Lalín recuerda a Xosé Cuíña, su valedor

Olimpio Pelayo Arca Camba
O. P. Arca LALÍN / LA VOZ

GALICIA

Rober Amado

Su hijo lo evoca como un galleguista revolucionario y visionario, y Santalices destaca su figura política

17 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El próximo día 28 se cumplirán diez años del fallecimiento de Xosé Cuíña Crespo, el político del PP que diseñó las grandes infraestructuras de Galicia en los sucesivos gobiernos de Manuel Fraga, desde 1990 hasta su obligada marcha en enero del 2003. Lalín, su municipio y del que fue gran valedor, lo recordó el sábado llenando el Salón Teatro. La familia estuvo arropada por empresarios, como José María Farto y Antonio Campo; políticos que son y fueron, como Miguel Santalices, Román Rodríguez, José Crespo, Xesús Palmou, José Luis Baltar y los alcaldes populares de Cruces, Rodeiro y Agolada; y compañeros que vivieron con él su faceta empresarial primero, y más tarde una trayectoria política que lo llevó del Concello de Lalín al Parlamento gallego y a la Xunta de Fraga como conselleiro.

Su hijo Rafael, actual alcalde de Lalín, agradeció a todos su presencia, recordando que su padre formó parte «dunha xeración moi importante de empresarios e emprendedores que fixeron o Lalín de hoxe». Lo evocó como «un revolucionario e namorado do rural», de cuya labor como regidor se acuerdan todavía en las parroquias de Lalín; apuntó su carácter «visionario», creando grandes infraestructuras como la autopista AP-53, que permite conectar «Lalín e Noruega por autoestrada», y el interior gallego con las autopistas del mar; y destacó su apoyo al sector ganadero. Todo ello, mirando al mundo con «ollos galeguistas», y desde valores como la lealtad, el trabajo, y saber escuchar al otro. Recordó al hombre que tenía en la familia su refugio de vida, y que diseñaba proyectos para Lalín paseando el monte Carrio con José Crespo, «dúas persoas sen as que non se pode entender Lalín hoxe», con empresarios como Florentino, José Ramón González, Pichel y tantos otros.

El acto, en el que intervino el arquitecto ourensano Juan Cabanelas, lo cerró el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Santalices: «Tres motivos me traen aquí: honrar a un amigo, a un político e a un parlamentario». Destacó su permanencia durante sus 17 años en O Hórreo, siempre en el mismo grupo, y su personalidad: «Era un deputado aguerrido, combativo, valente, encaraba como ninguén os temas a discutir». También elogió su habilidad negociadora, y que siempre cumplía su palabra. «Algo tiña que ter de especial: cando morreu, a presidenta do Parlamento, Dolores Villarino [PSOE], ofreceulle á familia que puidera ser velado alí». En lo político, subrayó que «foi o que integrou con Baltar e Victorino Núñez a Centristas de Galicia» en el PP, posibilitando grandes resultados al partido tras un pacto que «se fixo en Lalín e que propiciou Pepe Cuíña», de quien destacó además su dedicación a fortalecer el carácter galleguista de los populares, vía abierta por Albor. Elogió su labor como secretario xeral del PPdeG.

En lo personal, expresó que fue un hombre de valores -también lo destacó en la misa previa el obispo de Tui-Vigo, Luis Quinteiro-, como la lealtad y la amistad. Orgulloso de sus orígenes, «con gran capacidade para discutir, teimar e desplantar. Era o seu carácter, pero tamén con gran capacidade para esquecer». Con pasión por su familia y por Lalín, que erigió una estatua en su honor en el 2008 con estas palabras a su pie: «O pobo de Lalín ao seu valedor Xosé Cuíña Crespo, ‘o fillo do muiñeiro’. Galicia nai e señora».