La emigración de la comarca de O Baixo Miño en América facilitó el envío de grandes sumas de dinero; la afincada en Nueva York se alió con los capos del Miño para recibir caballo y competir con la mafia italiana
Una organización con jefes de plaza en cada ayuntamiento de la comarca asociados con portugueses se cimentó con el contrabando de chatarra y café para, décadas después, traficar desde el anonimato
«En la zona frecuentada por ese grupo de cigüeñas existen al menos diez apoyos eléctricos sin aislar, con mayor o menor riesgo para las aves», indica el naturalista Manu Sobrino