
La asociación de radioaficionados cumple 40 años de amor a las ondas, con joyas como una inmensa radio de un petrolero de Astano
12 oct 2025 . Actualizado a las 10:55 h.¿Qué hacías tú en 1985? Entre los momentos más ochenteros en la ría de Ferrol, brillan como oro en paño los walkie-talkies: la primera red social, la más misteriosa, pura magia con las antenas en busca de nuevos amigos. Justo en ese año se fundaron la asociación de banda ciudadana de Fene y la de radioaficionados, que con el tiempo se fusionarían en el actual Radio Club Fene Alfa Charlie. Desde las montañas que rodean la ría, sus cincuenta socios se han comunicado con Rusia, Venezuela o Tierra de Fuego. «Podemos decir que en alguna ocasión hemos salvado vidas en accidentes de tráfico o contactando con barco a la deriva, e incluso ayudamos a la Nasa», aseguran con orgullo los Alfa Charlie. Y en las horas más angustiosas del apagón del 28 de abril, ellos eran los únicos que podían comunicarse en la distancia.
Para los múltiples amantes de este mundo, la sede ubicada en una antigua escuela indiana de Magalofes reluce como una auténtica cueva de Ali Babá. Allí el visitante es recibido nada menos que por la gigantesca radio de un petrolero de 1970, desguazado en Astano: «Un socio lo sacó de la chatarra y lo cedió al club, es como nuestro buque insignia, un museo». Y coronando la sala aparece la foto de José Blanco Novo EcoAlfa Romeo28, el primer radioaficionado gallego. También destaca el diploma concedido por la Nasa a los Alfa Charlie. Lo cuenta uno de los socios, Carlos Roca (con indicativo EA1HUD): «Cando a Nasa estaba a piques de lanzar a sonda espacial Juno (para estudiar o planeta Júpiter), chamou a radioaficionados de todo o mundo para facer a calibración dos instrumentos e Radio Club Fene participou nesa avaliación, transmitimos durante horas en telegrafía lenta para axudar á sonda».
El socio más joven tiene 18 años. También hay socias como Begoña Insua Rodríguez EB1DBX, que llegó a hacer contactos con «Tierra de Fuego, Italia, Francia, Venezuela o Cuba donde un chico nos mandaba mensajes para su familia gallega». Explica Santiago Tourón EA1IUO que «la diferencia entre banda ciudadana y radioaficionados es la licencia, la primera ya no requiere licencia y la segunda sí además de unos conocimientos técnicos». Recuerda que «mis primeros walkie-talkies de radio me los regalaron a los diez años y antes ya tenía unos de cable». En este local se celebran mercadillos de equipos. Y los socios participan en concursos de radio. En el último campeonato del mundo se convirtieron en campeones de España en 160, logrando la mayor cantidad de contactos durante 48 horas.
«Podemos ser reclutados»
La asociación cuenta con las mayores instalaciones de la provincia, con antena propia, un repetidor en Fontardión (As Pontes), otro en Montefaro (Ares) y un tercero en Vilagarcía. Los propios Alfa Charlie se encargan del mantenimiento. Recuerdan que «por ley estamos obligados a ayudar a la gente, se nos conceden ventajas como las antenas pero si pasa algo nos pueden movilizar (tanto a los socios como a los equipos)». Por ejemplo, si la agrupación de radioaficionados Remer de Protección Civil se desborda «nos puede reclutar de forma individual».

Tras el apagón de abril, hubo «un gran repunte de radioaficionados, pero la radio no es para tenerla en la guantera y si no estás autorizado tienes un problema legal importante». Ahora ya no se puede escuchar a los cuerpos de seguridad, que usan equipos cifrados. En cambio, en Estados Unidos, «la policía está obligada a transmitir en abierto por ley, en otros factores por la meteorología porque si hay un desastre natural así puede comunicar a los ciudadanos que va a ayudarlos».
El primer contacto que tuvo Santiago a través de la emisora fue con Moscú, «con la antena del coche». El código deontológico recomienda no hablar de política o religión, «para no poner en aprietos por ejemplo al que comunica desde una dictadura». Un socio de Vilagarcía con el coche aparcado en Fene contactó a la primera con Nueva York.

La primera red social
Todos coinciden en que los walkies fueron «la primera red social». El presidente del club, Manuel Vieito EA1HJM, vive cerca del puerto exterior de Ferrol «y me metí en esto porque entonces no tenía teléfono». Los socios colaboran con los ralis y otros eventos. Recuerda Lito Fariña AC22 que «una vez le eché una mano a un marinero con el barco a la deriva frente a Cedeira, también asistí en un accidente en las curvas de Laraxe gracias a que uno de los accidentados tenía emisora».
Vicente Rial Antón EA1IDQ contactó con Suiza y Francia, además de colaborar en ralis, marchas ciclistas o cacerías de zorro. Ramiro Pérez Cobalera opera en banda ciudadana y se está preparado para ser oficialmente radioaficionado, «porque puedes usar una cantidad enorme de bandas y operar con satélites; este mundo tiene un misterio especial y te engancha, cuando los móviles no funcionaban en el apagón nosotros estábamos ahí».
Incendios en Ourense
Y Moncho García Prieto EA1IRD pasó de usar banda ciudadana con los amigos a ser un radioaficionado que contactó con Mar de Plata, «donde hice un amigo que al final era de Betanzos, me pidió una tableta de turrón y se cortó la conexión». El encuentro, al que también acuden Javier Vilar EA1IOF y José Manuel Leal Senra EA1WZ, se cierra con una comunicación con un trabajador del 061 de Ourense y miembro de Protección Civil que ayudó en los incendios de Ourense: «¡Saludos para La Voz!». Y envía el siguiente mensaje: «Vivimos esos días con mucha angustia, nos comunicamos gracias a la radio porque se quemaron muchas líneas telefónicas y seguimos con problemas de conexión. Somos radioaficionados desde los 17 años y es una pasión». Pura magia que resiste a cualquier apagón.