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El Gobierno permite proponer cambios en una ley a la que se culpa de todos los males educativos
03 nov 2018 . Actualizado a las 16:43 h.El Ministerio de Educación y Formación Profesional ha abierto un conducto para que personas y entidades representativas de la comunidad educativa den su opinión sobre los cambios previstos en la Lomce, sin duda la ley educativa más contestada de la democracia, hasta tal punto que con cada manifestación contra la norma asoman decenas de pancartas con asuntos que nada tiene que ver con ella. Hasta el 10 de noviembre hay plazo para enviar las propuestas al ministerio (consulta.seefp@mecd.es). Junto con la convocatoria de participación, el equipo de Isabel Celaá incluye las grandes medidas que se van a cambiar:
Los itinerarios
El nuevo equipo del ministerio está en contra de la segregación de alumnos a partir de las capacidades o notas, los llamados itinerarios. Programas como el PMAR, la FP básica o las adaptaciones curriculares que no titulan «han aumentado las desigualdades, y perjudicado la inclusión y la equidad».
Las reválidas
Fue el gran caballo de batalla contra la Lomce: no se puede decidir un título obligatorio en un examen, sobre todo, dice Celaá, si este se hace «cuando el alumno ya no tiene posibilidad de mejora». Aunque nunca entraron en vigor, la reforma del PSOE incluirá su desaparición oficial.
Publicación de ránkings
Sacar la nota por centros no solo en bachillerato, sino también en primaria y secundaria, era otro aspecto de la Lomce que nunca entró en vigor.
Currículo complejo
En la Lomce hay asignaturas de primera y segunda categoría (las lenguas cooficiales lo eran, aunque con una equiparación de última hora) y solo algunas computaban para la promoción. Hay además un intento de controlar el temario en todo el país.
Sin ciclos en primaria
La movilidad de los profesores y el aumento de los repetidores fueron las principales consecuencias, cuando la división anterior por grupos de dos años había dado buenos resultados para maestros y objetivos de etapa (solo se podía repetir al final de cada ciclo).
Menos pública
Celaá considera, ya lo dijo en el Congreso, que la Lomce le restaba peso a la educación pública. Madrid ha sido el claro ejemplo de cómo se ha priorizado con la Lomce la creación de plazas concertadas frente a públicas.
Religión en bachillerato
Otra de las grandes polémicas de la ley: Religión vale para la nota media de bachillerato al mismo nivel que Lengua o Filosofía.
Directores a dedo
Frente a la filosofía más comunitaria de las leyes anteriores, la Administración educativa tiene ahora más poder para elegir la dirección de los centros. Y el consejo escolar perdió peso en las decisiones del colegio. Además, aumentaron la burocracia y los reglamentos en todas las etapas.