Proyectos a la espera de un Gobierno

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

monica ferreiros

El Plan de Infraestructuras de Fomento, vigente hasta el 2024, prevé una docena de propuestas para Galicia que precisan del impulso político de un Ejecutivo central en plenas funciones

03 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La posibilidad de unas terceras elecciones generales en solo un año, la previsible prórroga presupuestaria y un Ministerio de Fomento con las manos atadas por el larguísimo período con un Gobierno en funciones pone en suspenso muchos de los proyectos previstos en el Plan de Infraestructuras, Transporte y Vivienda (Pitvi), aprobado definitivamente el año pasado pero lanzado por el equipo de Ana Pastor en el 2012. Aunque la planificación clave para Galicia surgió en el 2002 y tuvo cierta continuidad en el Plan de Infraestructuras del Gobierno de Zapatero -con un impás muy negativo que fue el paso de Magdalena Álvarez por Fomento-, el plan, al margen de las obras que están en curso, cuenta con una serie de propuestas en materia ferroviaria y de carreteras que precisa de un Gobierno con competencias plenas para ejecutarlas.

Después de la fallida investidura de Rajoy ayer, las espadas están en alto. Si el PP logra gobernar con el apoyo de Ciudadanos, está amarrado a un acuerdo que le obligaría a consensuar mediante un pacto de Estado un nuevo plan de infraestructuras, además de crear un organismo que evalúe en base a criterios técnicos la rentabilidad económica y social de todos los proyectos. Si es el PSOE el que toma la iniciativa para formar gobierno, probablemente se opte también por pactar otro plan.

La crisis ha sido una buena escuela para racionalizar el mapa de carreteras y líneas ferroviarias, así que cada vez va a ser más difícil justificar la construcción de una infraestructura en un país que en los últimos años ha acumulado un importante patrimonio en este ámbito.

Autovías

Cierre del modelo del Plan Galicia y nuevos trazados. Trece años después de la aprobación del Plan Galicia, la red de autovías interiores que planteaba para la comunidad solo se ha sustanciado, a grandes rasgos, en la A-54, la autovía Santiago-Lugo -aún en obras-, o en el inicio de la A-57 con la circunvalación de Pontevedra, un proyecto que debería ser la alternativa gratuita a la AP-9 en el sur. Con este modelo inacabado, el plan de infraestructuras prevé nuevos proyectos que ya comenzaron a tramitarse, como la polémica A-76 entre Ourense y Ponferrada, la tercera salida gallega hacia la Meseta, con un importante impacto medioambiental.

Este proyecto da pie a una reflexión general, presente en el Pitvi, sobre la oportunidad de construir autovías de forma generalizada sin atenerse a criterios objetivos. La utilización de la red de carreteras «está, en muchos casos, muy por debajo de la capacidad ofrecida, lo que aconseja racionalizar la inversión futura buscando una planificación más adecuada a las necesidades reales».

Una vez finalizada la autovía del Cantábrico, el plan de Fomento prevé avanzar en reparar el agravio histórico de una autovía que se olvidó del Cantábrico para adentrarse en Terra Chá. La A-82 entre Barreiros y San Cibrao contó este año con una partida para los proyectos, pero precisa de un impulso político para solucionar el grave problema de movilidad en A Mariña lucense. El plan incluye la prolongación de la A-8 hacia Santiago, pero aún no se ha dado ningún paso administrativo para pensar que este proyecto puede convertirse en realidad. El futuro Ejecutivo también deberá decidir sobre la mejor solución contra la niebla en el tramo de la transcantábrica próximo a Mondoñedo. Actualmente las ideas están en fase de desarrollo tecnológico.

El Pitvi también prevé avanzar en las variantes de la N-550 y un eje interior diagonal que una Pontevedra y Lugo vía Cerdedo y Lalín, una autovía que ni siquiera se ha bautizado.

Ferrocarril

Cómo gestionar un plazo fallido y una solución para Lugo y Ferrol. El futuro Gobierno deberá lidiar con unas obras del AVE que arrastran serios retrasos y con una variante de Ourense que no podrá estar lista en el 2018, como comprometió Rajoy. Existen soluciones transitorias que servirían para traer la alta velocidad a Galicia, pero precisan de decisiones políticas al más alto nivel.

El Plan de Infraestructuras prevé el acceso directo a Vigo y Pontevedra en alta velocidad, proyecto en el que no se avanzado casi nada. Como estas ciudades estarán conectadas a la red vía Santiago, es urgente buscar una solución para Lugo y Ferrol, las dos ciudades que se han quedado descolgadas de la modernización de la red ferroviaria. Hay que recordar que el Pitvi mantiene el proyecto del eje atlántico desde Ferrol a la frontera portuguesa, así como el ramal entre Ourense y Lugo. Pero una cosa es un dibujo en un mapa y otra muy distinta la realidad.