Una mujer estafa 50.000 euros a un pensionista coruñés de 75 años con el timo del amor

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

MARCOS MÍGUEZ

El hombre puso un anuncio buscando compañía, ella lo engañó y ahora está totalmente arruinado

28 abr 2023 . Actualizado a las 20:01 h.

Fernando es un pensionista coruñés de 75 años que se enamoró de quien no debía. De una mujer que pese a no haberla tenido jamás delante le estafó en 8 meses 50.000 euros, un dinero que el hombre no tenía pero que hizo de todo para tenerlo. Tuvo que pedir créditos a varios bancos y financieras y ahora le reclaman las deudas. No tiene cómo afrontar los pagos.

La soledad lo estaba matando en septiembre del año pasado. Así que puso un anuncio en un periódico. «Escribí que necesitaba compañía, que era un hombre muy cariñoso, honrado y sensible», recuerda Fernando, quien «no quería una relación fugaz, sino sincera y para toda la vida». Dejó su número de teléfono para que toda interesada lo llamase. Al día siguiente recibió en su WhatsApp el mensaje de una mujer que decía ser rumana, de 45 años y residente en Madrid. El hombre destaca que le decía «cosas muy bonitas. Me daba mucho ánimo y cariño. Me hizo olvidar la soledad. Pasaba el día esperando el momento de volver a charlar con ella a través del WhatsApp. Volví a sonreír». Es más, pronto hicieron planes de boda. Fernando estaba impaciente por tenerla en casa y ella le daba largas, le decía que necesitaba arreglar unos asuntos en Madrid para viajar definitivamente a A Coruña. Pero las semanas pasaban y su encuentro no llegaba.

A los dos meses, con Fernando completamente enamorado, la estafadora le contó que sus padres iban a perder la casa en Rumanía, que ella no tenía recursos para ayudarlos, que 6.000 euros serían suficientes. El hombre no se lo pensó y le envió el dinero.

La sangría no acababa más que de empezar. Unas veces porque a su padre le había dado un ictus, otras porque le explotó la casa, Fernando siempre estaba ahí para lo que ella necesitara. «No podía negarle nada a alguien que me contaba que estaba enferma o que se iba a quedar sin casa. Me rompía el corazón con sus palabras y buscaba dinero debajo de las piedras para ayudarla, convencido de que todo lo que me decía era cierto y de que pronto viviríamos juntos», recuerda hoy un hombre que, según sus propias palabras, está «completamente deshecho, hundido y arruinado». Sigue pensando en ella.

«Esta semana me volvió a escribir para decirme que tenía cáncer»

Desde septiembre del año pasado hasta abril, todo lo que pedía la estafadora, Fernando se lo daba. La reparación de la vivienda por una explosión de gas, los gastos médicos de su padre enfermo, el pago de un ingreso propio en un hospital privado, un ictus de su madre, un accidente... Nadie podía tener tan mala suerte como esta mujer y Fernando, «enganchado a esa forma de hablar y escribir tan cariñosa», no se enteraba. Hasta que se quedó sin dinero y sin nadie a quién pedírselo.

Cuando en abril se cerró el grifo, ella desapareció. Hasta que «esta semana me volvió a escribir para decirme que tenía cáncer, que le habían encontrado un bulto en la cabeza y necesitaba 15.000 euros para unas inyecciones que solo se venden en Estados Unidos». Él se negó y puso el asunto en manos del abogado coruñés Kostka Fernández, que intentará sentarla en el banquillo. Lo difícil será encontrarla. Dice el abogado que son mafias que operan donde no llega Interpol.