Nuevos grupos de inmigrantes llegarán en las próximas horas a Sanxenxo y a Sobrado

José Manuel Pan
José Manuel Pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Inmigrantes llegados a O Porriño la semana pasada.
Inmigrantes llegados a O Porriño la semana pasada. XOAN CARLOS GIL

El delegado del Gobierno destaca el carácter solidario de los gallegos, aunque lamenta «el ruido que había hace unas semanas». La Xunta vuelve a criticar la forma en que se gestiona la crisis migratoria

09 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En las próximas horas llegarán a Galicia nuevos grupos de inmigrantes procedentes de Canarias, adonde están arribando de forma masiva en cayucos desde hace semanas en una nueva crisis migratoria hacia España. La previsión es que hoy mismo lleguen por avión entre 60 y 70 inmigrantes, que tendrán Sanxenxo y Sobrado dos Monxes como destino. Pero todo depende de que los traslados se confirmen, ya que la distribución se realiza desde Madrid en el momento en que los inmigrantes aterrizan en Barajas. Y hay que tener en cuenta que pueden producirse cambios en el número de personas y también en la disposición de los establecimientos de destino.

El delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, destacó ayer durante una visita a San Cibrao das Viñas el carácter solidario de los gallegos, aunque lamentó que «hace unas semanas había mucho ruido» en relación a la llegada de los inmigrantes a Galicia.

Críticas de la Xunta

Mientras, desde la Xunta han vuelto a criticar al Gobierno central por la forma en la que está gestionando la llegada de los inmigrantes desde Canarias a Galicia. La conselleira de Política Social, Fabiola García, dijo que el Ejecutivo central está haciendo las cosas fatal y que «bótase en falta sentido común». En respuesta a una pregunta parlamentaria de su propio partido, el PPdeG, la conselleira volvió a recriminar al Gobierno falta de información sobre los migrantes trasladados a Galicia tras su llegada desde el África subsahariana a Canarias, como el hecho de que varios de ellos son menores o que algunos tuvieron que recibir asistencia médica.

Cada migrante llegado a Galicia tendrá un plan personal y apoyo psicológico

Tienen plena libertad de movimientos y estancia temporal por un mes. Los que han llegado a O Porriño llegaron a pagar 3.000 euros por el viaje en cayuco. Se esperan nuevos grupos en Sanxenxo y también en Sobrado

Carlos Punzón / Alejandro Martínez

Cada una de las personas migrantes que están siendo reubicadas en Galicia en la actual crisis migratoria será objeto de un análisis individual para ayudarles a realizar un posible itinerario a seguir para que puedan asentarse donde deseen o donde cuenten con familiares o conocidos en los que apoyarse para su radicación en Europa. Accem y Diversidades, las dos oenegés implicadas en el sistema de acogida desplegado en Galicia para atender los contingentes llegados a O Porriño, Vigo y A Coruña y los próximos que recalarán en Sanxenxo, estudiarán la situación de cada uno de los migrantes para determinar también si son víctimas en sus países de persecuciones étnicas e ideológicas —frecuentes en los casos procedentes de Senegal y Mali—, represalias contra minorías religiosas o por condición sexual, circunstancias que podrían cambiar su estatus migratorio para convertirse en refugiados o asilados. Esa consideración o su solicitud suspende cualquier proceso de retorno, devolución o expulsión hasta que se resuelva o no sea admitida.

Además de Sanxenxo y O Porriño, el Gobierno aseguró anoche que también llegará un grupo a Sobrado dos Monxes, pese a la oposición de su alcalde. No se ha concretado la cifra. Los migrantes llegarán a partir de este jueves al albergue de la localidad. 

Todos los migrantes llegados a las costas de Canarias y que están siendo reubicados en Galicia tienen abierto un expediente por falta administrativa de acceso ilegal a España que puede culminar en su expulsión y devolución a sus países de origen, si no se aceptan las peticiones de refugio o asilo o se sufren enfermedades de consideración. En todo caso, todos ellos gozan de plena libertad de movimientos a partir de sus enclaves de refugio temporal asignados en Galicia, en principio, para un mes. Pueden moverse mientras tanto en la misma localidad o hacia cualquier otra, y elegir el destino en el que intentar afincarse. Daniel Bóveda, coordinador en Galicia de Accem constata que en el caso de los subsaharianos, la mayoría tiende a ubicarse en Andalucía y en Cataluña en segundo término, enclaves en los que indica cuentan con una mayor red de apoyo familiar, de amistades y compatriotas.

