Portugal se resigna: «Estos fuegos arderán durante días. No hay forma de pararlos»

Brais Suárez
brais suárez OPORTO / E. LA VOZ

GALICIA

El incendio en Aldeia de Piodao, en Arganil, lleva cinco días activo
El incendio en Aldeia de Piodao, en Arganil, lleva cinco días activo MIGUEL PEREIRA DA SILVA | EFE

Un bombero muere y otro resulta herido grave después de que su vehículo cayera por un terraplén cuando se aproximaban a un incendio en Castelo Branco

19 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya no hay exageraciones posibles ante lo que Portugal vive este verano. En la mañana del lunes, el primer ministro, Luís Montenegro, tachó la situación de «guerra», después de «24 días de severidad meteorológica como no se había registrado antes en nuestro país». «Estamos todos muy cansados, son días y días de sufrimiento, de terror en muchos casos, y es necesario mantener el sentido común para respetar a quienes cuidan de nuestra seguridad», aseguró.

Desde la sede de Protección Civil, que coordina desde Lisboa todo el operativo de vigilancia y extinción de fuegos, Montenegro reconoció algo que los hechos evidencian: «Hay medios que están siendo llamados desde varios lugares al mismo tiempo» y, en definitiva, no son suficientes, como se quejan más y más alcaldes de las zonas afectadas. Nada es suficiente ante la dimensión de los incendios que azotan el centro, norte y este del país. No parece que los dos aviones de ayuda europea solicitados el viernes, que llegaron el domingo y que todavía no entraron en acción, vayan a suponer ninguna diferencia. Mientras vecinos y bomberos luchan por conservar su patrimonio, el país parece resignado a esperar a que el tiempo cambie. Y, por primera vez, el pronóstico da un pequeño respiro para las próximas noches, cuando se esperan temperaturas más bajas y vientos del norte.

«Venceremos esta guerra desigual contra la naturaleza», dijo Montenegro, que también anunció que su Gobierno se prepara para «reponer la normalidad», sin especificar si planea ayudas o algún tipo de labores de reconstrucción.

En el comando regional de Bomberos de Oporto, el comandante Luís Neves se resignaba este lunes: «Estos incendios arderán durante días, no hay forma de pararlos, y después habrá que asegurar bien los rescoldos, que es igual de complejo con tantas incidencias».

Solo unas horas antes, en la noche del domingo, se confirmó la muerte de un bombero, cuando el vehículo en que viajaba se despeñó por un terraplén. Ocurrió cuando se trasladaba al gran incendio de Covilhã (Castelo Branco), junto con otros cuatro compañeros, que también resultaron heridos; tres de ellos están estables y el cuarto, en estado grave.

Es la segunda muerte (la primera de un bombero) registrada este verano a causa del fuego, pero la lista de heridos sobrepasa los 130. Las autoridades del país expresaron su pésame, pero el ritmo de los acontecimientos apenas da tregua para pensar, lamentarse y reflexionar.

Todavía no hay estimaciones claras de los daños, pero los medios no dejan de ofrecer imágenes de coches calcinados, casas quemadas y aldeas cercadas. A lo largo del lunes, ocho carreteras de cinco distritos fueron cortadas y, en lo que va de año, ya se consumieron más de 172.000 hectáreas, a un ritmo cada vez más voraz.

La nota positiva es que se mantiene el éxito de extinción de fuegos en el primer ataque, lo que permite concentrar las fuerzas en contener los mayores focos. Pese a todo, este lunes, el fuego de Pampilhosa da Serra (distrito de Coímbra), avanzó con cuatro grandes focos descontrolados. En las televisiones, los vecinos de la zona relatan cómo temieron por su vida y sus casas, al «vernos completamente rodeados». Un escenario semejante se daba en Covilhã.

Los cuerpos de extinción y rescate, exigidos al máximo desde hace tres semanas, concentran sus fuerzas en defender a las personas, los animales y las casas. «Tenemos que empezar a mirar hacia esto de otra manera», dijo el presidente de la Liga de Bomberos a los medios, criticando el operativo. «Yo no comparto las críticas que se hacen a la gestión», decía, al contrario, Luís Neves, en Oporto. «Creo que estamos siendo eficientes, pero, con este panorama, nada basta».

El Gobierno ha extendido un día más, hasta el miércoles, la situación de alerta, sin querer elevar el nivel. La oposición emite duras críticas por su inacción y falta de liderazgo.