Javier Gándara: «Nunca había sido tan difícil prever la demanda de vuelos»

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas
Javier Gándara, presidente de la Asociación de Líneas Aéreas

Las aerolíneas confían en recuperarse entre el 2023 y el 2024, asegura el presidente de la Asociación de Líneas Aéreas. Cree que Galicia debe aprovechar al máximo sus tres aeropuertos

20 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La demanda de billetes de avión no acaba de despegar pese a que las compañías están desplegando un notable abanico de destinos. El presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA) en España, Javier Gándara (Betanzos, 1969), confía en que recuperarán la normalidad entre el 2023 y el 2024, tras la crisis sanitaria. Ve muchas ganas de viajar, cree que hay margen para ajustar los precios y anima a Galicia a aprovechar que tiene tres pistas.

—Se están recuperando muchos vuelos, pero ¿y la demanda?

—Los aviones no están tan llenos como antes del covid. En julio se recuperó el 71 % de los vuelos pero, en cambio, solo el 42 % de los pasajeros. Ocurre en toda España y en Galicia también. Las compañías estamos haciendo muy buenas ofertas para estimular la demanda, pero las restricciones aún existen y la gente se lo piensa más. Antes de la pandemia los aviones iban al 85 % de ocupación y en la primera mitad de esta año la media fue del 60.

—¿Están volando a pérdidas?

—Lo que estamos intentando es no hacer vuelos a donde no cubramos al menos los costes variables y, en la medida de lo posible, los fijos. El problema es que nunca ha sido tan difícil predecir la demanda de vuelos como ahora. Ha cambiado el patrón del consumidor, reserva con muchísima menos antelación al no ver que las restricciones evolucionen.

—¿Cómo encaran estratégicamente las aerolíneas ese cambio?

—En vez de centrarnos en las rutas más densas estamos abriendo el mayor número de destinos posible aunque sea con menos frecuencias. Lo que más se está recuperando es el mercado doméstico y eso eleva la competencia.

—¿Sufren muchas cancelaciones?

—Nunca ha sido tan difícil para las compañías, por eso hemos flexibilizado nuestras políticas, incluso las low cost, que antes teníamos los billetes no reembolsables. Hemos cambiado eso. Esperamos que este verano sea el comienzo de la recuperación, aunque va a ser lenta, hasta el 2023 o el 2024. Todas las compañías daremos pérdidas este año.

—¿Será una recuperación homogénea y para todo tipo de vuelos?

—Lo que se está recuperando antes son los vuelos domésticos y luego los intraeuropeos. Algunos aeropuertos han llegado este verano a un volumen similar al prepandemia en vuelos nacionales. Y en cuanto a la motivación, lo que más tirón tiene son los vacacionales y los de visita a allegados. Los de negocios está tardando más, pero se recuperarán.

—¿Podría darse una concentración de vuelos en los aeropuertos con más demanda? ¿Hay peligro de que cierre alguno, máxime con la expansión del AVE?

—Lo veo difícil y no es necesario. La red de Aena, con sus 47 aeropuertos, es en su conjunto rentable. Y desde 1992 ya ha habido una transición del avión al tren donde hay AVE. En el 2007, en esas rutas la penetración del avión era del 65 % y en el 2018 bajó al 20, con lo que ya se ha dado esa transición. La gente que vuela en esas rutas lo hace por precio y por conexiones con otros aeropuertos. Lo que hay que resolver es la intermodalidad y que el AVE llegue, al menos, a los aeropuertos con vuelos de largo radio. Somos complementarios.

—Pero en materia medioambiental se está proponiendo la prohibición de los vuelos cortos en favor del tren.

—Si se prohibiese volar entre Madrid y Barcelona, Valencia, Alicante, Málaga y Sevilla solo se eliminaría el 1 % de las emisiones de los vuelos comerciales en España y en cambio generaríamos un problema de conectividad muy grande. Además el pasajero de esas rutas que busca conexiones no se pasaría al tren, volaría a otro lado.

—Portugal acaba de anunciar que en el 2030 empezará la obra de su AVE al aeropuerto de Oporto y de allí a Galicia. ¿Que impacto tendrá en los aeropuertos de aquí?

—Será otra alternativa para los gallegos, aunque seguirán logrando mejores conexiones en el largo radio en Madrid o París.

—¿Cómo valora la existencia de los tres aeropuertos en Galicia?

—Los aeropuertos, las infraestructuras aeroportuarias, se pagan íntegramente con las tasas aeroportuarias que abonamos las compañías aéreas. La red de Aena permite que Galicia tenga tres aeropuertos sin que le cueste ni un euro al contribuyente. Eso sí, el aeropuerto facilita el tráfico, no lo genera. Eso depende de las compañías aéreas, de la oferta y la demanda. Si se empezase ahora de cero seguramente no haríamos tres, pero hay lo que hay y lo suyo es aprovecharlo al máximo. Lo difícil es que lleguen a triplicarse las rutas internacionales.

—Políticamente se ha intentado coordinar los vuelos de los tres aeropuertos. ¿Es posible que se decida eso desde la política?

—No, no se puede hacer. Volamos donde creemos que tenemos las mejores condiciones. Se puede decidir una cierta política de subvenciones, pero son solo una parte de las variantes y al final son pan para hoy y hambre para mañana. Si no son rutas maduras, cuando se acaba la subvención se acaba el vuelo.

—Ayuntamientos, diputaciones, cámaras de comercio y autonomías preparan concursos para abrir rutas después de negociar con una compañía las condiciones. ¿Estima que es transparente?

—Vemos bien que pueda haber ayudas para promocionar un destino o una ruta en sus primeros años, pero siempre y cuando no se distorsione la competencia.

—¿Hay margen para que Aena siga abaratando los costes aeroportuarios?

—Las tarifas han bajado en estos últimos cinco años un 2,2 % de media. Ahora Aena propone una subida acumulada del 5,5 % para los próximos cinco. Creemos que deberían seguir bajando.

—¿El mercado aéreo volverá a ser igual que antes de la crisis?

—Esa es la pregunta del millón. La gente quería viajar antes de la pandemia y lo querrá volver a hacer después. Hemos demostrado que los vuelos son sanitariamente seguros. Y con el avance en la vacunación hay más garantías. Eso sí, habrá que seguir viajando con mascarilla; se acelerarán los métodos de pago y control digital sin contacto o el reconocimiento facial, pero se seguirá viajando.

—¿Y los precios? ¿Bajarán mas?

—Creo que hay margen para seguir ofreciendo precios muy competitivos para que la gente pueda volver a viajar, que lo quiere hacer más que nunca para sus vacaciones y ver a allegados.

—Los hosteleros han empezado a crear sus aerolíneas, por ejemplo entre Galicia y Canarias, para captar turistas. ¿Les afecta?

—El nuestro es un mercado liberalizado desde hace tiempo y el que tenga medios y recursos puede entrar. Lo único que reclamamos es que todo el mundo lo haga en igualdad de condiciones. El Cabildo de Canarias destinó 700.000 euros a la creación de una aerolínea de ese tipo y creemos que deberían haberse puesto al servicio de todas.