Ricardo Gómez, el Carlitos de «Cuéntame», aprende en las Rías Baixas que «el amor no existe... se hace»

PONTEVEDRA

Al actor, que se movió como pez en el agua por la zona pontevedresa y colgó fotos de los manjares que degustó, le llamó la atención el mítico letrero de un motel de Poio
21 ago 2025 . Actualizado a las 17:39 h.Hace tiempo que Ricardo Gómez dejó de ser Carlitos, el niño parlanchín de la serie Cuéntame. Pero a Ricardo, Riki para los suyos, el personaje del hijo de los Alcántara le persigue por mucho que tras él haya seguido triunfando en la interpretación, con trabajos en series como Citas Barcelona o Vivir sin permiso. Seguir a Riki en las redes sociales es entender que no solo lleva a cuestas la fama de Carlitos, sino que de él conserva esa mirada del niño pícaro y travieso, capaz de sorprenderse con todo lo que ve y hace y de echarle humor a la vida (aunque televisivamente Carlitos derivase luego en un joven y adulto ciertamente atormentado). Este verano, han sido las Rías Baixas las que le han encandilado y hecho feliz. O eso parece entenderse del comentario y las fotos que colgó en Instagram. Publicó doce instantáneas de su paso por la provincia pontevedresa, por donde debió andar en este mes de agosto, y escribió: «Ah, entiendo. La morriña era esto».
Hace años que Ricardo Gómez se deja ver por Galicia en general y por las Rías Baixas en particular. Lo hizo en el año 2017 a cuenta del rodaje de Vivir sin permiso, una serie en la que compartía elenco con intérpretes como José Coronado o Álex González. Ya entonces, más allá del trabajo, se le pudo ver en algún bar de Vilagarcía disfrutando del ocio. Y, en verano de ese mismo año, también le mostró a sus adeptos en las redes sociales (tiene 216.000 seguidores en Instagram) la escapada que había hecho a las islas Cíes en medio de una niebla intensa.
Esta vez debió moverse por el epicentro del veraneo más turístico: por el eje de A Illa de Arousa, O Grove, Sanxenxo y Pontevedra. No etiquetó a ningún local, pero colgó instantáneas de una descomunal tortilla colocada encima de un mantel de papel blanco, de su pericia abriendo ostras o de un arroz negro con exquisita apariencia. En su batería de imágenes, llenas de risas y diversión entre amigos (y hasta de saltos en camas elásticas), colgó también la de un rótulo publicitario mítico: el del motel Venus de Poio. La valla reza: «El amor no existe... se hace».
Fueron muchos los comentarios que provocaron sus imágenes, algunos de ellos de sus compañeros del mundo televisivo y cinematográfico. Los actores gallegos Sergio Pazos y Pepo Suevos le animaron a disfrutar de Galicia. La intérprete coruñesa Raquel Espada puso en valor que por fin descubriese qué es la morriña. Y su padre en la ficción, es decir, Imanol Arias, tiró de emotividad: «Hijo, cada día me enorgullezco más con vos y con vosotros. Disfrútalo, te quiero», le escribió.