Óscar Vila, neurorradiólogo: «Se está investigando el tratamiento de tumores cerebrales con inyecciones en las arterias que los irrigan»

ENFERMEDADES

El experto es uno de 160 especialistas en intervenciones mínimamente invasivas en el sistema nervioso central a través de las técnicas radiológicas en toda España
20 sep 2025 . Actualizado a las 10:19 h.La neurorradiología intervencionista es una subespecialidad dentro de la radiología que ejercen menos de 200 profesionales en toda España. Se trata, sin embargo, de un área crucial para el tratamiento de patologías tan graves como el ictus isquémico o los aneurismas cerebrales. En el marco del Congreso Anual del Grupo Español de Neurorradiología Intervencionista (GeNI), el doctor Óscar Vila, miembro del comité organizador local y neurorradiólogo del Hospital Universitario Álvaro Cunqueiro (Vigo), explica cómo, a través de un catéter de menos de dos milímetros de grosor, los especialistas son capaces de llegar hasta zonas del cerebro afectadas y eliminar coágulos o administrar fármacos. Hablamos con el experto acerca de una especialidad que se calcula que mejora el pronóstico en dos de cada tres ictus, evitando la aparición de secuelas en uno de cada tres casos.
—La neurorradiología intervencionista no es una especialidad muy conocida. ¿Cómo la describiría?
—En nuestra formación como radiólogos tenemos una especialidad de cuatro años y la radiología permite realizar actividades no invasivas, dedicadas al diagnóstico mediante equipos de tomografía y resonancia, pero también hay una subespecialidad en la que tenemos la posibilidad de acceder al cuerpo humano y es esta área la de la radiología intervencionista. Específicamente, somos radiólogos que intervenimos en la patología del sistema nervioso central y la columna.
—¿En qué casos pueden ser útiles las intervenciones neurorradiológicas?
—Tratamos de diagnosticar, mediante el acceso a los vasos sanguíneos de un paciente, las patologías que tiene el paciente. Y, a través de esos vasos sanguíneos, podemos entrar para realizar tratamientos no invasivos, o bien, menos invasivos. En general, tratamos enfermedades de las arterias y de las venas. Lo más llamativo en este sentido es el tratamiento del ictus isquémico, que es un taponamiento de un vaso por un coágulo que viene de otro sitio. Normalmente, ahí es donde actuamos nosotros. Somos los únicos especialistas capacitados en nuestro país para extraer los coágulos que obstruyen vasos dentro de la cabeza y, de esta manera, evitar que el paciente sufra un daño grave cuando tiene la oclusión de una arteria. Esto es lo más habitual. También hacemos tratamiento en pacientes que tienen anomalías en los vasos sanguíneos que sangran, aneurismas o malformaciones cerebrales. Detectamos anomalías de los vasos sanguíneos y los eclosamos. A veces intervenimos en las vértebras cuando un paciente tiene una fractura, para evitar que sangre.
—¿Qué técnicas se están estudiando para mejorar estos tratamientos?
—Estamos desarrollando cada vez más técnicas mínimamente invasivas en nuestro campo que van a permitir llegar a un lugar al que es difícil acceder sin hacer una incisión, abrir y exponer el tejido. Cada vez más se está utilizando la radiología en lugar de recurrir a técnicas quirúrgicas clásicas.
—¿Cómo se complementa el trabajo de la neurorradiología con otras especialidades?
—Para nosotros es importantísimo no ser una isla dentro de la organización sanitaria. Trabajamos fundamentalmente en contacto con tres especialidades: neurología, neurocirugía y urgencias, porque estamos hablando de pacientes que en muchos casos han tenido un problema agudo y ahora están en la UCI. Además, tenemos relación con otorrinos, oncólogos y radioterapeutas. Nosotros somos la punta de lanza, porque nuestro tratamiento es específico, caro y complejo de realizar, pero estamos centrados en unidades multidisciplinares y esto se ve claramente en el caso del ictus, donde trabajamos en contacto con la unidad y con el código ictus.
—En España hay menos de 200 neurorradiólogos intervencionistas. ¿A qué se debe?
