Arde Lucus: Las bodas y los bautizos trasladan a Lugo dos mil años atrás en el tiempo

La Voz LUGO

LUGO

El segundo día de celebración dejó imágenes impresionantes en un día que empezó gris y acabó más soleado

15 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Lucus Augusti arde como nunca. La segunda jornada de la edición número 23 del Arde Lucus demostró de nuevo la fuerza de la fiesta y convirtió a Lugo en la capital gallega del ocio. La ciudad se sobrepuso a la lluvia que cayó sobre la ciudad a primera hora de la mañana y vivió un viernes de fiesta, trajes y celebración que llevó a Lugo a la época de los emperadores.

La jornada estuvo repleta de eventos gracia a un programa que transforma la capital provincial en una villa del siglo II. El Arde Lucus es, desde el año pasado, Fiesta de Interés Turístico Nacional. Y la cita no es para menos. No se podría reducir el día a un evento concreto por encima del resto, pero es cierto que las tradicionales bodas y bautizos, tanto de temática romana como castrexa, fueron unas de las escenas más reconocibles de una fiesta que los lucenses viven como ninguna otra.

Porta Miñá fue la sede de los ritos celtas, mientras que el kiosko de la Praza Maior acogió los casamientos de los romanos. Lo más fieles al Arde Lucus le dan especialmente relevancia a este tipo de acontecimientos, ya que se trata de una conexión especial con sus raíces y con la fiesta que marca el inicio de la época estival en la ciudad.

La Praza de Ferrol fue otro de los centros neurálgicos de la fiesta este viernes. En ella se celebraron eventos de alta carga tradicional como la impresión de monedas, el encendido de las olimpiadas o la «danza saltatore».

La lucha clásica

Las imágenes más impresionantes de la jornada se dieron en la Praza de Santa María, junto a la Catedral. Allí, a las seis de la tarde, el protagonismo lo tuvieron los «ludus», las competiciones de lucha lideradas por la Mvnera Gladiatora, una pelea entre soldados romanos que hizo las delicias de los espectadores igual que pasaba hace ya dos mil años.

El rapto de las Sabinas, el teatro, la huida del Fauno, los tambores del Bloco o la invasión de los tympanos pusieron el colofón a una jornada inmejorable. Ahora, el sábado y el domingo tienen la misión de superarla y dejar un gran recuerdo del Arde Lucus.