Día 25 de agosto del 2023, asamblea extraordinaria de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), donde su expresidente da un discurso denominado «una pieza emblemática de la defensa de los abusadores». Ellas, las campeonas que no habían disfrutado ni cinco días del título mundial, debían empezar otro partido: el #SeAcabó.
La sociedad aprendió con ellas a ser altavoces, a no callarse ante las injusticias, a estar unidas frente a los que hacen el mal, y que la protesta también se puede ejercer contra un supuesto poder superior ante cualquier abuso. Estaba produciéndose un movimiento social mundial que debería seguir vivo y sin las lagunas mentales que volvemos a tener actualmente. Como yo misma opinaba esos días, la selección nacional de fútbol femenina, ellas, eran y son las referentes que necesitábamos, son el espejo en el que podemos reflejarnos para vivir en libertad. Pero qué poco está durando este aprendizaje que tuvimos. Ahora, febrero del 2025, tan solo año y medio después, la llama de la visibilidad parece estar apagándose.
Me temo, y así lo denuncio, que nos desconectan premeditadamente. Será que han visto que si nos dan oportunidades y minutos en medios de comunicación salimos a defender lo nuestro y que no seremos conformistas. Ellos, que todavía representan un 80 % de las empresas, de las federaciones y de los clubes, son los que mueven el cotarro. Por mucho que se maquillen cifras para obtener una supuesta paridad. Nos están arrinconando y relegando al olvido con la invisibilidad y la desigualdad.
Daña a los ojos ver la nefasta gestión que se está haciendo de este ciclo deportivo que debería ser glorioso, ya que debería ser una oportunidad para la promoción deportiva que repercutiera en una merecida evolución del fútbol femenino español. Alucinante es ver la nula inversión en la Liga Iberdrola de la que la RFEF no parece orgullosa, así como la falta de trabajo en márketing hacia este filón al ser campeonas mundiales.
Y acabo con un ruego a la sociedad, volviendo al detalle del juicio. No te dejes llevar por el rebaño, y actúa con ética y valores; porque toca placar contra los que victimizan al agresor y atacan a la víctima. Aprendamos que las pocas que se atreven a denunciar injusticias reales necesitan que las apoyemos con un #SeAcabó como nos enseñaron antes ellas, nuestras referentes, a hacer. Por favor, seamos valientes y personas, no ovejas.