Jueves, 20 de Noviembre 2025
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De las peores cosas que le pueden pasar a alguien en lo personal y en lo profesional es relajarse antes de tiempo. Que se lo digan a tantos amantes o a los futbolistas que bajan la guardia en el minuto noventa y un delantero vivo les chulea el partido. A mí me pasa algo parecido en algunos restaurantes. No quiero yo plantear aquí una causa generalizada al oficio de la sala, Dios me libre. Por delante, mi reconocimiento y apoyo infinito al colectivo, pero sigo sufriendo casos de esos de relajación precoz, sobre todo al final de las comidas.
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