre lo he tenido que pelear y demostrar que las mujeres estamos muy capacitadas, tanto o más que los hombres. Pero me tocó una reestructuración de la empresa, y las personas mayores somos los primeros en la lista». Y todo lo que Socorro consiguió durante su trayectoria cayó en el olvido: «Con orgullo puedo decir que tengo muchos logros, muchas campañas icónicas de este país que he desarrollado con mis equipos. Es decir, no he sido una persona que haya pasado desapercibida profesionalmente, sino que he tenido muchos logros profesionales y muy celebrados. Pero en márketing, los mayores de 50 no estamos, no tenemos cabida. Y me cansé de enviar currículos y de intentarlo. Llegó un momento en que ya estaba agotada y me dije a mí misma que mi capacidad intelectual y mi motivación personal no desaparecían con los años. Al contrario, se fortalecieron».

Por eso decidió opositar. «Si oposito estoy escondida tras mis conocimientos, no tras mi edad. Y tomé la decisión. Con mucha pereza, es verdad, porque supone retomar hábitos que había dejado atrás hace mucho tiempo. Yo era una ejecutora, no una estudiante. Y, de repente, tuve que cambiar el chip y volver a estudiar y es lo que estoy haciendo en los últimos meses», dice mientras desvela que está estudiando para conseguir una plaza en el cuerpo de gestión de la Administración civil del Estado. «Le estoy dedicando una media de entre cinco y seis horas diarias. Todo el mundo dice que lo normal es un par de años para preparar unas oposiciones. Pero ya veremos. Le estoy poniendo muchísimo empeño y muchísima ilusión. Y voy a intentarlo en esta primera convocatoria. Ojalá me salga bien, porque lo deseo muchísimo. Pero también sé que el tiempo juega en mi contra. Se estima que la convocatoria será a final de año. Voy a por todas. Voy a aprobarlas desde el día a uno. No me he planteado en ningún momento ir solo a probar, a ver qué tal. No, tengo diez meses y se los voy a dedicar», indica.

En el mejor de los casos, si Socorro aprobase esta convocatoria y obtuviese esa plaza tan deseada, solo podría seguir trabajando unos 7 años más antes de jubilarse, pero a ella el hecho de que sea poco tiempo no le supone ningún tipo de presión añadida. «Todos nos merecemos disfrutar también de nuestra vida. Y el trabajo es un área fantástica, pero hay otras áreas maravillosas. Nos complementa a nivel intelectual, social y económico, pero no soy de esas personas que estaría trabajando hasta los 75 ni muchísimo menos. Yo tengo familia y amigos con los que me gustaría disfrutar. Pero también considero que con 60 años todavía tengo mucho que ofrecer. Sobre todo, porque todavía no cumplo con las condiciones para jubilarme», aclara.

En cuanto al hecho de cómo recibió su círculo de familiares y amigos la noticia, Socorro dice que casi todo el mundo le decía: «¡Qué pereza!». «Me preguntaban si iba a tener voluntad para hacerlo, o cómo me lo planteaba ahora después de tantos años. Pero mis hijas, sin embargo, que tienen mucho más reciente todo el tema del máster y de los estudios, se sienten muy orgullosas. Me dicen: ‘¡Qué bien, mamá! Fenomenal. Te va a venir estupendo y hará que te pongas al día’. Porque ahora estoy estudiando mucho derecho administrativo, un área que no dominaba en absoluto. Yo era mucho más de económicas. Entonces me decían que iba a aprender cosas nuevas. Así que muy bien. La acogida ha sido estupenda por parte de todos», comenta.

Pero Socorro no se está preparando sola, sino que lo hace gracias a la ayuda de Supera Oposiciones, una academia que la está ayudando en todo el proceso: «Te adentras en un territorio que no es familiar y lo que quieres es tener éxito con el mayor número de probabilidades posible, entonces decidí buscar ayuda profesional. Me estuve informando sobre varios tipos de academia y esta me ofrecía la combinación de asesoramiento, información y tiempo, que era lo que yo necesitaba».

«Un ‘coach’ para estudiar»

«Yo ahora tengo una coach, que me hace un seguimiento periódico, cada 10 días, y me va indicando el temario y el tiempo que debo dedicarle. Me abre las puertas también para hacer ejercicios prácticos y así estar bien entrenada. También me indica lo que es más prioritario y cuáles son los temas en los que más tengo que incidir. Y hacemos una primera vuelta y luego, una segunda vuelta, porque me es imposible memorizar todo estudiándolo solo una vez. Aparte de que te dan mucho material, soporte online con una plataforma donde puedes hacer muchos test, ver clases, tener acceso a profesores que son funcionarios... la verdad es que me siento muy cómoda y muy acompañada», explica.

Su método consiste en dedicarle mucho tiempo a la organización del temario: «Me lo estructuro con la ayuda de mi coach y voy tachando lo que voy superando. Luego, un día a la semana, hago un repaso de todo lo que he estudiado para que se vaya manteniendo fresco. Y cada mes hago un repaso general de todo lo que llevo estudiado. Y también, siempre que termino un temario, hago exámenes de ese temario para ver más o menos el nivel de anclaje que tengo de los conceptos. Y al cabo de un tiempo, 15 días o así, vuelvo a hacer otra vez test para ver cuánto he retenido y cuánto he olvidado. Y así voy viendo qué temarios los llevo mejor y cuáles voy a necesitar profundizar más». Casi nada, aunque reconoce que los bajones y las ganas de tirar la toalla son habituales. «Sí, los tengo bastante a menudo. Según voy avanzando y los temas se acumulan y hay cosas que vas dejando atrás y se te van olvidando... O que, de repente, piensas que aún te queda muchísimo y que tu cabeza no da para tanto... Pero luego me digo que si ha habido tantas personas que han sido capaces de hacerlo, yo también. Y así voy adelante». Claro que sí, Socorro. Para atrás ni para coger impulso. ¡Mucho ánimo!