Un estudio descarta que los bebés iberos encontrados en el yacimiento de Ullastret fueran sacrificados

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

CIENCIA

Las investigadoras Malgosa y Sandoval posan con uno de los cuerpos encontrados
Las investigadoras Malgosa y Sandoval posan con uno de los cuerpos encontrados UAB

Un equipo de investigación de la UAB ha confirmado que los entierros tenían un «carácter familiar»

24 mar 2025 . Actualizado a las 18:36 h.

Un estudio del Grupo de Investigación en Antropología Biológica de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), encabezado por las antropólogas Assumpció Malgosa y Carolina Sandoval, ha confirmado que los bebés iberos del yacimiento de Ullastret (Girona) eran enterrados en los hogares como práctica habitual, y no sacrificados como planteaban algunas hipótesis. El conjunto arqueológico data de la Edad del Hierro (primer milenio a. C.) y es uno de los más destacados de la cultura ibera. 

El estudio muestra que ocho de los bebés estudiados eran niñas y cinco niños (en los dos individuos restantes no fue posible hacer los análisis genéticos), y que algunos de los entierros fueron de muertes prematuras, durante la gestación, pero fundamentalmente eran de fetos a término y de individuos con una supervivencia postnatal de más de un mes —los bebés que más vivieron lo hicieron doce semanas. «El patrón de distribución de muertes por edad y sexo que hemos identificado es similar a la mortalidad infantil natural de poblaciones en desarrollo, y nos lleva a descartar que hubiera una selección por sexos ni prácticas sacrificiales, como se había llegado a apuntar previamente», señala Carolina Sandoval.

Enterramientos con «carácter familiar»

El estudio de la documentación arqueológica confirma que todos los individuos fueron inhumados en espacios domésticos, algunos con un pórtico avanzado que habría servido como almacén, un espacio de transformación de alimentos de los hogares o de trabajo artesanal. Estos datos descartan la hipótesis planteada en el estudio previo, en el que dos enterramientos del Puig de Sant Andreu se interpretaron como depósitos rituales alrededor de un altar.

«Ninguno de los enterramientos se encuentra en los edificios palatinos o aristocráticos de grandes dimensiones excavados. La mayoría fueron sencillos, consistían en pequeñas fosas sin revestimientos ni cubierta y algunas con fauna asociada», argumenta Gabriel de Prado, responsable del Museo de Arqueología de Cataluña en Ullastret. «Todo ello apunta al carácter ritual familiar de los enterramientos y nos muestra una parte muy íntima de la sociedad ibera, que quería que sus bebés sin diferenciar por sexos se quedaran en las casas», destaca Sandoval.

El equipo de investigación ha detectado también el reaprovechamiento de las fosas en dos de los casos estudiados. Además, el hecho de que hubiera cuatro enterramientos de diferentes fases de ocupación del asentamiento en un mismo sector y evitando los enterramientos previos sugiere que los pobladores conocían la existencia de estos espacios.

El estudio aporta una comprensión más contextualizada de los entierros infantiles del yacimiento y ofrece nuevas perspectivas sobre las prácticas funerarias y las condiciones de vida de esta comunidad ibera. En la ciudad de Ullastret, sin embargo, todavía queda mucha investigación por hacer. «La revisión de los materiales y el análisis global que hemos hecho sugiere que el número esperable de entierros infantiles en todo el yacimiento podría ser espectacular, y más teniendo en cuenta que algunas fosas se reaprovechaban», señala Assumpció Malgosa.