Hasta ahora, la única evidencia que esgrimía Canberra era el avistamiento del pesquero en sus aguas El barco navega hacia Fremantle, a donde llegará en tres semanas
14 sep 2003 . Actualizado a las 07:00 h.?ustralia asegura disponer ya de pruebas que demostrarían que el pesquero Viarsa faenó ilegalmente en sus aguas, en concreto, en los caladeros de las Islas Heard y McDonalds. Así lo ha asegurado Jenny Hodder, portavoz de la organización de pescadores legales de merluza negra (Colto), una asociación que colabora estrechamente con el Gobierno australiano en la lucha contra la pesca pirata. Hasta la fecha, la única evidencia que esgrimía el Ejecutivo de Canberra sobre la supuesta actividad ilegal del pesquero, en el que trabajan trece gallegos, era el ?avistamiento del barco en las aguas del archipiélago de jurisdicción australiana el pasado 7 de agosto. Ese día, la patrullera Southern Supporter inició una persecución en la que también colaboró Sudáfrica y que finalizó con el abordaje del buque el pasado 29 de agosto en aguas próximas a la Antártida. Durante este tiempo, las autoridades del país austral se limitaron a señalar que la investigación debía esclarecer si las 85 toneladas de merluza negra que el pesquero lleva en sus bodegas fueron capturadas en el caladero australiano, esto es, de forma ilegal, o si están dentro de la cuota que asignó Uruguay al barco para aguas internacionales. Ahora, el Gobierno ha cambiado de discurso al asegurar que ya tiene evidencias de la actividad irregular del Viarsa , si bien por el momento ha optado por mantener en secreto el contenido para no perjudicar la investigación. Lo cierto es que esta nueva postura se habría visto respaldada por las declaraciones de Steve Duffy, el responsable del contingente que persiguió y abordó al pesquero. Duffy afirmó el lunes que «conseguimos las pruebas de la manera adecuada, de modo que cuando llegue el juicio no va a haber lugar para tecnicismos». Obstáculo legal En este sentido, según informaron desde Colto, Australia ha mantenido paralizado al Viarsa durante los últimos días a unas 200 millas de Ciudad del Cabo para repostar combustible y alimentos. La entrada del barco en las aguas jurisdiccionales sudafricanas podría haberse convertido en un obstáculo legal en el proceso judicial iniciado contra el mismo, de ahí que las autoridades de Canberra optasen por avituallarlo en alta mar. El pesquero ha tomado rumbo ya hacia el puerto australiano de Fremantle, a donde calculan que llegará el 4 de octubre. Una vez atraque, un grupo de técnicos realizarán una inspección profunda de la situación actual del buque y las capturas.