
Son arenales kilométricos o tienen el tamaño justo para que estires la toalla sin que nadie se te pegue al lado. Entre dunas o acantilados, Galicia tiene tesoros paradisíacos para disfrutar este verano
18 ago 2025 . Actualizado a las 13:30 h.Mientras las playas de Levante están abarrotadísimas, o en las Baleares no cabe un alfiler, Galicia aún mantiene arenales en los que uno puede llegar y tumbarse en la arena sin el agobio de no poder poner la sombrilla. Algunas calas son poco conocidas o tienen el espacio justo y necesario para que el que primero llegue se haga con el hueco, pero también hay kilómetros y kilómetros de playa que recorrer en algunos de nuestros tesoros naturales. Más vírgenes, salvajes y abiertas al océano, las playas de A Costa da Morte suelen ser menos frecuentadas, como también las de las Rías Altas gallegas que miran al Cantábrico. De norte a sur, en Galicia aún hay joyas en las que aún puedes perderte entre dunas o pequeños islotes de arena este verano.
PLAYA DE RAZO (CARBALLO)

Es una muy buena opción para ir a primera hora o a última del día para darte un largo paseo. Pero también para esconderte en alguna de las dunas del espacio protegido Razo-Baldaio. Tienes 1.300 metros para recorrer mientras disfrutas de las olas, porque aquí el océano pega duro, como saben bien los surfistas que acuden a diario. Es un tesoro natural en el que la brisa se hace notar.
PLAYA DE CARNOTA (CARNOTA)

Es la más larga de Galicia (siete kilómetros) pero también de las más anchas (90 metros) y ha sido reconocida por «The Guardian», que la incluyó en el 2022 en su selección de las mejores playas de Europa. Su atractivo turístico no deja de crecer y a su alrededor tienes donde dormir, (¡hasta en cabañas!), comer genial y disfrutar de unas maravillosas puestas de sol. Pero lo mejor de Carnota es, sin duda, que aquí te pierdes y no te encuentra nadie, salvo que vayas a la zona de Boca do Río, en la que se forman piscinas naturales, ideales para los niños.
PLAYA COUSO, AGUIÑO (RIBEIRA)

Aquí estarás sola si justo coges ese rinconcito que se forma entre las enormes piedras, que crean calitas dentro de esta playa situada al sur de Ribeira. Son miniarenales que generan un espacio aislado para que disfrutes de un entorno de ría. No hay oleaje y la arena es finísima y blanca, pero no es muy ancha. No dispone de paseo marítimo, pero puedes llegar con el coche a la zona del polígono industrial de Couso. Como no cuenta con servicios, no suele estar muy frecuentada.
PLAYA DE CORRUBEDO (RIBEIRA)

Este parque natural está formado por varias playas (A Ladeira, O Vilar, Anguieiro y A Lagoa) que juntas suman cinco kilómetros, de tal manera que en cualquiera de ellas podrás desconectar sin agobios. Hoy está prohibido pisar las dunas, de modo que tienes que encaminarte por senderos y pasarelas en un recorrido que te transporta a un paisaje que no encontrarás en ningún otro lugar: dunas elevadas y el océano abierto frente a ti. Tienes aparcamiento, pero es mejor que te lleves lo necesario para pasar un día de excursión inolvidable.
PLAYA DE TRABA (LAXE)

Esta joya natural de la Costa da Morte mide más de dos kilómetros y medio de largo y tiene una anchura de 45 metros. Rodeada de dunas, está abierta al fuerte Atlántico, así que aquí puedes caminar o estirar la toalla sin pisar al de al lado. Tienes espacio para esparcirte y pasar el día. Es venteada, pero entre las dunas encuentras zonas abrigadas; además, es perfecta para hacer surf y la ruta costera del Camiño dos Faros la conecta con otras zonas de Soesto con unas vistas espectaculares.
PLAYA DE AGUIEIRA (PORTO DO SON)

Justo donde desembocan los ríos Cans y Quintáns se crea una zona entre mareas de aguas poco profundas, que es una especie de refugio perfecto, aunque debes tener cuidado con los pies para no resbalar. Es mejor que vayas con escarpines. Como hay dunas, puedes distanciarte de la gente que suele visitar este arenal, que cuenta, además, con un islote conectado a la costa por un puente. Si la marea lo permite, se puede acceder andando en lo que es otro paraje espectacular. No te voy a engañar, en agosto evitaría los fines de semana, pero a diario es maravilloso.
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PLAYA DE SAN BARTOLO (BARREIROS)

Rodeada de acantilados, es la viva estampa de las Rías Altas gallegas. Tienes que acceder por unas escaleras que te llevan por senderos, pero merece la pena, si quieres pasar un día en una de las privilegiadas playas del Cantábrico. Es de arena finísima y está recogida, pero, ojo, hay que controlar la pleamar, que aquí sube mucho. Es un rincón poco masificado, si quieres escaparte del mogollón del verano, aunque los surfistas la conocen bien porque suele haber oleaje.