Por qué necesitamos las energías renovables

ESCUELA

La sociedad requiere electricidad, pero el objetivo es que sea cada vez más sostenible

05 nov 2025 . Actualizado a las 09:06 h.

Hace unos 800.000 años, los hombres y mujeres del Paleolítico aprendieron a hacer y controlar uno de los elementos más importantes de nuestra historia: el fuego. Utilizaban la madera de los árboles que los rodeaban para avivar la hoguera que los mantenía calientes durante los inviernos más duros.

Tras descubrir el increíble poder calorífico del fuego, los humanos seguimos explorando otras fuentes de energía que nos facilitasen algunas tareas complicadas. Por ejemplo, construyendo molinos junto a los ríos para que la fuerza del agua nos ayudase a moler el trigo, el maíz, el centeno...

Miles de años después, aprovechamos la madera y el carbón para generar vapor de agua que pudiese mover otra clase de máquinas. Así comenzó la revolución industrial, que aún sería mucho más revolucionaria cuando, años después, se aprendió a generar electricidad.

Es cierto que a aquella persona del Paleolítico que descubrió cómo hacer fuego y a ti os separan un millón de años, pero, a pesar de todas las diferencias, ambos tenéis una cosa en común: seguís aprovechando los recursos de vuestro entorno para conseguir energía. «A lo largo de la historia todos los humanos, pero he de decir que los gallegos en mayor medida, hemos aprovechado la leña de nuestros montes, el agua de nuestros ríos y el viento para mover molinos, para quemar la leña, para calentarnos... Y con eso hemos ido evolucionando como sociedad», reflexiona María Landeira, la responsable de Desarrollo Renovable en Galicia de Naturgy.

Cambio climático

Todo dio un giro cuando, a principios del siglo XX, los humanos empezamos a usar cada vez más y más el petróleo y sus derivados como fuente de energía. Como combustible para vehículos, para encender los motores de la industria... Décadas después, nos dimos cuenta de que la temperatura media de la Tierra estaba subiendo más de lo normal. Para que lo entiendas mejor, en el gráfico se ve cómo la temperatura se iba manteniendo cerca del cero —es decir, en la media— hasta mediados del siglo XX y cómo a partir de entonces no ha dejado de subir.

Pero ¿cuál es el porqué? «Principalmente, por la actividad humana», explica la experta. «Por el transporte, por cómo utilizamos las energías o por cómo vivimos en ciudades y por cómo se alimentan nuestras industrias», añade Landeira.

Ese calentamiento del planeta, que llamamos crisis climática, fue la llamada de atención que necesitábamos. «Hizo que la especie humana se preocupase por generar energía de una forma más limpia», afirma.

De hecho, la preocupación es tal que hace diez años justos «se llegó a un acuerdo internacional, el Acuerdo de París, que firmaron muchísimos países, casi 200». En ese tratado y en otros muchos que se han firmado desde entonces hemos ido trazando el camino que deberíamos seguir para conseguir un futuro más sostenible y que pasa, obligatoriamente, por apoyarnos cada vez más en fuentes de energía renovables.

La experta nos da un claro ejemplo: «La Agencia Internacional de la Energía indica que antes del 2030 se deberían multiplicar por tres las energías renovables instaladas respecto a cuando se hizo este análisis, que fue en el 2022».

La energía del futuro

Pero ¿de qué energías hablamos cuando hablamos de renovables? De aquellas de fuentes inagotables. Pues, por ejemplo, la solar, que transforma la radiación del sol en electricidad para nuestros hogares; la eólica, que aprovecha la fuerza del viento para mover grandes molinos que generan energía; o la hidráulica, que es la que utiliza el agua para hacer girar las turbinas de las centrales que hay en las presas y embalses. Básicamente, son todas aquellas que aprovechan —como lo hacían los hombres del Paleolítico— los recursos naturales que hay en nuestro entorno. ¿La gran diferencia? Que la tecnología actual nos permite ser mucho más eficaces que hace un millón de años.