La primera crecida del otoño comienza a obstruir la nueva presa desmontable en Monforte

MONFORTE DE LEMOS

Ramas acumuladas en la estructura metálica de la nueva presa desmontable
Ramas acumuladas en la estructura metálica de la nueva presa desmontable CEDIDA

Ramas y troncos se apilan entre los pivotes en los que se encajarán las planchas de las compuertas cuando sea preciso

24 nov 2022 . Actualizado a las 16:00 h.

La primera crecida importante del otoño dibuja un renovado paisaje fluvial en la zona verde más visitada de Monforte. El río cambió su curso a la altura de A Pinguela a causa de las últimas lluvias y del derribo de la antigua presa de hormigón que había dañado una riada en el 2016. Pero el incremento del caudal también permite vislumbrar algún problema que puede plantearse si no se cuida el mantenimiento del azud desmontable que sustituye al anterior. La subida de nivel del Cabe motivó que los arrastres de troncos y ramas obstruyan buena parte de los espacios destinados a las planchas metálicas de las compuertas.

Ni siquiera la intensa lluvia desanima a los habituales del paseo fluvial. La mayoría se detenían esta mañana en la pasarela de A Pinguela para contemplar la nueva imagen del río. «Da gusto verlo así, pero van a tener que venir con un cesto a limpiar la presa», observa una vecina. El Cabe entró en el otoño con el caudal bajo mínimos por la sequía, pero ahora baja con fuerza gracias a las últimas precipitaciones. «Como empece a arrastrar troncos grandes e queden atrancados na presa van dobrar os ferros», apunta uno de los curiosos.

«Parece más fácil que acumule arrastres abierta que cerrada con las compuertas», opina el concejal de Medio Ambiente de Monforte, Miguel Tomé. La gestión y mantenimiento del azud corresponde, no obstante, a la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil. Sobre la base de las estimaciones del Plan Hidrológico relativas a los caudales ecológicos, el proyecto preveía la conveniencia de instalar todas las compuertas la segunda quincena de junio, julio, agosto y septiembre.

Proyecto más ambicioso

El derribo de la vieja presa y la instalación del nuevo azud forman parte de un proyecto más ambicioso al que la Confederación Hidrográfica del Miño Sil destinó una inversión de algo más de medio millón de euros. La zona erosionada por las avenidas de comienzos del 2016 fue acondicionada también mediante una solución de bioingeniería, consistente en la colocación de una empalizada de troncos que en principio garantizará la estabilidad del talud.

Este mismo sistema se aplicó en el perfil del paseo que rodea la laguna creada en el espacio de una antigua gravera, cuya conservación fue determinante a la hora de mantener un azud aunque sea desmontable. Con esta instalación, explican los técnicos responsable del proyecto, «se consigue dar continuidad longitudinal al cauce natural del río Cabe, a la vez que mejora la recarga subterránea del agua de la laguna».

«En época de estiaje —detallan— la laguna es más sensible a las variaciones que pueda haber en el río Cabe ya que, debido a los bajos caudales, es más difícil la recarga superficial de la misma a través del canal de entrada». A la altura de ese canal fue instalada una pasarela que comunica el nuevo sendero con el paseo fluvial que acondicionó la confederación hidrográfica, inaugurado en mayo del 2015.

El río ya rodea el islote que ocupa el espacio de la antigua presa de hormigón
El río ya rodea el islote que ocupa el espacio de la antigua presa de hormigón

El azud desmontable consta de una estructura de pivotes metálicos —asentados sobre una base de hormigón que queda oculta por el río— en los que se encajarán las compuertas cuando el nivel del caudal lo aconseje. Esta semana se instalaron dos de ellas en el lateral de la presa donde su ubica la escala para el remonte de los peces construida en madera de pino. A su lado, ya se acumulan los arrastres que fue depositando la crecida.

¿Nueva área recreativa?

Con la crecida, por otro parte, el río tiene el caudal suficiente para circundar el pequeño islote situado en el lugar que ocupaba la antigua presa de hormigón. La confederación hidrográfica procedió al desbroce y a la tala de los árboles que habían crecido allí. También se llevó a cabo esta actuación en la isla de mayores dimensiones que dibuja el Cabe en la margen de Cobas, donde se ubicaba el molino al que en otros tiempos daba servicio la presa demolida.

Junto al antiguo molino de ese barrio se apila la madera procedente de las talas selectivas que se llevaron a cabo en ambos espacios y que abren ahora la posibilidad de su aprovechamiento como zona de recreo en los meses de verano. En el parque próximo, el Ayuntamiento baraja la posibilidad de ofrecer una concesión similar al local de hostelería que funciona en esa época en el paseo del Malecón.