El precio mínimo para alquilar en Vilagarcía: 550 euros mensuales por un bajo, exclusivamente para profesores

Paloma González VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Varias viviendas bajan las persianas durante la temporada baja de alquiler
Varias viviendas bajan las persianas durante la temporada baja de alquiler MONICA IRAGO

El portal inmobiliario Fotocasa apenas recoge cuatro viviendas por debajo de 800 euros

20 may 2025 . Actualizado a las 20:23 h.

El portal inmobiliario Fotocasa ofrece 16 viviendas en alquiler en Vilagarcía, tan solo cuatro de ellas por debajo de los 800 euros mensuales. El precio más bajo se sitúa en 550 euros mensuales con única opción a alquiler por temporada escolar y de uso exclusivo para profesores. Este dato pone cifra a un problema creciente en el que Pontevedra se posiciona como la provincia más cara de Galicia para alquilar vivienda, con un precio medio de 10,98 euros por metro cuadrado al mes. Le siguen A Coruña, con 10,08; Lugo, con 8,48; y, en último lugar, Ourense, con 7,72 euros por metro cuadrado.

En el último año, el precio del alquiler en Galicia se ha elevado de 9,05 euros por metro cuadrado en abril de 2024 hasta 10,01 euros por metro cuadrado en abril de 2025. María Matos, directora de Estudios y portavoz de Fotocasa afirma que «nos encontramos ante una crisis de accesibilidad sin precedentes, alimentada por un fuerte desequilibrio entre oferta y demanda» Comenta que «muchos propietarios retiran sus inmuebles por la inseguridad jurídica o el atractivo de otras modalidades, dejando a la oferta en niveles críticos. El resultado es un mercado tensionado con el umbral de los 1.000 euros mensuales que ya no solo es exclusivo de Madrid o Barcelona». De este modo, Galicia ha visto cómo la variación interanual ha pasado del 10,5 % en abril de 2024 al 10,6 % en abril de 2025.

Las viviendas en alquiler ofertadas en Vilagarcía presentan características recurrentes: precios elevados, contratos de corta duración, requisitos exigentes respecto al perfil del inquilino y, en muchos casos, superficies reducidas que no superan los 60 metros cuadrados.

Sueldos bajo, alquileres altos

Los españoles destinaron el 47 % de su salario al pago del alquiler en 2024, cuatro puntos más que el año anterior. En Galicia los residentes destinaron en 2024 aproximadamente el 36% de su salario bruto al pago del alquiler.

En Vilagarcía los asalariados destinan alrededor del 35% de su salario bruto mensual al pago del alquiler de una vivienda de 80 metros cuadrados.

La subida acelerada del precio del alquiler ha superado el crecimiento de los salarios, obligando a que los inquilinos destinen casi el 50% del sueldo. «Una cifra muy por encima del 30% recomendado por los organismos de control oficiales» comenta Matos.

Mónica Pérez, directora de comunicación de InfoJobs, señala que «la subida del salario medio supone una ligera recuperación del poder adquisitivo», No obstante; «el alza de precios del alquiler, que continúa su escalada, supone una preocupación cada vez mayor para los ciudadanos».

OPINIÓN:

Terraza con vistas y suelo de madera: la excusa perfecta de la subida del alquiler 

Cada noche reviso Idealista como quien repasa si cerró bien el gas: ¿No habrá aparecido, por azar divino o error administrativo, un chalé a precio de habitación con derecho a cocina? ¿No se le habrá escapado a un casero un cero de menos mientras actualizaba el anuncio con una mano y giraba la tortilla con la otra? 

Encuentro un piso y empiezo la reforma mental. Ese sofá —testigo mudo de la Guerra Civil —se va fuera. La pared verde sapo; si la pintara de blanco podría rozar el feng shui. Compraré pintura. En mi fantasía cabe todo: una rebaja, un chalé-milagro, una alcachofa que no flojee con la presión del agua. Una televisión de plasma, una lavadora que no duerma junto al lavabo del baño, muebles de la sección de lujo del IKEA. Cada búsqueda es una nueva decepción.

Mis padres cuentan —con el tono de quien sabe que su anécdota ya suena a fábula— que «por aquel entonces, en los buenos tiempos», se pagaba 400 euros por una casa de tres habitaciones. Yo, que ya puedo rozar los 27, aún confío en que me dejen quedarme un ratito más en la habitación de mi infancia, al menos hasta que uno de esos caseros no dude de que a pesar de mi bajo sueldo podré —muy a mi pesar— desenfundar mis ahorros en sus fríos y desgastados suelos.