
La firma Pousa celebra once años asentada en las cartas más refinadas
20 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.La botella blanca y azul de Licores Pousa se ha hecho un hueco entre los paladares más avezados. El proyecto construido en el 2014 por José Antonio Pousa Payo cumple once años en plena forma, siendo protagonista de la sobremesa en alguno de los restaurantes más conocidos de España. Aunque por motivos comerciales no puede desvelar el nombre de estos locales, el néctar de Lalín se degusta en dos restaurantes con Estrella Michelin y dirigidos por dos conocidos chefs nacionales en Madrid.
«É moi importante para nós», concede José Antonio, explicando que en uno de ellos pudo comprobar de primera mano las variedades a la venta para los comensales: «tomamos crema de licor e tiña licor café, de herbas e cremas», confiesa. Así, la gastronomía lalinense se hace famosa por los cuatro costados, empezando por el pan y terminando, ahora, por los chupitos elaborados con esmero y con el recuerdo aquel licor de cerezas que hacía su abuela Manuela.
La aventura de José Antonio Pousa comenzó con los licores de frutas: de fresa, cereza y ciruela. No obstante, con el paso del tiempo decidió dar una vuelta al modelo de negocio y centrarse en los tragos más habituales. «Os de froitas deixei de comercializalos porque era un produto que non tiña a rotación adecuada. A xente ten posicionada no seu cerebro os licores galegos clásicos», explica.
Entre su selección de bebidas artesanas hechas en la capital dezana se encuentra la Mestura, una combinación de licor café y crema cuyo objetivo es rebajar la espesura, potenciando el licor café y la suavidad de la crema. «Unha mestura na porcentaxe adecuada para que non se corte», apunta José Antonio.
Otra de sus delicatesen es la Tostada. Una bebida espirituosa que dio a conocer el año pasado para celebrar el décimo aniversario del negocio. Un licor elaborado con aguardiente y bajo un proceso de tostado especial del azúcar que le da un toque muy especial.
Además, ofrece los grandes éxitos: licor café, crema de licor, de hierbas y orujo blanco.
Experimentos
Inquieto, José Antonio puso en marcha hace un tiempo una novedosa propuesta en la que sumergía botellas en el mar. Una práctica cada vez más extendida en el mundo vinícola y del champán, pero que nada habitual en los licores. La idea era crear un producto especial, incluso en su imagen, pero le salió el tiro por la culata.
«Non saíu adiante porque, pola presión, os corchos das botellas estouparon e escapou todo. Foi un factor que non tiven en conta», bromea. «Despois, a botella quedaba fea. Pegarase algunha lapa, pero a diferenza do viño, que se poñen bonitas, no branco queda fatal», reconoce.
Según explica José Antonio, la idea de este experimento fallido era que «a cortiza permite unha micro osixenación e o contacto do mar co interior da botella aportáballe un toque especial de salinidade».
Un camino difícil
Como en cualquier proyecto empresarial, el camino no estuvo exento de dificultades. Echando la vista atrás, el responsable de Pousa se muestra más que satisfecho con el vuelo que ha cogido su negocio. «Ao principio foi moi duro e aínda segue séndoo, como en todas as empresas. Foron dez anos de aprendizaxe, viña dun sector totalmente distinto a este mundo», explica.
«Unha vez vas coñecendo o mercado ves por onde tirar. A verdade é que estou moi satisfeito, aínda que non contaba con tantas dificultades. Foi un proceso enriquecedor, pero duro», asegura José Antonio.