Diego Montaña, entre lágrimas en su alegato final: «Si pudiera, daría mi vida por la de Samuel»

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

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El jurado comenzará a deliberar el lunes para emitir un veredicto

16 nov 2024 . Actualizado a las 14:01 h.

Con esta frase acabó el juicio por el asesinato de Samuel Luiz y la pronunció Diego Montaña entre lágrimas haciendo uso de la última palabra. Podría ser mentira, pero también podría ser verdad. Como lo que dijeron los otros cuatro acusados en unos breves y compungidos alegatos finales, buscando librarse de las penas o aminorarlas. Antes, lo hicieron sus abogados. 

diego montaña

«Estoy muy arrepentido por lo que hice. Si yo pudiera revivir a Samuel...»

Diego Montaña había declarado el miércoles que si él no hubiese empezado la agresión, Samuel estaría vivo. Este viernes le costó un mundo hablar. Fue conciso y directo al corazón: «Estoy muy arrepentido. Si yo pudiera revivir a Samuel, juro que le daría mi vida». Su defensa, ejercida por Luis Manuel Salgado, aseguró que si su cliente, como el resto de los acusados, «se llegasen a imaginar que Samuel iba a morir, se cagan por los pantalones y ni Dios lo tocaría». Quiso dejar claro el letrado que nadie aquella noche buscaba la muerte de la víctima.

alejandro freire

«Simplemente, quiero pedir perdón y mostrar mi profundo arrepentimiento»

Apenas pudo articular palabra Alejandro Freire, Yumba, cuando se dirigió al jurado haciendo uso de la última palabra. «Simplemente, quiero volver a pedir perdón y mostrar mi profundo arrepentimiento», dijo.

Su abogado, David Freire, afirmó en su informe final que su patrocinado «solo tocó a Samuel 5 segundos y la muerte la causó un menor. Mantiene el letrado que la causa real de la muerte la provocó uno de los adolescentes condenados en su momento.

Alejandro Freire se enfrenta a una pena de 22 años de cárcel por asesinato. Lo que pide su letrado es que solo sea condenado por un delito de lesiones, aunque también se abre a la posibilidad de que lo castiguen por homicidio imprudente o, incluso, homicidio, con el atenuante de alteración psíquica y estar bajo los efectos del alcohol.

David Freire solicitó al jurado «un análisis racional y objetivo de la prueba» y evitar la «venganza» que quieren las acusaciones. «Apelaron a sus emociones, yo apelo a su inteligencia», dijo. Según él, existe una «versión oficial», la mantenida por la Policía Nacional, pero «no hay un solo testigo que haya respaldado esa postura. Para David Freire, las acusaciones y la policía solo buscaron «intoxicar» y «envenenar» al jurado con vídeos e imágenes de los acusados con armas blancas y cánticos violentos».

kaio amaral

«Mamá, te lo juro, yo no lo maté ni le pegué en ningún momento de la agresión»

Siempre que a Kaio Amaral le nombran a su madre, se derrumba, y ayer volvió a llorar desconsoladamente cuando en el uso de la última palabra se giró hacia ella, que estaba entre el público, y le dijo: «Mamá, te lo juro, yo no maté a Samuel». Antes se expresó así: «Ayer, aquí, dijeron que éramos una manada con ganas de sangre. Yo aquel día salí de trabajar para pasarlo bien. No le pegué en ningún momento. Tampoco me importa lo que la gente pueda pensar de mí, solo me importa lo que piense mi familia».

El penalista Ramón Sierra es su abogado y reconoció que su cliente «puede que sea un chorizo y tonto, pero no golpeó a Samuel Luiz». Por eso solicitó al jurado que de no considerarlo inocente, lo culpe de delitos menores. Convencido de que lo que dice Kaio es verdad, el letrado se lo juega todo a una carta. Este acusado se enfrenta a 27 años por un delito de asesinato y otro de robo con violencia —la sustracción del móvil de Samuel—.

Ramón Sierra solo reconoce que se apropió del teléfono, por lo que aceptaría un delito de apropiación indebida. Nada más. Descartó que le diese una patada a Samuel al principio de la agresión y acusó a la Fiscalía de no jugar «limpio». El abogado Ramón Sierra calificó lo sucedido como «un conjunto de golpes en una brutal agresión colectiva».

katy silva

«Yo no hice nada malo aquel día. Solo intenté parar a mi novio y no lo conseguí»

Katy Silva, para la que las acusaciones piden una pena de 25 años de prisión como autora de un delito de asesinato con la agravante de discriminación por orientación sexual, también muy emocionada y entre lágrimas, fue breve en su intervención: «No hice nada malo. Solo intenté parar a mi novio y no lo conseguí».

El letrado Luciano Prado reconoció que una vez concluida toda la prueba «tenía la esperanza de que se hubiese retirado la acusación» contra ella porque «no hay absolutamente nada que la condene». Está molesto pese a que las acusaciones ofrecieron al jurado, en caso de que no la vean culpable de asesinato, que sí la castiguen por cómplice, lo que supondría una pena de 14 años. Prado afirmó que «el juicio ha demostrado lo que había anticipado frente a la tesis de las acusaciones, que calificaron a su defendida como la dulce niña Catherine, la loba de la jauría, la asesina del patio». Según él, en este proceso «no están todos los que son ni son todos los que están» y, en todo caso, no ve ninguna prueba de la actuación de su defendida, si bien la amiga de Samuel Luiz dijo que la empujó para evitar que lo defendiese. La acusa de mentir. Cree que «una chica de 50 kilos y 1,50» no pudo hacer más para «parar» lo ocurrido, pues ella ha mantenido que intentó frenar a su entonces novio, Diego Montaña.

alejandro míguez

«Sinceramente, siento su muerte. Solo les pido que sean justos porque soy inocente»

Alejandro Míguez se sentó frente al jurado y le dijo: «Señoras y señores, sinceramente siento lo que le pasó a Samuel y la pena que está viviendo su familia. Solo les pido que sean justos conmigo. Soy totalmente inocente».

El penalista coruñés Manuel Ferreiro es su abogado y ayer alegó que abrió su calificación de los hechos a un supuesto delito de lesiones, si no obtiene la absolución total, porque tiene «la sensación de que, haga lo que haga y diga lo que diga, está condenado».

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En el caso de Alejandro Míguez, las acusaciones matizan que si no es considerado autor del asesinato, por lo que le piden 22 años, al menos debe ser cómplice, lo que reduciría la pena a 13 años, mientras que su abogado ha pedido la libre absolución, aunque añadió, de forma subsidiaria, la posibilidad de que sea autor de un delito de lesiones solo al principio de los hechos, antes de desistir. Ferreiro pidió al jurado que recuerde el «derecho a la presunción de inocencia», pues no ve ninguna prueba: «Si tienen pruebas, fusílenlo y pongan su cabeza en una pica de la Audiencia Provincial». «La única forma de no ser responsable de lo que sucede en un grupo es ser un mero espectador» y «caminar» o «estar allí sin hacer nada», como asegura que hizo Míguez, «no es un delito». «No hay ni una sola prueba que demuestre que mi defendido hizo algo», dijo.