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Carmen Lomana El camino, en primera persona «Me encantó abstraerme de todo y sentirme como una mujer del Paleolítico»

María del Carmen Fernández-Lomana Gutiérrez-García —conocida como Carmen Lomana— nació en León en Agosto del 48. Y allí comenzó su Camino de Santiago el año pasado. Un recorrido que fue un viaje a su infancia.

Por Daniel Méndez

Sábado, 18 de Junio 2022

Tiempo de lectura: 2 min

Fui con unos amigos. ¡Todo chicos y yo! Pasar por León, que es la ciudad donde nací, fue muy emocionante. No viví allí, pero es la ciudad de la familia de mi madre. Íbamos cuatro, pero cada uno hacía su Camino, andando en solitario, y luego quedábamos a comer, la gastronomía es maravillosa, o por la noche en algún sitio».

«La clave es levantarte muy temprano y caminar en solitario. Vas contigo mismo, con tus pensamientos: es como un ejercicio de meditación. Me encantaba escuchar el viento entre los árboles, encontrarme yo sola con la naturaleza. Si alguien va hablando a tu lado, no es lo mismo. A veces me apoyaba en un árbol, lo acariciaba... Son cosas muy personales, pero me encantó abstraerme de todo y sentirme como una mujer del Paleolítico. Si llueve y te cae el agua en la cara, es como una purificación».

«Me criticaban mucho en las redes sociales porque decían que iba muy arreglada. ¡Para nada! Yo siempre voy arreglada y limpia. Lo que no iba es disfrazada»

«Es también un viaje cultural, lleno de historias del pasado y anécdotas de hace siglos: batallas de amor, entre reyes, justas medievales... Y, sobre todo, es maravilloso encontrarte con el cariño de la gente en los pueblos. Te paras a tomar un café y todo el mundo te desea buen Camino».

«Me criticaban mucho en las redes sociales porque decían que iba muy arreglada. ¡Para nada! Llevaba mi mochila, unos leggings, mis zapatillas... Lo que pasa es que yo siempre voy arreglada y limpia. Lo que no iba es disfrazada. ¿Hay que disfrazarse de peregrino para hacer el Camino? Cada uno va como quiere. Al final, me harté y respondí a los haters: ¡como si quiero llevar una camiseta de Dior y una chaqueta de John Galliano! ¿Qué querían? ¿Verme derrotada y quejándome? No es mi estilo. En cualquier caso, yo cuido mucho a mis haters. Sin ellos no seríamos nadie».


Más info. en: www.caminodesantiago.gal



«Una concha que me regalaron en un pueblo, miel y chocolate de una fábrica de Astorga. ¡Ah!, y unas zapatillas nuevas: las que llevaba me estaban haciendo polvo. Me traje también mucha alegría y la felicidad de haber hecho algo que hacía tiempo que quería hacer. Supone esfuerzo y sacrificio, pero te da una paz interior que es difícil de explicar».

Etiquetas: Camino de Santiago