El Bosque Máxico de Laza, un proyecto en ruinas que costó casi un millón de euros

Cándida Andaluz Corujo
c. andaluz OURENSE / LA VOZ

LAZA

Tras casi diez años y varios nombres, el parque de aventuras y ocio no se hizo realidad. Pasó por diferentes fases y promotores

26 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

En enero del 2014, el Concello de Laza anunciaba el proyecto Territorio Feiticeiro, un espacio de ocio con parque multiaventura que se ubicaría en el lugar de Souteliño y sería un referente para toda la comarca. Un año después ya había empresa adjudicataria. La portuguesa Pena Aventura se encargaría de poner a andar el parque que, se informó, ocuparía una superficie de 50 hectáreas. Sería posible gracias a los 420.000 euros, que vendrían del destino turístico Puertas de Galicia de Turismo de la Xunta (a través de fondos europeos); y a los 580.000 que aportaría la empresa. El plan contaba con tres partes diferenciadas: una de juegos tradicionales, otra de relax a través del contacto con la naturaleza y la tercera sería un parque de aventuras, constituido por tirolinas, lianas, parques tibetanos o himalayos. En poco tiempo comenzaron los problemas. Cambios en el proyecto inicial que no se adecuaron a la normativa, falta de licencias y un largo etcétera de obstáculos, entre ellos la inexistencia de planos constructivos de algunas de las obras realizadas, fueron retrasando la apertura de este espacio, que llegó a tener varios nombres como Bosque Máxico o Santiago Park. También se dieron varias fechas de apertura, según daba explicaciones el alcalde en aquel momento (también lo es en la actualidad), José Ramón Barreal. Entretanto se fueron realizando algunos trabajos para ir acondicionando la zona, como obras de saneamiento o desbroces, que también supusieron gastos para las arcas públicas. Las obras se fueron haciendo, según denuncia Xuntos por Laza, sin licencias y modificando el PXOM en varios terrenos sobre los que no se tenía concesión.

En el 2015, la empresa contratada por la asociación de municipios para el plan de competitividad turística de las comarcas de Monterrei y Conso Frieira para la supervisión de la obra del Bosque Máxico, financiada por Puertas de Galicia, urgió la paralización de los trabajos. Entre otros aspectos, esgrimió no haber sido informada del inicio de la obra y que esta había comenzado siguiendo un proyecto constructivo diferente al adjudicado. Desde esa fecha, todos los pasos han sido fallidos.

Santi M. Amil

El Concello estudia ahora la posibilidad de convertir el espacio en un «glamping»

A día de hoy, solo recuerda el proyecto inicial del Bosque Máxico, una gran cúpula destrozada, sobre una construcción central en estado de abandono. Parte de su estructura está seriamente dañada, entre ella, la gran cúpula por donde entra agua a su interior. Las cristaleras de puertas y ventanas están rotas y la madera del suelo húmeda y arrancada. Además, buena parte del mobiliario se encuentra dañado y se pueden ver, abandonados en el suelo, varios kayaks. Hoy solo queda esta imagen del Bosque Máxico, además de algún que otro cartel promocional, pero el alcalde sigue afirmando que el proyecto seguirá adelante, con cambios. Lo que queda en Souteliño es parte del parque previsto inicialmente. El centro neurálgico era una plaza central con tres cúpulas. Solo se construyó la principal, que se iban a destinar a zona de recepción y cafetería. Las otras dos se proyectaron para acoger eventos. También en esa primera fase, en el 2015, estaba prevista la restauración de uno de los tres molinos de la zona para que se convirtiera en cafetería. Siguen abandonados. Lo que sí se pudo iniciar fue un espacio dedicado a pequeñas tirolinas y juegos entre árboles, que hoy están rodeados de maleza. La empresa lusa a la que se adjudicó el proyecto, Pena Aventura, tenía previsto programar las actividades que ya ofrecían en otros espacios de Portugal, entre ellas escalada, alpinismo, tirolina y recorrido entre los árboles. Nada queda del proyecto. Ahora hay una nueva propuesta, que está pendiente, entre otras cosas, de legalizar las instalaciones. Según el regidor, hubo un problema con uno de los edificios que se está corrigiendo. La idea es recuperar la cúpula dañada para que se convierta en la recepción de un «glamping», un cámping con más comodidades, donde se ubique una cafetería y una zona de baños. El complejo tendría una serie de tiendas de campañas singulares y sería de gestión privada.