La UE sitúa el final del AVE en enero del 2022, un año de retraso que el ADIF niega

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Uno de los viaductos en el tramo del ave que en el2020 se anunció que serían cofinanciados por la Comisión Europea
Uno de los viaductos en el tramo del ave que en el2020 se anunció que serían cofinanciados por la Comisión Europea MIGUEL VILLAR

El Gobierno alega que dio esa fecha por prudencia, para evitar perder los fondos por algún imprevisto en las obras

16 ene 2020 . Actualizado a las 20:36 h.

Los plazos del AVE y la cuantificación del retraso que arrastra recupera su espacio en el debate político. La concesión de unas ayudas -226 millones de euros- para las obras de plataforma en el AVE gallego entre Lubián (Zamora) y Taboadela (Ourense) ha destapado la fecha que maneja Bruselas para que el nuevo acceso ferroviario de alta velocidad a Galicia esté en servicio. «Esta línea ferroviaria se espera que esté operativa a partir de enero del 2022», explica la Comisión Europea en la nota informativa sobre estas ayudas comunitarias del Fondo Europeo de Desarrollo Regional. Esta fecha de finalización supone al menos un año de retraso sobre el plazo comprometido, que fija para diciembre de este año la puesta en servicio de la línea al completo, a excepción de la variante de Ourense. Este horizonte temporal fue acordado en su momento por el Gobierno de Rajoy con la Xunta y asumido después por el Gobierno de Pedro Sánchez y el ministro de Transportes, José Luis Ábalos.

Es evidente que Bruselas no llega a conclusiones sobre los plazos de las obras que financia por sí sola. La información la recibe de los Estados y, en este caso, el límite para la operatividad de la línea fue aportado por la Administración española, según confirmaron fuentes del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF). La cuestión es que hasta ahora esta empresa pública alegaba que no podía dar un plazo actualizado para el fin de las obras -esto es, teniendo en cuenta el retraso técnico que reconocieron recientemente-, pues la decisión última de la puesta en servicio tras el período de pruebas depende de un organismo supervisor independiente: la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (AESF).

Así que la explicación del administrador ferroviario respecto a esta fecha proporcionada a la Comisión Europea radica, en primer lugar, en que es preceptivo dar un plazo aproximado de puesta en servicio para poder optar a los fondos comunitarios. Y que se decidió dar uno prudente para evitar ser penalizados por las autoridades europeas e incluso arriesgarse a perder los fondos si se producen paralizaciones o imprevistos en las obras. Explicado de otra forma: el ADIF niega que esa fecha refleje un retraso de un año que no fue comunicado a la opinión pública gallega, sino que es un colchón de seguridad para garantizar el cobro de estos 226 millones si surgen problemas en esta última fase de las obras.

La solicitud se hizo en diciembre del 2018 y recibió múltiples observaciones a lo largo del año pasado, según admiten esas fuentes, que relacionan estas objeciones con las paralizaciones que sufrieron las obras durante el 2015 y el 2016, cuando estaba Ana Pastor al frente de Fomento y Gonzalo Ferre al mando del ADIF. De hecho, representantes del administrador ferroviario viajaron a Bruselas en mayo del año pasado para tratar de limar estas asperezas. «Enero del 2022 es una fecha límite. Nos vimos obligados a poner un año de margen. No nos podemos permitir después de la paralización que hubo ningún cuestionamiento más en cuestión de fondos», explican. «Cuando se paralizaron las obras a punto estuvimos de tener que devolver lo que nos habían aportado», añaden.

En definitiva, el ADIF niega el retraso de un año. Y solo reconoce que hay una demora de tres meses para el inicio de las pruebas de carga y de entre cuatro y seis meses para poder recorrer el tramo entre Pedralba (Zamora) y Ourense con trenes en pruebas.

El presidente de la Xunta, en cambio, lamentó que el informe de su Ejecutivo sobre la marcha de las obras coincida con las previsiones de la UE. Efectivamente, un dosier de los técnicos de la Consellería de Infraestruturas vaticinaba que la venta de billetes para la nueva conexión ferroviaria ni siquiera podría producirse el año que viene, en pleno Xacobeo, y que la puesta en servicio no sería posible hasta principios del 2022. «¿Que quere que lle diga?», dijo tras ser preguntado por este asunto en la rueda de prensa tras el Consello de la Xunta. «Imos a estudar ben quen di iso, pero paréceme moito máis verosímil esa data que as enganosas que da o Goberno de España dende todos os seus púlpitos».

La Comisión Europea colaborará con 226 millones en el último tramo de la línea de alta velocidad

i. sánchez artero. bruselas

La Comisión Europea anunció ayer una inversión de cerca de 226 millones de euros del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) para la construcción del último tramo de la línea de alta velocidad a Galicia, entre Lubián (Zamora) y Taboadela (Ourense). Se trata de una partida que ya estaba prevista, aunque se desconocía la cantidad exacta, para financiar una parte de uno de los tramos más complejos de la red que conecta Madrid con Santiago. Esta partida irá a financiar 48,5 kilómetros de plataforma de los 548 que separan Madrid y de la capital gallega.

La comisaria de Cohesión y Reformas, Elisa Ferrera, ha insistido en que esta partida «beneficiará a los pasajeros y empresas con servicios de transporte más seguros, rápidos y ecológicos». Además, según la italiana, también impulsará la economía local y de la Unión Europea en general, ya que es parte de la red transeuropea que conecta mejor el sudoeste de Europa con el resto del continente».

Bruselas confía en que esta red férrea suponga una mejora de los tiempos de viaje, termine con los cuellos de botella ferroviarios y aumente la comodidad actual para los pasajeros, así como incrementar la frecuencia del servicio. El eurodiputado socialista Nicolás González Casares se mostró satisfecho con la noticia, a pesar de que es una partida que ya estaba prevista, y ha aplaudido que Europa «contribuya a financiar una parte del AVE en España, una herramienta clave para Galicia». El popular Francisco Millán Mon, por su parte, cuestionó el plazo de enero del 2022, una fecha que calificó de «tardía». «Me parece muy preocupante. Ya hemos contactado con el gabinete de Elisa Ferreira, Comisaria de Desarrollo Regional, para pedirle explicaciones sobre este asunto», añadió.