
Cada año solo se realizan obras para mejorar la eficiencia energética en un 0,11 % de las viviendas y en el 2023 únicamente se reformaron 30.000 edificios en toda España
13 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.España sigue lidiando con un mercado inmobiliario avejentado, desactualizado y que no cumple con los estándares exigidos para esta nueva era en la que la eficiencia energética se ha convertido en una máxima a cumplir en todas las esferas de la economía. Y parece que el sector no termina de pisar un acelerador que le permita coger la velocidad de crucero en la que debería estar inmerso desde hace ya varios años. Al menos eso es lo que demuestra el último informe elaborado por el Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas (Cgcafe), un estudio que pone negro sobre blanco respecto a la situación en la que se encuentra la rehabilitación energética en nuestro país. Los resultados son muy poco halagüeños. Tal y como defienden los expertos del Cgcafe, a pesar del esfuerzo económico realizado con los Fondos Next Generation, el incremento del número de viviendas que se rehabilitan cada año solo ha crecido un 10 %. Hecha la cuenta, esto supone que, en el año 2023 (último del que se tienen datos completos), solo se rehabilitaron un total de 30.000 viviendas en toda España.
«Si se consigue mantener ese ritmo de crecimiento anual, en el 2030 se habrían rehabilitado en torno a 285.000 viviendas en nuestro país, lo que significaría que no se podría cumplir con los objetivos establecidos por el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana (Mivau), que se ha marcado como meta rehabilitar 1,2 millones de viviendas antes del 2030», explican los administradores de fincas.
Antes de los ochenta
Si se analizan los datos del parque inmobiliario español, el resultado invita (y mucho) a la reflexión. Actualmente, sobre nuestro país se erigen 25,7 millones de viviendas, de las que el 42,7 % se construyeron antes del año 1980. Estas casas no cuentan en la actualidad con ningún tipo de aislamiento, por lo que son energéticamente muy poco eficientes. El siguiente escalón tampoco es positivo. Un 48,3 % de las casas de nuestro país se edificaron antes del 2007, año en el que todavía no se había aprobado el Código de la Edificación: «De ellas, anualmente se rehabilita solo entre un 0,11 y un 0,15 %, por lo que a este ritmo se necesitarían más de 600 años para rehabilitar este parque inmobiliario», sentencian los administradores de fincas.
Seis siglos. Un tiempo que, claramente, es insostenible. Sobre todo ante las exigencias que ha puesto sobre la mesa la Unión Europea y, lo que es más importante, el propio planeta, que demanda soluciones tajantes ante el problema del cambio climático. «Si logramos un mayor incremento de los edificios rehabilitados, estaríamos hablando de una reducción del consumo en un 50 % de los edificios, con una revalorización del precio de los inmuebles de hasta un 20 %, además de la mejora del confort, al reducir problemas de humedad y el aumento del bienestar térmico», explica Pablo Abascal, presidente del Cgcafe.
Tal y como defiende Peio Mendia, tesorero del consejo general, la rehabilitación energética debería de ser obligatoria en las comunidades de propietarios. Pero, añade, es necesario impulsar más medidas: «Hay que poner en marcha una mayor deducción y una bonificación en el IRPF y en el IBI por mejora de eficiencia energética, pero también estas deducciones deberían aplicarse en el IRPF sobre los rendimientos del alquiler, sin olvidarnos de la aplicación del tipo reducido de IVA o la creación de la cuenta ahorro energético».
Marco legal constante
La Administración debe actuar porque, tal y como recuerda el organismo, el proceso rehabilitador requiere un marco legal y unas ayudas que no experimenten cambios constantes. No son los únicos deberes que ponen a los responsables públicos, a los que exigen que simplifique los trámites administrativos en torno a la solicitud de subvenciones: «Hay que crear una ventanilla única en los trámites, que debe tener el soporte de las oficinas de rehabilitación gestionadas por los colegios profesionales implicados en estos procesos: arquitectos, arquitectos técnicos y administradores de fincas, con el fin de favorecer la tramitación de las ayudas», explica Lorenzo Viñas, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Barcelona.
Invertir 10.000 euros para ahorrar un 35 %
Hay edificios que requieren grandes inversiones para poder cumplir con los estándares de eficiencia energética exigidos. Pero hay otros muchos que pueden llegar a obtener grandes resultados con pequeñas sumas de dinero. Tal y como refleja un estudio elaborado por el Observatorio del Alquiler y la Universidad Rey Juan Carlos con los datos aportados por el área de consultoría de Sociedad de Tasación, mejorar la eficiencia energética de una vivienda para cumplir con los objetivos europeos requiere una inversión media de entre 10.000 y 20.000 euros.
«La legislación europea obliga a disminuir el consumo energético del parque de viviendas residenciales en un 16 %, hasta el 2030, un porcentaje que se eleva hasta el entorno de entre el 20 y el 22 % para el año 2035. La normativa señala que el 55 % de la reducción del consumo energético debe proceder de la renovación del 43 % de los edificios menos eficientes», señalan los autores del estudio.
Ocho de cada diez
En España, tal y como puntualizan, estos requerimientos podrían afectar a la gran mayoría de los inmuebles residenciales. De hecho, el 83,8 % de los pisos que actualmente se alquilan en territorio español tienen una calificación energética considerada ineficiente: «Si se pretenden lograr estos objetivos, mejorar la eficiencia energética de nuestro parque de viviendas residencial se convierte en una auténtica necesidad, que conllevará importantes inversiones para mejorar aspectos de nuestros hogares, como el aislamiento térmico de fachadas, los sistemas de calefacción y refrigeración y la calidad del aire interior de las viviendas», resumen.
Y con todos estos objetivos desplegados, los expertos del Observatorio del Alquiler elaboraron un análisis para calcular qué inversión se precisa para que un bloque de viviendas pase de una calificación energética ineficiente (una etiqueta marrón como la E, la F o la G) a una eficiente (como la A, la B o la C).
Los resultados que arroja el estudio muestran que, con inversiones que van desde los 9.900 euros se pueden obtener grandes resultados. Así, el informe parte de un bloque de viviendas compuesto por 60 pisos repartidos en cuatro plantas y tres bloques con viviendas consideradas tipo (con una superficie media de 80 metros cuadrados). «El consumo de energía primaria y no renovable y las emisiones de dióxido de carbono de un edificio de este tipo le otorgarían una calificación energética E, la mayoritaria entre los inmuebles arrendados en España», relatan. Según las cuentas que manejan, si la comunidad se propusiera hacer reformas para disminuir la demanda conjunta de calefacción y refrigeración del edificio en un 35 %, así como reducir el consumo de energía primaria entre un 30 y un 45 %, la inversión estimada ascendería a los 9.900 euros por vivienda.
Un paso más
Si se quisiera dar un paso más allá, y se planteara unos objetivos mayores de reducción del consumo de energía primaria entre un 45 y un 60 %, requeriría unas actuaciones más complejas, pero cuyo presupuesto ascendería a los 14.000 euros por cada vecino.
«En un último escenario, para lograr un objetivo mucho más ambicioso de reducción del consumo de energía primaria no renovable en un porcentaje superior al 60 %, no solo mejorando el aislamiento, sino también los sistemas de aerotermia, la inversión alcanzaría la cantidad estimada de 22.000 euros», finalizan, demostrando que con pequeños esfuerzos se puede avanzar mucho en la mejora de los inmuebles.