Portugal condena a 14 años al arousano Carlos Silla por el mayor alijo de coca incautado a gallegos en un velero

GALICIA

Parte los 183 fardos hallados en el velero donde fue detenido Carlos Silla junto a otros dos tripulantes, en Portugal.
Parte los 183 fardos hallados en el velero donde fue detenido Carlos Silla junto a otros dos tripulantes, en Portugal. Policía Judiciaria

Los otros tripulantes del barco cargado con 4.666 kilos, Xavier Fontán, de Vilanova, y Jorge Humberto, de Perú, también son condenados a la misma pena cada uno

26 dic 2022 . Actualizado a las 21:53 h.

Carlos Silla (Vilagarcía, 1986), Xavier Fontán Abad (Vilanova, 1993) y Jorge Humberto Guerrero (Perú, 1981) han sido condenados a 14 años de cárcel cada uno por los 4.666 kilos (inicialmente se cifró en 5.200) repartidos en 183 fardos hallados el 16 de octubre del 2021 a bordo del velero G-Siro, a unas 200 millas del litoral luso y con un destino que todo apunta que finalizaría cerca de las costas andaluzas. La sentencia no diferencia roles entre los tres tripulantes, aunque policialmente se considera que Silla sería el responsable de organizar el viaje y coordinarse con alguna organización en tierra para consumar la descarga.

Ya en España, Silla está considerado uno de los grandes narcos gallegos de la última generación, al que ubican desde la veintena participando del negocio a bordo de veleros y con contactos internacionales entre proveedores de esta droga en Sudamérica.

El juicio celebrado entre septiembre y noviembre en Lisboa —cubierto por La Voz en la capital lusa— dejó constancia de que el abordaje del velero y su posterior traslado a un puerto luso fue sobrevenido y no implicó investigación previa. Todo partió del aviso dado a la Policía Judiciaria de Portugal por el Centro de Análisis y Operaciones Marítimas en materia de Narcotráfico (MAOC), que detectó algo extraño en la estela del barco a medida que se acercaba a la Península. Lo explicaron ante el tribunal durante el juicio los dos inspectores portugueses que realizaron las diligencias policiales, y que reconocieron que ni ellos mismos sabían a quién y qué se iban a encontrar a bordo del velero.

Ya con el barco abordado, y los agentes dentro, surgió la gran sorpresa de hallar un velero de grandes dimensiones repleto de fardos de cocaína en casi todos los camarotes y a dos ciudadanos españoles y a otro peruano dentro. Ya al revisar las documentaciones de todos, se descubrió quiénes eran y los cargos que Carlos Silla y Jorge Humberto Guerrero arrastran en España. Estaban huidos por otro alijo de 3.700 kilos de cocaína incautado en marzo del 2020 en la ría de Arousa (operación Lince-Tuneladora) por el grupo II de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional y el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil, ambos con sede en Pontevedra; una causa que aún está sin juzgar y por la que la Fiscalía Antidroga en la provincia solicita para Silla, al considerarlo el cabecilla, otros 18 años en prisión. Ya para Humberto Guerrero solicita 13 años y seis meses.

La sentencia dictada por el tribunal luso, dado que no había investigación previa, no aporta más datos que los facilitados por los pocos agentes portugueses que participaron en el caso. Solo ellos declararon en la vista, la mejor evidencia de cómo se desarrolló esta actuación policial sin ayuda de otros países. Un trabajo de corto recorrido que implicó únicamente el abordaje del barco, su traslado a tierra y posterior inspección.

La sentencia tampoco revela de dónde procedía el barco, dónde cargó la droga, si se la entregó un barco nodriza en algún punto del océano Atlántico o cuál era el destino del velero, ya frente a España. Lo que sí confirmaron durante el juicio los agentes portugueses es que eso resulta imposible de concretar, aunque, bajo su criterio, la droga tenía muchas papeletas de acabar descargándose en algún punto de las costas de Huelva.

Modelo judicial de Portugal

Carlos Silla y los otros dos tripulantes del G-Siro fueron abordados y arrestados en octubre del 2021. Permanecieron en prisión provisional en un penal de Lisboa desde entonces y fueron juzgados entre finales de verano y este otoño; un espacio de tiempo muy corto, en comparación con los aplicados en España, por la obligatoriedad que implica el proceso de enjuiciamiento criminal luso. La normal obliga a juzgar en un año a los presos en prisión provisional, de ahí que este asunto ya esté sentenciado, más allá de que los condenados decidan recurrir el fallo.

En España, sin embargo, es muy diferente. Basta comparar este asunto con el otro que también afecta a Carlos Silla. La operación policial se explotó en marzo del 2021 y a día de hoy no existe una estimación de cuándo se enjuiciará. Eso sí, llegado el momento, Carlos Silla tendrá que ser traslado a Pontevedra para asistir al juicio que se celebrará en la Audiencia Provincial.