La presión de Nadia Calviño para no derogar la reforma laboral provoca un cisma en el Gobierno

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

La ministra de Economía, en el debate en el Congreso sobre la última prórroga del estado de alarma
La ministra de Economía, en el debate en el Congreso sobre la última prórroga del estado de alarma Ballesteros / Europa Press

El líder de Podemos apoya el acuerdo suscrito con Bildu y asegura que se cumplirá, pese a que el PSOE lo niega

22 may 2020 . Actualizado a las 08:49 h.

 Menos de cinco minutos después de que el marcador electrónico del Congreso reflejase que el Gobierno había logrado salvar la nueva prórroga del estado de alarma, EH Bildu difundía un acuerdo alcanzado con los dos grupos que sustentan al Ejecutivo que ha levantado una nueva tormenta política en Moncloa, con la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, afirmando que abordar la derogación de la reforma laboral en estos instantes sería «absurdo y contraproducente», y el vicepresidente segundo y líder de Podemos, Pablo Iglesias, abanderando el documento firmado con los aberzales.

El texto recoge que EH Bildu se abstendría a cambio de, entre otros asuntos, la derogación «íntegra» y exprés de la reforma laboral. El acuerdo fue cocinado en la trastienda del hemiciclo en pleno debate, a espaldas de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, quien no tuvo constancia del mismo hasta que la prensa se hizo eco de un correo enviado a las 20.23 desde la oficina de información del grupo vasco.

El primer punto motivó que Calviño se pusiese en contacto en ese mismo instante con el presidente del Gobierno, quien según fuentes de Moncloa sí estaba al tanto de la negociación llevada a cabo por Adriana Lastra con los portavoces parlamentarios de Podemos y Bildu, pero que desconocía la letra pequeña, para alertarlo de que se estaba cometiendo un error por no tener en cuenta a los agentes sociales. Sánchez movió ficha, y al filo de las 23.00, Ferraz colgó un mensaje de texto en un grupo de periodistas mediante el que anulaba el primer punto del documento oficializado apenas dos horas antes, encabezado con los logos de los tres partidos y con la firma de sus respectivos portavoces.

Según el wasap del PSOE, la derogación solo afectaría a lo que los socialistas consideran los aspectos «más lesivos» de la reforma laboral, reacción que disgustó a Iglesias. El líder de Podemos se apresuró ayer a fijar la posición de su grupo en una madrugadora entrevista radiofónica: «Voy a ser cristalino: pacta sunt servanda (lo firmado, obliga)».

Dos voces distintas

La interpretación del líder de Podemos casa con la de Bildu, pero se contradice con las declaraciones casi a la misma hora del ministro de Transportes y secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, quien en otra entrevista radiofónica, en este caso a Onda Cero, aseguró que la derogación de la reforma laboral no será completa, si no parcial: «El PSOE se remite a la declaración pública que se hizo anoche». La propia Adriana Lastra, cuya firma consta a los pies del texto oficial, consideró en La Sexta que no hubo ninguna «rectificación», y que el mensaje divulgado por Ferraz solo pretendía «aclarar» el texto. No obstante, la portavoz socialista admitió que la derogación de la reforma solo afectaría a sus aspectos más lesivos, tal y como sostiene el PSOE.

En el acuerdo de coalición firmado a finales del 2019 entre socialistas y morados no se especifica si la derogación será total o parcial, al ser este uno de los puntos que provocó que las negociaciones del pasado verano entre ambas fuerzas encallaran y derivase en la repetición electoral del 10N.

Lastra aseguró que tampoco hubo «ocultación». Sin embargo, fuentes de Bildu garantizaron que el PSOE les había solicitado mantenerlo en secreto hasta que finalizase la votación, aunque dijeron desconocer el motivo.