El Gobierno gallego recupera todo su poder ejecutivo, pero sin respaldo legislativo

GALICIA

Tras la cancelación de las elecciones gallegas, el refuerzo del Sergas y la gestión ordinaria ocuparán los próximos meses al no haber margen para otros avances
20 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La Xunta de Galicia inicia un periplo desconocido que puede durar semanas... o meses. La anulación del proceso electoral ya iniciado ha despejado algunas situaciones singulares, pero deja otras peculiaridades para la gestión política y administrativa. Estas son las claves para el próximo período.
¿Existe alguna restricción para el Gobierno gallego en las próximas semanas?
Ninguna. El Ejecutivo tiene plenas facultades y no está en funciones, condición que solo se activa desde la celebración de los comicios hasta la toma de posesión. El decreto que anula el proceso electoral iniciado a principios de febrero deja sin efecto cualquiera de las limitaciones recogidas en la ley electoral desde que el presidente convoca hasta el domingo en el que tienen lugar. Es como si no hubieran existido estos 36 días. Por tanto, el Gobierno gallego puede trabajar con total normalidad y retomar las inauguraciones o las campañas promocionales. En cualquier caso, siempre están permitidas las iniciativas de carácter informativo, como las relacionadas con la crisis sanitaria. Se levanta también la prohibición de la publicación de folletos, trípticos o envíos de correos electrónicos que incluyan logros institucionales. Perseguir estas prácticas era estos días una de las labores de la junta electoral gallega.
¿Qué se deja el Ejecutivo en el tintero por esta situación excepcional?
A nivel ejecutivo no existen restricciones, pero durante este tiempo no se podrá avanzar en nuevos textos legislativos o en cualquier iniciativa que requiera trámites parlamentarios, porque la Cámara solo atiende causas de fuerza mayor a través de la diputación permanente, compuesta por 22 de los 75 diputados y sin capacidad plenaria. Por tanto, el Gobierno tampoco podrá avanzar en varios proyectos de leyes que estaban en trámite y que, de otra forma, podrían llegar a tiempo para aprobarse en el actual período de sesiones suspendido. Se quedan en el tintero la Lei de ordenación do Territorio; la Lei de Museos; la Lei de pesca continental; y la Lei de impulso demográfico. Otras iniciativas como las referidas a la movilidad de tierras o la regulación del juego ya se daba por hecho que quedaban para la siguiente legislatura.

¿Cómo se desvían fondos de cualquier consellería para reforzar el Sergas?
El trasvase de fondos para reforzar las necesidades del Sergas será uno de los principales actos administrativos en las próximas semanas. Técnicamente se llaman modificados de crédito, y son órdenes que coordina la Consellería de Facenda y que permiten mover partidas de uno a otro departamento. Un ejemplo claro: Vicepresidencia consigna anualmente una cantidad para incentivar a los concellos para que se fusionen. Si no se utiliza, como ha ocurrido en los últimos años, puede moverse para pagar personal porque han existido más sustituciones de las previstas, algo bastante habitual. Feijoo ha dejado claro que solo existe una prioridad en la Xunta: pagar las 80.000 nóminas. El resto de los fondos son susceptibles de reorientarse para reforzar el sistema público de salud.
¿Puede Feijoo repescar a los directivos cesados para ir en las listas?
Sí, cuando el presidente considere. Solo tiene que llevar los nombramientos al Consello da Xunta y publicarlos en el DOG, algo que podría hacer hoy mismo. Son doce altos cargos que tenían distintas responsabilidades en las cinco delegaciones territoriales o en departamentos que, en condiciones normales, son estratégicos para el Gobierno aunque no alcancen el rango de consellería, como pueden ser Turismo o Emigración. De otra forma, Feijoo tendría que prescindir durante estos meses de Álvaro Pérez, un pilar estratégico en su equipo de confianza y que cesó como secretario xeral de Presidencia. El hecho de que todo el proceso tenga que comenzar de cero hace muy posible su regreso.
Un examen inesperado para la sanidad pública, cuestionada en toda la legislatura
La crisis sanitaria ha elevado a cotas nunca vistas el nivel de colaboración y entendimiento entre los partidos políticos gallegos, que han resuelto por la vía rápida y sin fisuras el escollo de la suspensión electoral. Superado lo más urgente, al Gobierno y al grupo parlamentario del PPdeG les toca facilitar alguna fórmula para que los partidos de la oposición no se queden fuera de juego en los próximos meses en los que el Parlamento está prácticamente desactivado. La oposición pide un altavoz institucional y cierto margen para ejercer su papel de control al Ejecutivo.
Feijoo ya se ha comprometido a participar en alguna convocatoria de la diputación permanente, aunque no está por la labor de abordar asuntos que no tengan que ver con la crisis sanitaria, que antes o después volverá a poner al servicio gallego de salud en el centro de la polémica política. Ya lo estuvo durante toda la legislatura por cuestiones que ahora parecen anecdóticas al lado de la prueba de tensión extrema a la que está sometido el Sergas estos días.
La otra clave que deberá manejar la Xunta en el caso de que emergencia sanitaria se alargue son los presupuestos del 2021, que gestione quien los gestione ya no serán ni parecidos a los de los últimos años. Más que nunca, el Xacobeo se convertirá en un elemento dinamizador indispensable ante el batacazo que va a sufrir en el 2020 el sector turístico, pero habrá que reorientar esfuerzos con los consecuentes sacrificios. Si las elecciones son en otoño, la toma de posesión sería en noviembre, tarde para que puedan entrar en vigor el 1 de enero.