Sánchez replica a Puigdemont que pese a las zancadillas «el diálogo se abrirá paso»

Paula de las Heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El presidente Pedro Sánchez apoyó ayer en Vitoria a la candidata socialista a lendakari Idoia Mendia
El presidente Pedro Sánchez apoyó ayer en Vitoria a la candidata socialista a lendakari Idoia Mendia Adrián Ruiz de Hierro | Efe

El Gobierno teme que Esquerra sucumba a la presión de JxCat y endurezca el tono

02 mar 2020 . Actualizado a las 12:01 h.

Pedro Sánchez buscó este domingo dar réplica al discurso de la víspera de Carles Puigdemont en Perpiñán, en el que llamó al mundo independentista a no esperar a «tiempos mejores» y prepararse ya para la «lucha definitiva» por la república catalana; toda una enmienda a la estrategia de ERC. El presidente del Gobierno aprovechó su presencia en un acto del PSE en Vitoria para ratificarse en el plan iniciado tras el 10N, cuando viró hacia la formación de Oriol Junqueras para salvar su investidura, y aseguró que «el diálogo se abrirá paso» pese a las «zancadillas y obstáculos» que puedan ponerle.

La exhibición de fuerza realizada por Puigdemont, protegido por la inmunidad de su acta de europarlamentario, a escasos kilómetros de la frontera con España, no dejó indiferente al Ejecutivo. Sobre todo, porque la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, fue víctima esta semana de los estragos que causa en Esquerra la presión de los sectores más radicalizados del secesionismo en la votación en el Congreso de la senda de estabilidad presupuestaria que acompaña el techo de gasto de los Presupuestos. Los republicanos acabaron facilitándola con su abstención, pero admiten que el no de JxCat hizo temblar las piernas a más de uno en el partido.

Los defensores de aparcar la vía unilateral para la independencia, y de trabajar por ensanchar la base social, aseguran que el hecho de que el miércoles ni Quim Torra ni los colaboradores de Puigdemont pudieran hallar elementos para romper la baraja en la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat fue clave. Ayudó, aseguran, a mantenerse firmes en la decisión de allanar a Sánchez el camino para la eventual aprobación de las cuentas públicas. Pero no se atreven a garantizar que, con Cataluña en precampaña, se vaya a lograr siempre resistir a los «hiperventilados». 

Dependencia mutua

Hay socialistas que sostienen que del mismo modo que el Gobierno «depende» de Esquerra, esta lo hace de aquel porque ha ido ya demasiado lejos en su apuesta. Su tesis es que si ahora los de Junqueras rectificaran estarían regalando una victoria a los neoconvergentes, con los que luchan por la hegemonía del independentismo.

Desde una óptica más pragmática, la vicepresidenta Carmen Calvo insistió el jueves en que para tratar de buscar «soluciones imaginativas» al «conflicto» es necesario que el Gobierno tenga estabilidad y que solo la tendrá si hay Presupuestos.

Sánchez -que acompañó este domingo a la candidata de los socialistas vascos a las elecciones del 5 de abril en su primer acto de precampaña- apeló en cambio a la emotividad. Insistió en que su partido apuesta, según él como la mayoría de los españoles, por un modelo de sociedad «inclusivo e integrador» y argumentó que hay que cortar una espiral infinita. «Ha habido agravios respondidos con más agravios, afrentas con nuevas afrentas. Y ya sabemos el final de la política del ojo por ojo: todos ciegos», añadió, cargando las tintas no solo contra el secesionismo radical sino también contra el PP.

El jefe del Ejecutivo evitó pronunciar el nombre de Puigdemont, pero afirmó que «hay gente en los dos extremos que continúa queriendo abonar la confrontación olvidándose del reguero de frustración que han provocado». «Les digo que la concordia vencerá a la crispación», reiteró. A los populares los acusó de estar dejando muchos «huérfanos» en el centroderecha y les echó en cara que lo acusen de atacar la soberanía nacional. «Aceptamos fans, conversos, pero ni una lección al compromiso democrático del socialismo español con la Constitución. Somos constitucionalistas, pero de toda la Constitución española, no del 155 semanal», remachó.