El futuro del coche eléctrico

Asunción Serena PARÍS

MERCADOS

RENAULT GROUP | EUROPAPRESS

El mercado del automóvil eléctrico se enfrenta a la desconfianza de los consumidores y a la competencia de los constructores chinos en materia de precios y tiempos

02 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

 Según un sondeo de IFOP, publicado por La Croix, el 70 % de franceses consideran negativa la decisión de la UE de prohibir la venta de coches de combustión nuevos a partir del 2035. Esto no impide que aquellos que poseen ya un coche eléctrico estén satisfechos, un 86 %.

El sondeo, realizado a diez años de que se aplique la prohibición de la venta en Europa de coches nuevos que emitan CO2, refleja que conforme se acerca la fecha, cada vez son menos los franceses que piensan en comprar un coche eléctrico. En el 2022 eran un 32 %, pero dos años más tarde, solo un 22 % parece dispuesto a dar el paso. Además, una gran mayoría de ellos (el 70 %, 3 puntos más que en el 2023) dicen que poner fin a la venta de coches de combustión nuevos es una mala decisión, y solo un 7 % están convencidos de que es la decisión adecuada.

Los que ya poseen un turismo movido por la nueva tecnología dicen que están satisfechos, porque la recarga es menos cara que llenar el depósito de combustibles (86 %) y también el mantenimiento es menos oneroso (88 %). Pero son argumentos que no convencen a los que no circulan todavía con coche eléctrico porque, además, piensan que no es una solución eficaz para reducir las emisiones de CO2. A ello se unen los cambios continuos de la política gubernamental sobre las ayudas de compra o leasing social para comprar un coche eléctrico, lo que genera cierta incertidumbre.

En el 2024, la proporción de vehículos eléctricos en las ventas de coches nuevos en Francia se ha mantenido estable en el 16,9 %, pero el volumen de matriculaciones en general ha caído un 2,6 %.

Además, cerca de un 79 % de franceses considera que los coches eléctricos aunque sean «ecorresponsables», en realidad solo son asequibles para los más ricos. Esto pone en evidencia que la aparición de modelos de vehículos más baratos es una condición indispensable para la electrificación del mercado automovilístico.

Lo que está en juego es la reactivación de un mercado estancado, en un contexto de disminución o incluso supresión (como en Alemania) de las ayudas a la compra.

En Francia, todo automovilista que opte por un leasing (alquiler con opción a compra) de un vehículo eléctrico nuevo de menos de 2,4 toneladas y cuyo precio no supere los 47.000 euros puede acceder a los llamados bonos ecológicos. Pero estos se han ido reduciendo: los hogares con rentas más bajas que en el 2024 tenían derecho a una ayuda de 7.000 euros, ahora deben conformarse con un bono de 4.000 euros.

Para hacer frente al encarecimiento de las ayudas y el desencanto de los consumidores, Luca de Meo, consejero delegado de Renault, y antiguo presidente de Seat, anunció el pasado 20 de febrero el lanzamiento de un Dacia fabricado en Eslovenia, «concebido en Europa y para Europa», cuyo precio rondará los 18.000 euros. El grupo Renault ya ofrece su Spring a partir de 16.900 euros, pero este coche urbano está fabricado en China y ya no puede optar a la bonificación ecológica.

Además, De Meo quiere demostrar que son capaces de rivalizar con los constructores chinos en lo que se refiere a la velocidad de desarrollo de sus automóviles eléctricos. Pretende que los suyos estén listos en 100 semanas (frente a los dos o tres años que emplean sus competidores chinos). «Pasamos a la velocidad china gracias a Ampere», confirmó el dirigente de Renault el pasado 20 de febrero durante la conferencia dedicada a la presentación de resultados de la compañía. Esta última filial de Renault tiene por misión concebir, desarrollar, fabricar y comercializar coches eléctricos a precios accesibles, como el Twingo eléctrico, también fabricado en Eslovenia, que llegará al mercado en el 2026 por menos de 20.000 euros.