La oposición critica la falta de material y la situación económica

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Ballesteros | Efe

Sánchez defiende en el Congreso las medidas que tomó para luchar contra el virus

15 abr 2020 . Actualizado a las 23:58 h.

El Congreso de los Diputados volvió a evidenciar este miércoles una vez más su disconformidad con la gestión del Gobierno de la crisis del coronavirus, que deja ya más de 18.700 muertos oficiales y un panorama desolador en el apartado económico. Una tormenta de críticas procedente tanto de la bancada de la oposición, en bloque, como de los escaños ocupados por las fuerzas que tan solo tres meses atrás permitieron la investidura. Sin embargo, a diferencia de los últimos debates en los que Sánchez logró prorrogar el estado de alarma, consciente de que pronto abrirá la ronda de entrevistas en busca de esa reedición de los Pactos de Moncloa, esta vez la estrategia del presidente consistió en evitar los choques cuerpo a cuerpo, limitándose a defender las medidas aplicadas por su Gobierno contra la pandemia, llegando incluso a presumir de números.

Las críticas al Ejecutivo abundaron por su incapacidad de conseguir material de protección para los sanitarios y trabajadores españoles, por haber llegado tarde y mal a responder a la crisis, y por estar aplicando unas recetas contraproducentes para la economía. Pero tampoco faltaron las reprobaciones hacia Sánchez por su falta de «humildad» y no amagar siquiera con la «autocrítica».

El encargado de abrir fuego fue Pablo Casado, que le recriminó a Sánchez su Aló presidente semanal, equiparando así sus largas comparecencias de los fines de semana con el programa del expresidente venezolano Hugo Chávez. El líder de la oposición puso sobre la mesa tres datos que evidencian la «nefasta» gestión y que cuestionan esa efectividad de la que presume el Gobierno. España es el país del mundo con más fallecidos por número de habitantes, el que cuenta con el mayor porcentaje de sanitarios contagiados y, agarrándose al último informe del FMI, el que peores consecuencias económicas sufrirá por el azote de la pandemia. Sánchez se defendió argumentando que las medidas aplicadas por su Ejecutivo «funcionan», a lo que Casado respondió con dureza: «A usted solo le importa el poder». A este ataque le dio continuidad el secretario general del PP, Teodoro García Egea, que dirigió su embestida contra Pablo Iglesias: «Le vi conmovido por Excálibur, el perro del ébola, pero ni un solo gesto por los muertos del coronavirus». El líder de Podemos se alineó con Sánchez para exigir a la oposición una «lealtad» que los populares entienden que sí han profesado hasta la fecha, pero por la que a cambio solo han obtenido insultos de «los dóberman» del PSOE, en referencia a Adriana Lastra: «inútil, indigno, irresponsable, desleal, incompetente...», enumeró Casado.

La portavoz parlamentaria del PP, Cayetana Álvarez de Toledo siguió con el bombardeo: «Es un balance para llorar. No son capaces ni de contar a los muertos. Por lo menos ríndanles el homenaje póstumo de decir por qué murieron; no de qué murieron, por qué murieron», sugirió a la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero.

Vox se queda sin respuesta

Ballesteros | Efe

La diputada de Vox, Macarena Olona, que la pasada semana se refirió al presidente como «Pedro, el sepulturero», acusó a Iglesias de intentar aprovecharse de las circunstancias para implantar un régimen chavista, y denunció que el Gobierno de coalición compra a determinados medios de comunicación para que los protejan en el poder. El líder de Podemos no respondió, argumentando que es lo único que merece un diputado que dedica su tiempo a «hablar de Venezuela o de La Sexta».

Edmundo Bal, de Cs, centró sus críticas en la continua «improvisación» del Gobierno. «¿Ahora las mascarillas son útiles cuando la semana pasada no lo eran, o juegan a la desinformación?».

Iglesias: «Tengo mucha suerte porque tengo jardín en casa» 

Las críticas no solo llegaron de la oposición. Muchos de los aliados parlamentarios del Gobierno mostraron su disconformidad con la gestión del Ejecutivo. Entre ellas, ERC, que a través de Gabriel Rufián, entre otras reprobaciones, demandó una ayuda para las familias que «están siendo obligadas a trabajar pero que no tienen dónde dejar a sus hijos». Pablo Iglesias sorprendió con su respuesta: «Tengo mucha suerte porque tengo jardín en mi casa para sacar a mis hijos y soy consciente de que millones de familias en este país están teniendo a los niños en pisos de 40, 50 o 60 metros», dijo, lo que provocó que algunos parlamentarios desempolvaran sus discursos no tan lejanos en el tiempo sobre «la casta».

EH Bildu y la CUP también mostraron su desaprobación. Los herederos de Batasuna criticaron la reactivación de las actividades no esenciales. «Ni olvidamos que tenemos un conflicto político, ni les vamos a perdonar la gestión que están haciendo de esta crisis», advirtió Mireia Vehí, portavoz de los antisistema catalanes que votaron en contra de la prórroga de la alarma.