—En realidad, nosotros hemos visto un crecimiento importantísimo en nuestra especialidad con el tratamiento del ictus. Esta es una especialidad relativamente joven, surgió en torno a los años noventa. Pero a pesar de la explosión y el desarrollo del número de especialistas, todavía no somos suficientes. Somos unos 160. El problema es que no se puede tener un neurorradiólogo intervencionista en cualquier hospital de España. La mayoría tenemos que compaginar, hacer pruebas de diagnóstico y de neurointervencionismo. Pero cada vez somos más y seguiremos siéndolo.
—¿Cómo han cambiado las intervenciones neurorradiológicas el tratamiento del ictus?
—Las técnicas han evolucionado muchísimo. Antes accedíamos a través de la ingle y cuando no podíamos pasar, porque el paciente tenía un problema en las arterias de las piernas, no podíamos tratar el ictus. En cambio, ahora podemos acceder por más sitios. También han mejorado muchísimo los materiales que utilizamos. La industria ha desarrollado productos que han permitido que tratemos a cada vez más pacientes con mejores resultados y sin grandes complicaciones.
—¿En qué medida ha mejorado la supervivencia de los pacientes con estos cambios?
—De cada tres pacientes, uno queda sin ninguna discapacidad y otro levemente discapacitado. Es una tasa de éxito alta. No podemos salvar a todos, porque no se trata solo de que quitemos con éxito el coágulo o taponemos el aneurisma, sino que esto depende también del daño que haya sufrido el paciente, el tiempo que haya demorado en recibir tratamiento y de muchas otras variables.
—¿Todos los casos de ictus se pueden tratar con estas intervenciones?
—No. Solamente un 30 %. A veces no son necesarias, porque los ictus son leves, o se resuelven con un tratamiento fibrinolítico, con una sustancia química que inyecta el neurólogo por la vena. Pero el número de pacientes está incrementando progresivamente. Hemos pasado de tratar a setenta en el 2016 a doscientos este año, y eso solo hablando de tratamiento endovascular del ictus.
—¿Cómo se accede al cerebro a través de los vasos sanguíneos del cuerpo?
—Podemos ir por una vena o por una arteria y a veces se hacen tratamientos combinados, incluidas venas y arterias. Se introduce una guía y a continuación un pequeño catéter. A través del catéter, y guiados por rayos X, podemos ir navegando por el sistema circulatorio hasta el punto en el que hay que actuar, bien en la cabeza o en el cuello. Clásicamente, siempre se pincharon las arterias femorales, porque son más accesibles y el calibre es suficiente como para poder hacer todo tipo de procedimientos. Pero desde hace años se ha empezado a hacer tratamiento a través del acceso por la carótida, cuando no se puede ingresar a través de la femoral. Dependiendo de cómo esté el paciente, tenemos diferentes posibilidades de tratamiento e intentamos ir por el sitio más accesible. Con esto, podemos hacer un pequeño orificio en una arteria en el cuello, en el brazo o en la muñeca. Esto, que los cardiólogos llevan tiempo haciendo, nosotros lo hemos podido aplicar a técnicas de tratamiento de la patología del cerebro.
—¿Qué tamaño tiene el catéter?
—Entre un milímetro y medio y dos milímetros. Por ahí podemos ir introduciendo material. Siempre digo a los pacientes que es la punta de un bolígrafo.
—¿Qué retos quedan por delante dentro del campo del tratamiento de patologías cerebrales desde la neurorradiología?
—La técnica que cada vez más estamos utilizando es el tratamiento endovascular de los hematomas crónicos en algunos pacientes. Esto va a favorecer el pronóstico de personas mayores que tienen este tipo de patologías, para que no tengan que someterse a intervenciones más invasivas. También se está investigando en tratamientos a largo plazo de tumores cerebrales mediante la inyección selectiva e la arteria que irriga directamente al tumor. Y más adelante, incluso, se podrá tratar a pacientes con migraña crónica para que puedan revertir el cuadro con la introducción de materiales y fármacos a través de los vasos sanguíneos. En algunos tumores, como los retinoblastomas, que son tumores oculares que se dan en niños, hay centros de referencia en los que se introduce tratamiento quimioterápico directamente en la arteria que lleva la sangre al tumor. Y se está evaluando el uso de estas técnicas para la hidrocefalia. Ese es el futuro de las intervenciones mínimamente invasivas desde la neurorradiología y gracias a esto veremos menores complicaciones.