La casa gallega donde se rodó el emocionante anuncio de Maruxa: «El director dijo que era pura inspiración»

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La cocina y la galería de la bióloga y escritora Mónica Fernández-Aceytuno son los lugares favoritos de su casa, y también del equipo de rodaje responsable del último «spot» estrella de Movistar
20 oct 2025 . Actualizado a las 11:31 h.Ese «mamá xa chegamos, estamos ben» es el mensaje de voz que mantiene en vela a Maruxa, la protagonista del cinematográfico anuncio de Movistar, Es por Maruxa. Es por todos, grabado en gallego y castellano en una casa de la aldea de Carraceda, en Oza-Cesuras. Dos frases que condensan el universo de tantas madres, preocupadas por la partida de un hijo y pendientes de la llamada que les garantice que han llegado a su destino. La actriz que pone rostro a esta madre y abuela es una cara conocida y querida por los espectadores, especialmente, por los gallegos, Covadonga Berdiñas. La música que suena es el tema Hoxe, mañá e sempre, de Tanxugueiras. Y el set que hizo posible el emotivo anuncio es tan real como que lleva 30 años siendo habitado por la escritora y divulgadora Mónica Fernández-Aceytuno.

UN FLECHAZO
Lo que sintieron los productores cuando vieron las fotografías de la casa fue un flechazo. «Sobre todo, por la cocina. El director, Oriol Villar, dijo que esta casa es una inspiración», dice Fernández-Aceytuno. Sobre cómo el hogar que diseñó a su medida es hoy visto en las pantallas por miles de personas, la autora lo resume con tres palabras: «Una gran casualidad». «Era un día de verano, de finales de agosto. Estaba dándole la comida a mi nieta, la casa estaba muy desordenada porque se iban, cuando llegó un localizador, la persona que se encarga de buscar los escenarios de las películas. Él estaba buscando por la zona una casa para un catálogo de moda y para una serie. Entonces, me pidió permiso para hacer unas fotos», recuerda Mónica, muy querida entre sus vecinos por su labor como activista medioambiental en la defensa de la protección del monte do Gato, en Oza, y donde se intentaron instalar varios eólicos.
«La protección de este monte, cabecera de la cuenca hidrográfica de la comarca de Betanzos, es igual a la que tiene el monte del Pardo de Madrid, que gestiona Patrimonio Natural. Siempre va a estar catalogado», recuerda Fernández-Aceytuno.
ESCRIBE UN DICCIONARIO
Desde Oza también se ha hecho popular con su colección del Diccionario Aceytuno, donde recopila las palabras de la naturaleza, un trabajo por el que acaba de ser reconocida por la Fundación BBVA con su Premio de Conservación de la Biodiversidad, que recibieron entre otros el Instituto Jane Goodall.
Con el anuncio grabado íntegramente por Movistar en su casa, la marca de telecomunicaciones quiere trasladar la idea de que refuerza su compromiso por garantizar una red segura y fiable fuera de los entornos urbanos.
«Yo creo que querían transmitir una vida normal, la vida de cualquier persona que vive en una aldea y que, en este caso, en el anuncio, se dedica a escribir. Para mí, que vengan y se fijen en estos paisajes, es una reivindicación de que en las aldeas también hay cultura, a veces mucho más que en las ciudades», sostiene.

