«Sin caza selectiva, el lobo nos va a desbordar, va a ser igual que el jabalí»
GALICIA
Los dueños de reses en Pontevedra temen que se multipliquen los ataques, mientras estos siguen produciéndose en A Mariña
11 feb 2021 . Actualizado a las 17:55 h.La cría de vacas es una de las actividades tradicionales y de mayor arraigo en la Serra do Suido, en el municipio pontevedrés de A Lama. El lobo es también su enemigo de siempre. De ello dan fe los restos de las antiguas trampas de piedra, los llamados foxos do lobo, que todavía hoy permanecen como testigos mudos de un pasado no tan lejano.
La prohibición total de la caza del lobo no ha sentado bien en estas aldeas, donde muchos viven del ganado. Cada res muerta es un quebranto económico. Manuel Castro es uno de estos vecinos. Tiene a sus animales sueltos paciendo en el monte. «Se os que fixeron esa lei viviran disto, non o facían, porque vai en contra da vida do campo», resalta, refiriéndose al decreto del Gobierno para proteger esa especie por completo. Castro indica que a los perjuicios que les causan los ataques de los lobos y ahora esa prohibición de su caza selectiva se le suma la lentitud de la burocracia para el pago de las indemnizaciones que se aprueban. «Neste ano entre o gando do meu fillo e máis eu van xa once becerros mortos polos lobos. Nos primeiros quince días, as vacas teñen aos becerros escondidos e non os ensinan, e se non os atopas antes co lobo, xa te quedaches sen eles», precisa. Sus vecinos, dice, ya no denuncian; están «aburridos» de tanto papeleo.
Para minimizar daños, Castro intenta localizar a los becerros recién nacidos y bajarlos a un cercado a la aldea, pero a veces llega tarde y solo se encuentra con la carcasa del animal muerto. Para él, la prohibición total de la caza «vai en contra da vida do campo», porque no le pone límites al número ni a los lugares a donde puede llegar el lobo.

Pigarzos es otro lugar de la Serra do Suido. Allí vive Luis Vaqueiro, con más de doscientas cabezas de ganado vacuno. Lo tiene en cercados y cuando una vaca está para parir la baja a la aldea. Cuando da a luz, «o becerro xa non sube ao monte, queda todo o tempo encerrado. Ata os dous meses os becerros están todo o tempo coa nai, e despois maman de noite nada máis, ata os sete meses cando os levo para os cercados». Eso le ha permitido frenar los ataques del lobo, relativamente frecuentes en las parroquias vecinas.
Vaqueiro cree que sin la caza selectiva ahora prohibida, «el lobo nos va a desbordar igual que el jabalí, es un animal que no tiene ningún enemigo natural y yo creo que habrá que controlarlo de alguna forma, porque su comida más fácil son las reses». Aunque no sufre el asedio del lobo que sí padecen otras zonas del entorno, Vaqueiro cree que sí es necesario que los políticos tengan en cuenta todas las consecuencias de sus decisiones: «Les pido que piensen lo que ya pasó con el jabalí, porque ahora ni haciendo batidas se logra controlarlo». No apoya, clara, el exterminio del lobo, pero sí su control.

«Inscribín o becerro que naceu o martes ás nove da mañá no rexistro da Xunta, e unha hora despois souben que xa o comera o lobo»
Los ataques del lobo son una constante en A Mariña. En la madrugada del martes al miércoles, este cánido salvaje atacó y mató dos terneros en Riobarba, en el lugar de Maladas, casi en el límite entre O Vicedo y Viveiro. Uno había nacido el martes por la tarde y pastaba junto a una casa habitada propiedad de la familia titular de la explotación. El otro, que contaba siete días de vida, estaba en un terreno algo más alejado. Las heridas que le provocó el lobo hicieron necesario su sacrificio. «Inscribín o becerro que naceu o martes ás nove da mañá no rexistro da Xunta, e unha hora despois souben que xa o comera o lobo», denunciaba ayer el dueño de los animales, José Fernández Polo. Este ganadero mariñano considera que, al menos en el norte de Galicia, la población del lobo está «descontrolada», ya que ahora ataca cerca de núcleos habitados, e incluso junto al mar. Puntos donde nunca ha tenido presencia. La lista de animales domésticos que están pereciendo debido a la acción del lobo en esta zona es interminable. «É un perigo porque calquera día pode haber unha desgraza cun neno ou calquera outra persoa», avisa José.