La concesionaria del albergue de Quiroga demandará al alcalde

Luis Díaz
LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ

LUGO

Dice que el corte de luz rompe un pacto verbal sobre el pago de la deuda

02 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La empresa que obtuvo la concesión municipal del albergue juvenil de Quiroga prepara una denuncia contra el alcalde de por las pérdidas que les ha ocasionado el corte del suministro eléctrico, según confirmó su responsable, Eduardo Núñez. Las instalaciones quedaron sin luz el pasado lunes, después de recibir a un grupo de excursionistas de Special Olympics. El Ayuntamiento había dejado de pagarla como respuesta a una deuda de la adjudicataria que, de acuerdo con el regidor, Julio Álvarez, asciende a 30.000 euros. Desde entonces, el albergue funciona gracias a un grupo electrógeno.

«Es más caro que la luz, pero es lo que hay», dice el responsable del albergue, que se ha puesto en contacto con un abogado para reclamar daños y perjuicios al Ayuntamiento. Eduardo Núñez no niega la deuda contraída, pero asegura que existía un acuerdo «de palabra» para hacer efectivo el canon anual en el mes de septiembre del ejercicio siguiente.

Ningún problema

«Se lo planteamos al alcalde en el 2009 y no puso ningún problema. En el mes de agosto de aquel año hubo un bajón tremendo de actividad. Habíamos tenido dieciséis personas en la primera quincena y ni una sola en la segunda», explica el responsable del albergue, que gestiona la firma Aventur.

Prueba de que no había problemas con el Ayuntamiento, según señala, es el acuerdo adoptado por la corporación municipal en marzo del pasado año, por el que se amplió en otros dieciséis años la concesión a cambio de que la empresa realizase una serie de obras de mejora en el inmueble.

«Es difícil entender que si en marzo del 2011 acuerdan prorrogar el contrato surja el descontento en la actualidad», argumenta Eduardo Núñez, que sugiere que desde entonces podría haber aparecido alguna otra empresa interesada en hacerse cargo del albergue.

Sin ascensor

El alcalde anunció este fin de semana su intención de abrir un procedimiento administrativo para desligar la gestión del albergue a la empresa que tuvo la concesión en los últimos cinco años. Mientras tanto, el edificio se abastece de energía eléctrica por un grupo electrógeno que, eso sí, no permite el funcionamiento del ascensor. «A gusto, desde luego, no estamos», admite Eduardo Núñez.