La temporalidad en el sistema público de salud ha agravado el déficit de sanitarios en España

Cristina Porteiro
c. porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

ALBERTO LÓPEZ

La remuneración de las enfermeras en el país registra la peor evolución del conjunto de la Unión Europea desde el 2019

18 nov 2024 . Actualizado a las 18:19 h.

«El personal sanitario europeo afronta una crisis severa», es el predecible diagnóstico, aunque no por ello menos preocupante, que dieron a conocer este lunes la Comisión Europea y la OCDE en un informe en el que han puesto cifras al creciente déficit de profesionales en el sector: 1,2 millones de médicos, enfermeras y auxiliares en toda la UE.

Tal y como señalan sus expertos, es «urgente» atajar el problema porque existe el riesgo de que la falta crónica de personal genere un círculo vicioso en los próximos años «creando condiciones de trabajo estresantes, lo que lleva a un aumento de las renuncias y a una disminución del interés por las profesiones sanitarias». Esta situación, a largo plazo, pone en peligro la sostenibilidad de los sistemas sanitarios, denuncian. Más si se tiene en cuenta que en la próxima década se jubilarán más de un tercio de los médicos y más de una cuarta parte de las enfermeras.

Uno de esos países que parten con peores perspectivas es España. Aunque tiene más doctores que la media europea, acusa un grave déficit de enfermeras, situándose en el furgón de cola de la UE —seis por cada 1.000 habitantes, la mitad que Alemania—. Además, faltan manos en todas las categorías profesionales, desde médicos a enfermeras y auxiliares en UCI, emergencias, atención primaria y asistencia domiciliaria.

No es de extrañar en un país que gasta el 9,7% de su producto interior bruto (PIB) en sanidad, por detrás del esfuerzo que hacen países como Portugal, Bélgica o Malta. No obstante, lo que más preocupa es el desincentivo que supone la elevada temporalidad en el sector público para retener a estos profesionales: «El uso de los contratos temporales en España sigue siendo un problema, habiendo experimentado un crecimiento cercano al 42% de todos los trabajadores sanitarios en el 2020, durante el pico de la pandemia, desde el 28% del 2012», explican los autores el informe, en el que también se pone el foco en la remuneración de las plantillas.

De nuevo, las enfermeras españolas salen muy mal paradas. Sus salarios son los que han experimentado una peor evolución en la UE desde el 2019 al perder en términos reales un 1,3% de poder adquisitivo. Solo en Portugal (-0,9 %) y Dinamarca (-1 %) ha ocurrido algo similar.

Las recetas para acabar con estos déficits no son nuevas: más oferta pública, formación, inversión en tecnología y mejorar las condiciones de trabajo y salarios. Este último punto, señalan, es «clave» para aumentar el atractivo de las profesiones sanitarias y conseguir retener al personal formado. También sugieren elevar los incentivos para prolongar la vida laboral de los que están en activo.

Trabajadores extranjeros

España es uno de esos países de la UE que ha optado por abrir la puerta a trabajadores extranjeros para cubrir vacantes: «Se corre el riesgo de exacerbar la escasez en los países de origen y puede que no sea sostenible a largo plazo», alertan. Alemania o los Países Bajos los buscan en la UE, España en América Latina.