Eran las 20.39 del 24 de julio del 2013 cuando un tren Alvia descarrilaba a cinco kilómetros de la estación de Santiago dejando 80 muertos y 145 heridos. Este viernes, once años después de la tragedia, el exdirector de Seguridad del ADIF y el maquinista han sido condenados a dos años y medio de cárcel
26 jul 2024 . Actualizado a las 13:55 h.Son las 20.39 horas del 24 de julio del 2013. Es miércoles. El tren Alvia S-730 de la línea 150/151 circula a 199 kilómetros por hora cuando faltan cinco kilómetros para llegar a la estación de Santiago. Francisco José Garzón, de 52 años, conduce el convoy ferroviario. Tiene a su cargo dos cabezas motoras, dos vagones técnicos, ocho de pasajeros y uno de cafetería. Es un experto maquinista que hizo decenas de veces la misma ruta, entre las estaciones de Ourense y Ferrol. «Dímelo...». Garzón atiende así una llamada en su teléfono móvil. Es el interventor del tren, Antonio Martín. Le pregunta si este Alvia cabe por la vía desviada de la estación de Pontedeume para facilitar la bajada de una familia con niños. La conversación dura 100 segundos. En ese tiempo, el tren cruza un túnel, un viaducto y otro túnel, el último antes de entrar en la curva de A Grandeira, en Angrois, que hay que tomar a 80 km/h. Pero el Alvia va a 195 cuando el maquinista se da cuenta y activa el freno de emergencia. Ya es tarde. Falta un minuto para la tragedia. Cuando el tren empieza a descarrilar, su velocidad es de 179 km/h. El arrastre termina a las 20.41.16 horas. Es la hora oficial del accidente. Desde la locomotora volcada, Garzón habla con el puesto de mando de Atocha: «Dios mío, Dios mío, pobres viajeros. Ojalá no haya ningún muerto». Hay 80, y 145 heridos. Empieza el peor día de Galicia.
Aunque parezca mentira, han pasado ya once años de aquella tragedia que todavía reviven las víctimas del Alvia, decenas de pasajeros que sufrieron graves lesiones o perdieron a sus familiares en las vías, pero también los vecinos de Angrois que se encontraron con la muerte a las puertas de sus casas y que lo dieron todo por los viajeros de aquel endemoniado tren. Como los policías, guardias civiles, bomberos, sanitarios y demás miembros de los equipos de emergencias que nunca olvidarán las escenas de aquella destrucción.
El tren había salido de Madrid a las tres de la tarde con más de 200 pasajeros. Cinco horas después, arrancaba de la estación de Ourense tras cambiar de maquinista. La mayoría del trayecto hasta Santiago se hace a 200 km/h. Todo transcurre con normalidad. Entre las 20.29 y las 20.31, se activan cuatro avisos de rutina en la cabina: dos, por ir a 201 km/h, y dos, por bajar de 197. Es un tren cómodo y nada hace pensar en la tragedia.
Diez años después, las víctimas y los testigos (más de 500 y 125 peritos) tenían que volver la vista a aquel 24 de julio. ¿Qué vieron?, ¿qué oyeron?, ¿dónde iban sentados?, ¿a quién perdieron en el accidente? No fue fácil enfrentarse a esos recuerdos. Inovidable aquel: «En el vagón había un silencio... Yo lo llamo el silencio de la muerte» o «Recibes golpes como verdaderos proyectiles, del equipaje, de las personas... Cuando entras en el tren estás lleno de confianza y después todo se convierte en un verdadero infierno».
Empezaba el juicio más complejo, el mayor de la historia de Galicia, cuya sentencia pone hoy un nuevo punto y final.
Las fechas clave
24 de julio del 2013
El día del accidente. A las 20.43 horas, el tren Alvia descarrila en la curva de A Grandeira, en las afueras de Santiago, cuando circulaba a 178 kilómetros por hora, en un tramo que estaba limitado a 80.
26 de julio del 2013
Detenido el maquinista. Dos días después del descarrilamiento en Angrois, Francisco José Garzón Amo declara y sale libre con cargos. Se le imputa un hecho delictivo vinculado a la autoría del accidente.
24 de septiembre del 2013
Veintidós imputados. Después de que el juez Aláez, el primer instructor del caso, imputase a los responsables de seguridad el 20 de agosto, responsabilizó a 22 cargos y excargos del ADIF. Tras un mes, los desimputó.
7 de octubre del 2015
Fin de la instrucción. El juez del caso, que en ese momento era Andrés Lago Louro, cierra la instrucción del accidente del Alvia con el maquinista, Francisco José Garzón Amo como único imputado.
27 de mayo del 2016
La audiencia ordena reabrir el caso. Ve indicios de que el ADIF no evaluó el riesgo en la curva. En julio, la Agencia Ferroviaria Europea cuestiona la investigación: el informa del CIAF no fue independiente.
20 de octubre del 2017
Imputado el director de seguridad. El juez había reabierto el caso el 1 de septiembre. Además de imputar a Andrés Cortabitarte, exdirector de seguridad, también investiga a tres técnicos de Ineco.
5 de octubre del 2022
Comienza el macrojuicio. La Cidade da Cultura acoge nueve años después la vista que juzgó el accidente de Angrois. La Fiscalía solicitó cuatro años de prisión para el exdirector de seguridad y el maquinista.
14 de febrero del 2023
Declaran las víctimas. Tras las declaraciones de peritos, comienza la fase civil del juicio del Alvia con el relato de las víctimas.
20 de junio del 2023
Giro del fiscal. La Fiscalía retira la acusación contra el exdirector de seguridad de la circulación, Andrés Cortabitarte, al entender que no incumplió normativa alguna en sus funciones. La mantiene para el maquinista.
27 de julio del 2023
Visto para sentencia. Diez años después, el juicio del Alvia llegaba a su fin. El caso quedaba visto para sentencia.
27 de julio del 2024
La sentencia. Un año después del final del juicio, llega su resolución: el maquinista del Alvia, Francisco Garzón, y el exdirector de Seguridad en la Circulación de Adif, Andrés Cortabitarte, han sido condenados a dos años y medio de prisión por 79 homicidios y 143 lesiones imprudentes.