Alberto Díaz, el espejo de España para ganar el Eurobasket

M.G. Reigosa REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

ALBERTO NEVADO / FEB | EUROPAPRESS

Ni la selección contaba entre los favoritos ni el base en los planes de Scariolo, pero han enarbolado la bandera del esfuerzo para alcanzar la final ante Francia

18 sep 2022 . Actualizado a las 10:13 h.

España y Francia suelen cruzarse en los grandes campeonatos de baloncesto y esta vez vuelven a medir fuerzas en una final del Eurobasket (domingo, 20.30 horas, Telecinco). Los galos entraban en todos los pronósticos de aspirantes al título. Los ibéricos, solo en los de los más osados o los más optimistas. Pero han conseguido superar todos los obstáculos hasta llegar a la gran cita.

Los focos apuntan en varias direcciones. Sobre todo en la de Lorenzo Brown, encargado de poner orden en un grupo en el que no es fácil ajustar los reglajes, dada su composición; en la de Rudy Fernández, depositario de la esencia de un grupo que marcó época y también el camino que ahora está siguiendo el relevo; la de Willy Hernangómez, por su facilidad para anotar puntos cerca del aro...

Pero hay un nombre propio, el de Alberto Díaz, que es el espejo de la selección y que proyecta mejor que ningún otro su naturaleza. Porque nadie contaba con él, ni siquiera el propio Sergio Scariolo. Fue uno de los descartes en la fase preparatoria, repescado por la inesperada baja de Llull cuando ya trabajaba en el Unicaja de Málaga a las órdenes de Ibon Navarro.

Al pelirrojo del Unicaja de Málaga le faltó tiempo para atender la llamada. Lejos de sentirse segundo plato, vio una oportunidad. Algo parecido le sucede en su equipo, acostumbrado a ganarse los minutos y su espacio.

Lloraba nada más acabar el partido frente a Alemania, ante la perspectiva de la final. «Es increíble. Todo esto es increíble, pero sobre todo la experiencia de vivirlo con los compañeros que me han acogido como si siempre hubiese estado en el equipo. Son increíbles. Nos queda un partido, lo iba a ver desde el sofá de mi casa y vivir esto es un sueño», comentaba sobre el parqué de Berlín. Y añadía: «Hay mucha gente que viene y que apoya, que da todo para que nosotros estemos aquí y es gracias a ellos».

Es de esos jugadores generosos a los que las estadísticas no hacen justicia. Es imposible reflejar en un número su capacidad defensiva y cómo la contagia al resto de compañeros. Sobre todo a Garuba. Cuando los dos están en pista al rival de turno se le achican los espacios.

Alberto Díaz está promediando 16,6 minutos, 5,4 puntos, 1,3 rebotes y 1,3 asistencias. Es el mejor del equipo en un apartado controvertido, el del más menos (por cuanto gana el equipo o pierde en el tiempo que un jugador está en pista). Coincidir en una buena racha del colectivo puede mejorar sustancialmente esa estadística, y viceversa. En todo caso, ahí presenta los mejores números, con un más 9,1.

Pero en los números es imposible de cuantificar el valor de los robos de balón postreros en el cruce con Turquía, el trabajo sobre Jokubaitis ante Lituania, o el de la segunda parte frente a Schroder contra Alemania en semifinales, cuando la aportación del base germano fue decayendo paulatinamente.

Para Alberto Díaz el esfuerzo es innegociable, dentro y fuera de la cancha. No en vano, completó los estudios de Magisterio y los está complementando en varios frentes.

Es el espejo de la España que se ha ganado a pulso su presencia en la final ante una Francia que, como buena parte de sus rivales en este Eurobasket, parte como favorita, con los NBA Gobert (promedia más de diez rebotes), Fournier, Maledon y Luwawu-Cabarot; los madridistas Poirier y Yabusele, más el base Heurtel; el gigante Fall del Olympiacos... Es un combinado que tiene de todo: centímetros, músculo, capacidad atlética, puntos... Pero es también un conjunto irregular, tan capaz de arrollar en semifinales a Polonia como de sufrir lo indecible ante Italia o Turquía.