Nueva pesadilla en Chamartín: un pico de tensión dejó sin energía la estación y causó retrasos de más de dos horas en trenes gallegos

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Acceso a los andenes de alta velocidad en la estación Madrid-Chamartín-Clara Campoamor
Acceso a los andenes de alta velocidad en la estación Madrid-Chamartín-Clara Campoamor Borja Sanchez-Trillo | EFE

La avería, solucionada en la misma noche del martes, afectó a múltiples circulaciones, pues ningún convoy podía entrar o salir de la terminal madrileña

23 abr 2025 . Actualizado a las 18:33 h.

Los viajeros gallegos que este martes por la tarde-noche viajaban a o desde Madrid en tren revivieron los episodios de caos que afectaron a la estación madrileña de Chamartín el verano pasado. Así, pasadas las 19 horas, el ADIF lanzaba el siguiente mensaje en la red social X: «Los trenes de alta velocidad con llegada y salida de Madrid Chamartín-Clara Campoamor están registrando retrasos por una incidencia que afecta a la señalización. Se está trabajando para solucionarla a la mayor brevedad posible.La incidencia está relacionada con una falta de suministro eléctrico». Los trenes AVE no pueden funcionar sin energía eléctrica y sin los sistemas de señalización, así que dos unidades que estaban preparadas para salir hacia Galicia se quedaron paradas en la estación. Por un lado, el AVE Madrid-Vigo, con salida prevista a las 19.17 horas, y el AVE Madrid-Ourense, que debía salir a las 20.13 horas. El primero, con 187 viajeros a bordo, comenzó a circular dos horas más tarde. El segundo, con 376 plazas ocupadas, acumularía 132 minutos de demora. 

La avería no solo afectó a estos 563 usuarios con destino a Ourense y Vigo. También trastocó los horarios de los que se dirigían desde Galicia a Chamartín. Uno de ellos, el Avlo (marca de bajo coste de Renfe) que salió de A Coruña a las 16.16 horas (y que debía llegar a Madrid tres horas y 34 minutos después) estuvo detenido en la estación de alta velocidad de Segovia a la espera de que se reactivara el suministro eléctrico en Madrid, acumulando también más de dos horas de retraso y dejando sin enlace a otros destinos a decenas de personas, que fueron alojadas en un hotel, en medio de escenas de tensión en la terminal que casi obligan a intervenir a la policía. Unos gallegos que debían enlazar con el AVE a Barcelona salieron de A Coruña a las cuatro de la tarde del martes y llegaron a la capital catalana a las nueve de la mañana del miércoles.

Otros usuarios comunicaban al ADIF y a Renfe en Twitter que estaban detenidos en un túnel. «¿Cuánto tiempo más vamos a estar más en el túnel? ¿Este tipo de situaciones no se pueden prevenir? Esto es increíble. Cuando no es una cosa es otra», alegaba uno de ellos. «Ni un día sin tu yincana en Chamartín», decía otro sobre las obras de ampliación en las que está inmersa la terminal desde el verano pasado.

Minutos después del aviso del administrador ferroviario, Renfe informaba a sus clientes de lo que les esperaba: «Se están produciendo demoras en la entrada y salida de servicios comerciales de alta velocidad en Chamartín-Clara Campoamor, debido a una incidencia en la infraestructura», y de nuevo los ánimos encendidos entre los viajeros, algunos todavía retornando de sus vacaciones de Semana Santa. «¿Cómo es posible que en mi viaje de ida de vacaciones tuviésemos retraso de hora y media y a la vuelta también?», se preguntaba uno de ellos. «Vergüenza de servicio, llevamos más de una hora parados en mitad de la nada sin recibir ningún tipo de información», aseguraba una persona que viajaba en uno de los muchos trenes que tuvieron que dejar de circular.

Más de una hora después de su primera comunicación, el ADIF informaba de que las subestaciones «se han ido recuperando y ahora hay que recuperar los enclavamientos y señalización. Esperamos que en breve se normalice la circulación». Los trenes empezarían a circular poco antes de las 21.30, más de dos horas después de que se produjera la avería. Fue a las 19.05 cuando un pico de tensión en el Control de Tráfico Centralizado, que supervisa la circulación por las vías de alta velocidad de la estación, causó lo que se denomina «pérdida de visión y mando». En estos casos, el protocolo de seguridad aconseja interrumpir todas las circulaciones, de forma que no podía moverse ningún tren en el rango de influencia del enclavamiento de Chamartín. Después de que se recuperara el suministro y el control de las circulaciones, la normalidad fue recuperándose de forma progresiva