Oza, a unos 30 minutos de A Coruña en coche, fue el municipio que abanderó junto a Cesuras la política de la fusión de municipios por parte del Gobierno autonómico. Una unión efectuada en el 2013 que, hasta ahora, solo ha llegado a otras dos localidades de la provincia de Pontevedra.
«Oza es un lugar donde se entienden perfectamente el paisaje, la madera y los ríos, y eso también es cultura. Aquí vivieron artistas como María Antonia Dans o el arquitecto Rafael González Villar, autor del sanatorio de Oza, además de un grupo de poetas que podríamos encuadrar en el krausismo. Pero también hay una profunda tradición en los oficios. Los carpinteros Boado, que hicieron nuestra galería, que se ve en el anuncio tal y como es, son unos maestros artesanos. Lo mismo, los cocineros que preparan los callos en El Moderno. Todavía queda mucho por andar en ese sentido», defiende.
«Creo que en el campo tenemos que reivindicar eso, reivindicar los quesos de mi vecina Manuela, con premios. Cuando el equipo de grabación lo probó, no quiso saber de otro para el anuncio», explica Mónica.
UNA CASA CON HISTORIA
Su casa es el logo de su colección de diccionarios. Activa en redes sociales, donde cada día comparte en su cuenta @aceytunos una palabra de la naturaleza, todavía recuerda emocionada los días de la grabación. «Fueron tres días y tres noches, porque se grabó también de noche. Una grúa se encargó de hacer la luz de la Luna. Impresiona, de pronto, ver tu casa rodeada de cinco tráilers y de un equipo de 50 personas. Y escuchar de noche, desde el dormitorio, como dicen: “Silencio, acción”. Aunque es solo un anuncio de dos minutos, la producción es equiparable a la de una película», destaca.
«Todo lo que vivimos fue de cine. Y creo que así lo sintieron también los vecinos, que se implicaron desde el primer momento y no les importó que para una escena hubiese que desviar el tráfico. Necesitaban silencio y por aquí pasan muchos tractores», explica.

El rodaje se centró en su cocina, donde sustituyeron la vitrocerámica por una de gas, y en la galería, donde Mónica se sienta todas las mañanas a escribir volcada con su reto: que nada de lo que la rodea, ni planta, animal, objeto u acción quede sin nombre. «Valoras más las cosas cuando tienen un nombre», defiende.
Desde el equipo de rodaje de Movistar explican así por qué se decantaron por esta localización: «Buscamos una localización que representara la Galicia rural, pero que a la vez nos ayudara a construir el personaje principal y a darle un contexto más allá de los tópicos. Curiosamente, la propietaria real de la casa era una persona que encajaba muy bien con la definición que habíamos escrito del personaje y de su vida. Y eso nos hizo verlo claro desde un inicio. Se trata de una casa de una planta rodeada de un gran jardín y con un apartamento aparte para invitados que nos ayudó a nivel de organización del rodaje, que duró dos días y transcurrió mayoritariamente de noche. Varios de los espacios de la casa conectan precisamente el interior con el exterior y eso nos permitía mostrar el paso de las horas y el entorno, que es importante para la narrativa de la pieza. Aunque intervinimos bastante a nivel de arte, la propia arquitectura de la casa tenía elementos muy interesantes a nivel cinematográfico que aprovechamos durante el rodaje. Es una casa real, con una estética que nos encajaba muy bien en la historia y que nos permitía enseñar la realidad, pero sin recurrir a lugares comunes».
La suya, dice, no es una casa perfecta, impoluta, de revista, pero sí es «una casa vivida». «Creo que eso es lo que buscaban, una casa que fuera hogar. Las viviendas hay que vivirlas. Y justo la cocina y la galería son las partes más vividas de mi casa. Están hechas con materiales vivos, como la madera de las galerías o las ventanas», apunta la también bióloga, que fue Premio Nacional de Medio Ambiente en el 2003.

SU ÚLTIMO LIBRO
«Me gustan las casas vividas y con una historia», remarca. Además de indagar en los orígenes de las palabras y recuperar términos en peligro de desaparecer, este año ha publicado el ensayo Mañana es tarde, donde reflexiona sobre su pasión, la sostenibilidad.
«Como vecina de Oza, persona que escribe y abuela, me he identificado mucho con el personaje del anuncio. «Tú vives en una aldea tranquila y, de repente, aparece el director con un equipo de personas que empiezan a hacer fotos. Claro que impresiona», confiesa con una sonrisa. De esos días de película quedan hoy el recuerdo y las imágenes del anuncio que apela a la conservación de un universo por el que luchar.