
El nuevo Servizo de Loxística e Instalacións Aeronáuticas e Ferroviarias se centrará en la asunción de las competencias de los aeródromos no comerciales. La Xunta niega que sea el germen de un ente ferroviario como el que se intentó crear en la década pasada
14 ago 2025 . Actualizado a las 16:46 h.No se trata de un ente de gestión de servicios ferroviarios como el que la Xunta quería crear en la década pasada y que finalmente optó por enterrar. Pero es un primer paso que podría tener una cierta continuidad en el futuro. La Xunta acaba de publicar en el DOG una reforma de la estructura de la Consellería de Presidencia, Xustiza e Deportes que está relacionada con el objetivo de reclamar las competencias de la gestión de los aeródromos y helipuertos que el Estado no considera de interés general y que el Gobierno gallego pretende gestionar, tal y como anunció el presidente Alfonso Rueda a principios de agosto. «Para posibilitar o seu exercicio e desenvolver a normativa correspondente, resulta preciso dotar a Dirección Xeral de Mobilidade dunha nova estrutura administrativa, mediante a creación dun Servizo de Loxística e Instalacións Aeronáuticas e Ferroviarias, que se integrará na Subdirección Xeral de Infraestruturas e Planificación do Transporte».
Es decir, el objetivo prioritario es crear un departamento —Servizo de Loxística e Instalacións Aeronáuticas e Ferroviarias— que sirva para recibir las competencias para gestionar los aeródromos no comerciales y, también, «a xestión dos centros integrados de transporte e de plataformas para as actividades do transporte e a operatividade loxística de mercadorías», en las que la Xunta sí cuenta con competencias en lo que respecta a las plataformas logísticas multimodales, que deben despegar en paralelo al corredor atlántico especializado en mercancías. Solo en un segundo plano se añade la referencia a los ferrocarriles, con una función que se limita a la «programación de investimentos, obras e instalacións de transporte por ferrocarril, aéreo e por cable no ámbito das competencias da comunidade autónoma», y que por tanto está más relacionada con la logística en el ámbito de las mercancías ferroviarias que con los servicios o infraestructuras que son competencia exclusiva del Estado en Galicia.
El Estatuto gallego prevé la posibilidad de asumir los aeródromos no comerciales en el punto 9 del artículo 27, así como los puertos que no son de interés general (una competencia asumida hace tiempo). Pero justo en el punto anterior establece que también podría gestionar como competencia exclusiva «vías férreas e estradas non incorporadas á rede do Estado, con itinerarios que se desenvolvan integramente no territorio da comunidade autónoma».
Fuentes del Gobierno gallego niegan tajantemente que esta primera incursión de la palabra «ferroviarias» en la estructura administrativa de la Xunta sea un paso inicial para reclamar algún tipo de competencias en este ámbito. «A inclusión do termo ferroviario neste novo servizo dentro da Dirección Xeral de Mobilidade é porque estamos a detectar moitas necesidades e demandas en Galicia en todo o relacionado coa circulación ferroviaria, e por iso reforzaremos este servizo neste sentido, para atender e impulsar as demandas en materia ferroviaria», explica una portavoz de la Consellería de Presidencia.
Interpretando esta respuesta, parece que en ese departamento se centralizarán las demandas de la Xunta en materia ferroviaria ante el Gobierno central, así como las de los viajeros gallegos en relación con el servicio que presta Renfe en Galicia. La consellería ya incluyó en esta legislatura a una ingeniera experta en asuntos ferroviarios, en una administración autonómica con escasez de técnicos en esta materia. La creación de este servicio puede ser una oportunidad para tener un soporte técnico más sólido en materia de ferrocarriles.
Galicia es la única nacionalidad histórica que no ha asumido competencias en ferrocarriles, como hizo en su momento el País Vasco y Cataluña, e incluso la Comunidad Valenciana. Con Alberto Núñez Feijoo en la presidencia de la Xunta, la entonces Consellería de Política Territorial intentó impulsar el Ente Ferroviario Galego (EFG). Incluso se llegaron a contratar consultorías para articular el armazón legal y las funciones de esta entidad administrativa, que entonces se veía como una forma de gestionar unos proyectos de metro ligero para ciudades como A Coruña, Vigo y Santiago que nunca salieron del ámbito de las ideas.