La financiación para el 2020 premia a Cataluña, Valencia y Baleares

r. s. REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Juan Carlos Hidalgo | efe

El incremento de fondos para Galicia se queda por debajo del 3 %, a la cola entre las comunidades

23 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La financiación que maneja el Gobierno para repartir este 2020 entre las comunidades —103.000 millones de euros entre entregas a cuenta y otros instrumentos, aunque la cifra final variará cuando se presenten los presupuestos del Estado— supone un incremento de esos fondos de 4,46 % sobre las mismas previsiones que manejaba el Ejecutivo de Pedro Sánchez hace un año. Pero la subida es muy asimétrica por territorios. Los más beneficiados por la subida este año serán los del arco mediterráneo: Cataluña, Valencia y Baleares.

El aumento de fondos anunciado por el Ministerio de Hacienda será de entre el 5,2 % para los primeros, y el 6,8 para los últimos. Es el doble de previsto para Galicia: en la comunidad ese aumento se queda por debajo del 3 %, y a la cola entre todas las autonomías (solo se quedan por debajo Extremadura y La Rioja).

Cataluña será este ejercicio, inicialmente, la que recibirá más fondos, más de 21.000 millones de euros, prácticamente mil más que la segunda, Andalucía, y casi 6.000 más que Madrid. La Xunta percibirá 7.715, unos 230 millones más sobre lo previsto inicialmente para el 2019.

Sea casualidad o no, lo cierto es que esos territorios beneficiados son aquellos que con más insistencia piden, y desde hace años, un cambio en la financiación autonómica para primarles. Y es la promesa que arrancó el grupo de Compromís al PSOE en el pacto para apoyar la investidura de Pedro Sánchez. Son comunidades que sistemáticamente han tenido que recurrir a créditos del Estado como el FLA para poder cubrir sus servicios, y han incumplido con las reglas de estabilidad financiera (el déficit y el pago a proveedores, principalmente), como sí ha hecho Galicia.

Modelos de financiación

Las regiones del arco mediterráneo reclaman un cambio de financiación que tenga en cuenta criterios de habitantes y llegada de visitantes —atención a turistas, por ejemplo— para cumplir con sus servicios públicos, mientras que territorios del norte y más despoblados, como Galicia, Asturias, Aragón o Castilla y León reclaman un modelo justo que asuma criterios como la dispersión de sus núcleos de población o el envejecimiento, porque suponen un incremento en los costes de servicios como educación (por el transporte) y sanidad.