Mayenne, esa Francia de encanto con mucho aún por descubrir

YES

REGIÓN DE PAÍS DE LOIRA | En el Loira Atlántico hay mucho más que castillos de cuento. Al norte de la región, la provincia de Mayenne sorprende con su oferta de turismo reposado para disfrutar de gastronomía, paisaje, naturaleza, historia y arte

09 sep 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Francia no es el primer país receptor de turismo del mundo por casualidad. Cualquiera que haya visitado alguna de sus principales atractivos, o incluso sin haberlo hecho, conoce esas ciudades o monumentos que congregan multitudes durante todo el año. Pero el país es mucho más que unos Campos Elíseos o un monte Saint-Michel, por citar dos de sus incontables joyas, y justamente alguna de sus regiones es el contrapunto perfecto al bullicio de visitantes a precios demasiado elevados. 

La provincia de Mayenne, situada al norte del Loira Atlántico, es la candidata perfecta para una escapada tranquila y sorprendente, porque, pese a que forma parte de la región mundialmente célebre por sus castillos (y los hay también, por supuesto), la oferta turística va mucho más allá. Con el aliciente de ser un territorio aún poco conocido fuera de esa área en los circuitos de viajes, y que se caracteriza por una campiña muy apacible salpicada de pueblos con interés. Con carácter, que así los etiquetan. Un destino ideal para el slow turismo, esa tendencia en alza que encuentra aquí su mejor expresión gracias al concepto slowlydays, que combina alojamiento con encanto, buena gastronomía, actividades relajadas en la naturaleza y la artesanía. Por ir abriendo boca.

SANTI GARRIDO

Mayenne es departamento (provincia), pero también ciudad y municipio, y es el río que le da nombre, su columna vertebral, y por el que además se puede navegar de manera autónoma en un tramo no precisamente pequeño y con la emoción de salvar esclusas. Un manejo sencillo, al alcance de cualquiera, entre paisajes verdes abrumadores y precios bajos para tomar el timón de un barco eléctrico desde la base fluvial de Laval.

Porque, en efecto, Laval es una de las ciudades en la que necesariamente ha de hacerse parada en el periplo por Mayenne. Y para llegar a esta zona, una buena opción, si se viaja en avión, es volar hasta el aeropuerto de Nantes y desde ahí coger un coche. Si en verano dominan los colores agrarios de grandes campos cultivados, llegado el otoño es el momento del ocre en su abundante arboleda.  

SANTI GARRIDO

SIDRA

Laval es una Ciudad de Arte e Historia (así se categoriza), con mil años de pasado contado. El castillo y el río Mayenne (y sus puentes) son su ADN. Y la Grand Rue, ese antiguo camino que llevaba a la Bretaña, región vecina que no queda lejos (ni tampoco Normandía). El Museo de Arte Naïf y Artes Singulares acoge obras de gran relevancia, buen lugar para adentrarse en la historia de ese movimiento artístico tan peculiar. El ambiente invita a caminar y relajarse, sin agobios, sobre todo si hace buen tiempo. Las opciones gastronómicas son numerosas.

SANTI GARRIDO

El río Mayenne conecta Laval con la ciudad de Mayenne. Sí, los nombres se repiten con frecuencia, así son las cosas. La visita a este enclave ha de empezar por el castillo, bien musealizado, con restos de sus primeros cimientos y paneles que recorren un milenio de sus varias vidas. La gran basílica de los Milagros, en pleno trayecto por su casco antiguo, es una de las paradas que hay que marcar en la agenda.

El pueblo de Sainte-Suzanne también lo es, pequeño y medieval catalogado como uno de los más bonitos de Francia, que se alza sobre una montaña y es difícil decidir qué vistas son mejores, si las del enclave, obviamente desde su castillo milenario (por aquí anduvo Guillermo el Conquistador), o su contemplación desde lejos (valen las dos). Alrededor, el valle del Erve, el bosque de Charnie o las colinas de los Coëvrons. Como dulce recomendación en el paseo entre sus callejuelas, la chocolatería BIM, un obrador y casi museo de cacao (se aprende todo el proceso de producción) que impulsa con mucho entusiasmo Charline Gledel.

SANTI GARRIDO

Esa misma pasión tiene a familia que está al frente del museo de la sidra (Domaine de la Duretiére), en Melleray-la-Vallée. Rodeada de manzanos, perales y de campos agrícolas, además de degustar sus productos en unas salas muy cuidadas y didácticas, también se aprende todo el proceso de elaboración de la sidra y sus derivados, con elementos antiguos de destilación y otros que ayudaron a crear un dominio que se perpetúa con las generaciones desde 1880, en 17 hectáreas. Por cierto, solo cosechan la fruta cuando cae del árbol.

Muy cerca está Lassay-les-Châteaux, naturalmente con su castillo (privado). Un lugar que, pese a no aparecer como de los más destacados de la zona (la competencia de la calidad es muy alta), merece la visita sin ninguna duda, aunque solo sea por caminar entre sus jardines, en el estanque, la escultura dedicada a las lavanderas y, sobre todo, detenerse en las tiendas de los artesanos.

Dependiendo del tiempo que se disponga en la visita, existen pequeñas localidades de parada rápida y experiencia satisfactoria, como Saint-Pierre-sur-Eve, con sus llamativas y permanentes esculturas, o Saulges, con su muy singular iglesia. Ya en esta zona, las grutas de Saulges encantarán a quienes disfruten de la espeleología y, sobre todo, de la arqueología, pues no solo se pueden visitar cuevas, sino admirar dólmenes y otros restos megalíticos. Aunque haga calor, hay que llevar ropa de abrigo y calzado adecuado si se realiza el recorrido interior.

SANTI GARRIDO

La sensación que queda, tras pasar por estos lugares, es la de una agradecida experiencia por haber descubierto una provincia de extraordinarios atractivos que, por fortuna, de momento están fuera de la masificación. De hallar monumentos y espacios de gran belleza, con trato singularizado hacia el visitante y dimensión humana, no de producto. Sin prisas, con sitios de sobra para comer o tomar algo. Con mucho arte, mucha historia y excelentes alimentos para el buen paladar. En www.enpaysdelaloire.com y en www.mayenne-tourisme.com es posible indagar más en lo que da de sí este sorprendente departamento francés.