Accem, con más de 15 años de asistencia en Galicia a personas vulnerables, ha sido requerida desde la Delegación del Gobierno en Galicia para buscar plazas en las que poder ubicar temporalmente a los afectados por la actual crisis humanitaria migratoria, al ser insuficientes los puestos ordinarios de acogida existentes en pisos, la mayoría en ciudades de la comunidad. La oenegé Diversidades, que atiende a los migrantes instalados en O Porriño, ha dado el paso voluntariamente de ayudar en esta crisis tras escuchar la petición de colaboración lanzada desde el Gobierno a las organizaciones no gubernamentales. «Es un reto apasionante y tratamos de contribuir a crear una conciencia colectiva en favor de las personas migrantes, así como ayudar a que la solidaridad voluntarista se convierta en una solidaridad bien estructurada que ayude a que la sociedad también lo sea», dice Santiago González Avión, director de Diversidades y presidente de la Federación Red Acoge. Incide, como Bóveda, en desterrar la valoración de la crisis migratoria como una cuestión de orden público o de mero suceso. «No se les puede criminalizar», reclama el responsable de Accem, mientras González-Avión remarca que «se trata de una situación de derechos y oportunidades, tanto de los que llegan como de la sociedad que los acoge. Otras vías de emigración están muy taponadas y optan por echarse al mar, pero no tienen ninguna pretensión de infligir ley alguna. Vienen con la intención de aportar», asegura ante el albergue de O Porriño donde 40 migrantes dan vueltas a su futuro.

Casos de estrés postraumático por 11 días en el mar con fallecimientos en el cayuco

Las oenegés que dan apoyo a los migrantes que están siendo reubicados en Galicia están prestando especial atención en el primer momento de la acogida al estado psicológico de quienes en muchos casos han visto morir a compañeros de travesía en los cayucos empleados. «Llegan tan solo con lo puesto, únicamente con su decisión de partir y embarcarse en una travesía tremendamente compleja», apunta Daniel Bóveda, coordinador de Accem en Galicia. Siguiendo el relato de decenas de personas a las que su organización ha atendido tras conseguir llegar a suelo español, indica que ese viaje a bordo de imposibles embarcaciones suele durar entre 9 y 11 días. «Pierden compañeros o familiares y por eso llegan muchos de ellos con estrés postraumático», dice como efecto añadido a una travesía más que difícil con la que deciden tratar de dejar atrás situaciones de persecución, riesgo vital o vulnerabilidad extrema.

La atención psicológica en esos casos se establece como primordial, para dar herramientas con las que paliar mínimamente el trauma vivido en unos escasos metros cuadrados con la incertidumbre de si se será el siguiente en morir o no se llegará a tierra. «Desde enero se han contabilizado 5.000 fallecimientos en el Mediterráneo y el Atlántico, y esos son solo los casos conocidos», lamenta Bóveda, que pide una mayor implicación de la UE con la estabilidad política de los países de origen de los migrantes.

Varios de los migrantes llegados a O Porriño.
Varios de los migrantes llegados a O Porriño. Oscar Vázquez

Los inmigrantes de O Porriño relatan que pagaron 3.000 euros cada uno por subirse al cayuco

Cuesta tres veces más subirse a un cayuco y arriesgar la vida para llegar desde Senegal a Canarias que montarse en un avión para cubrir la distancia cómodamente en pocas horas. Los inmigrantes alojados en O Porriño relataron ayer que pagaron 3.000 euros cada uno por hacer tan arriesgado periplo a través del Atlántico. Una apuesta decisiva ante la total falta de oportunidades en su país de origen, una región en la que existe una gran presión geopolítica y corrupción que avecina nuevas crisis migratorias. Algunos inmigrantes senegaleses dieron cuenta en O Porriño de la explotación laboral que sufrían en su país. Aseguraron que trabajaban, pero sin cobrar ningún salario. De los 40 jóvenes acogidos en el albergue de peregrinos, el más joven tiene 17 años y el mayor 38. Uno de ellos tuvo que recibir atención sanitaria en el hospital Álvaro Cunqueiro por las lesiones que sufrió durante la travesía. Las contusiones en los pies son habituales cuando se navega hacinado en un cayuco.

El transcurso de los acontecimientos dirá si semejante inversión y el enorme riesgo asumido habrá merecido la pena. Por el momento tienen un techo asegurado y comida en el albergue, donde reciben una atención integral por parte de la oenegé con sede en Vigo Diversidades Acolle, perteneciente a la Federación Red Acoge. Actualmente, lo que más necesitan es ropa para afrontar un frío al que no están acostumbrados. Precisan sobre todo calcetines y calzado, dado que todavía muchos siguen utilizando las típicas chancletas de ir a la playa. También precisan teléfonos móviles. Están solos, sin conocer nuestro idioma e incomunicados con sus familias por carecer de teléfonos móviles. Necesitan ponerse en contacto con sus allegados. Desean llamarles para tenerles al tanto de que lograron sobrevivir tras la dura travesía en cayucos por el Atlántico y el lugar en el que se encuentran. El portavoz socialista de O Porriño, David Alonso, visitó ayer a los inmigrantes e hizo un llamamiento para ser solidarios con ellos. Acudió con un traductor, un militante francés afincado en O Porriño, que se puso a disposición de los inmigrantes para facilitarles la comunicación en un país extraño para ellos. Desde la Federación Red Acoge urgen a las instituciones, actores sociales y a la sociedad en su conjunto a «dar una respuesta ejemplar como hemos demostrado en otras emergencias».