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Youtube, porno y emoticonos: así sortean los menores los controles parentales

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

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Mantener una comunicación abierta, promover e uso de pantallas en espacios comunes y no juzgar son algunos de los consejos de los especialistas para abordar el acceso a la pornografía de los más jóvenes

10 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Ocho años. Es la edad que marcan algunos expertos para el primer acceso a la pornografía en España. Los datos apuntan a que más de la mitad de los menores españoles tienen su primer contacto con el porno antes de los 13 años y de hecho, Save the Children marca en 12 la edad media, de acuerdo con el informe (Des)Información sexual: pornografía y adolescencia. Los riesgos y los problemas derivados del consumo a edades tan tempranas de contenido pornográfico llevan un tiempo en el debate social y de hecho, el Gobierno ha anunciado que pondrá en marcha un carné digital para limitar el acceso de los menores de 18 años a páginas web pornográficas, que desde España consultan cada mes casi un millón de jóvenes con menos de 16 años. 

La  cuestión que emerge ahora es si es posible evitar que la juventud acceda a contenido sexual desde edades tan tempranas. «Internet va mucho más rápido y estamos siempre corriendo detrás, siempre hay nuevas tendencias». Lo explica Emily Lawrenson, responsable de comunicación de Qustodio, plataforma creada en Barcelona para el control parental. 

Esas tendencias incluyen, por ejemplo, el uso de emoticonos en las búsquedas que pueden llevar a contenido pornográfico en redes como Youtube, que, de hecho, es la plataforma de streaming preferida por los niños y adolescentes españoles, con un consumo medio de 44 minutos al día, según el informe Nacer en la era digital: La generación de la IA de Qustodio.

«Cada emoticono tiene su significado y quizás online es distinto al que vas a usar en un chat con tus amigos. Los algoritmos saben lo que quiere decir este emoticono y van a servir contenido adecuado al significado», aclara Emily Lawrenson. Un ejemplo concreto es el uso de emoji la llama, que si en su día se utilizaba para decir que algo estaba muy bien, ahora tiene el significado de caliente, con lo que su uso en una barra de búsqueda puede llevar a contenido sexual.

Las propias plataformas están poniendo en marcha mecanismos para limitar el acceso a contenido no adecuado para su edad a los menores y por ejemplo, Youtube ha lanzado Youtube Kids, donde el acceso a este contenido no funciona y sigue siendo adecuado para las edades más jóvenes. La parte negativa de estas nuevas tendencias es que se trata de una búsqueda que puede sortear los controles parentales y no se ve en el historial, ya que solo aparecen emoticonos y muchos padres pueden pensar que no hay nada malo, afirman desde Qustodio.

¿Qué se puede hacer entonces para prevenirlo? Sobre todo, fomentar un uso responsable de las tecnologías y, al igual que se traslada la necesidad de una alimentación sana y nutritiva, hay que optar por establecer una dieta digital también saludable. «Cuando acceden a este tipo de contenido los padres nos asustamos», reconoce la responsable de comunicación de Qustodio. Lo importante es no juzgar. «Lo primero es mantener la calma y también reaccionar de una manera que no culpabilice al niño porque no sabemos por qué está está mirando este tipo de contenido online».

Quizá haya accedido por curiosidad o puede que haya llegado a él por accidente «y ambas razones son válidas». Así que lo más importante, recomiendan desde Qustodio, es mantener la calma, «tener una una conversación muy abierta e intentar saber por qué está mirando este tipo de contenido», aconseja Emily Lawrenson. 

La clave es que los adultos se conviertan en el punto de referencia para los menores a la hora de hablar de cómo se sienten cuando se topan con este tipo de contenido y que acudan primero a ellos. Y eso se consigue siempre con una comunicación abierta y sin culpas, remarcan desde Qustodio, para generar ese clima de confianza a la hora de abordar estas cuestiones. 

Es importante también que los más jóvenes sepan a qué riesgos se están exponiendo si consumen pornografía a edades tan tempranas.  Puede afectar en el desarrollo emocional, psicológico y social de los niños y niñas, generando una distorsión de la percepción de la sexualidad, confusión e incomodidad, e incluso problemas de imagen y autoestima y problemas para relacionarse afectivamente con otras personas. 

Los expertos llevan mucho tiempo alertando de cómo el acceso al porno tiene efectos perniciosos también en el desarrollo sexual y puede desarrollar conductas adictivas y problemas emocionales y de disfunción sexual no solo entre los niños y adolescentes, sino también entre la población adulta. Los expertos han establecido paralelismos entre el consumo de pornografía y el abuso de sustancias.

Otra recomendación es promover el uso de la tecnología en familia. Eso no significa que haya que estar todo el tiempo vigilando la pantalla de los menores para saber a qué tipo de contenido están accediendo, sino más bien promover que se utilicen en espacios comunes, en los que convive la familia, como puede ser un ordenador compartido o incluso ver Youtube con la smart tv del salón, de modo que las familias sean conscientes del tipo de vídeos que están viendo los pequeños. 

Eso evita que los niños y jóvenes puedan consumir contenidos encerrados en una habitación sin que los adultos sepan exactamente en qué está consistiendo su dieta digital. «De ese modo ni sabemos a qué están accediendo ni tampoco su reacción, si ellos lo ven bien o mal y entonces lo guardan en secreto».

Durante los últimos meses han surgido opiniones que optan por limitar el uso de las pantallas en la infancia. En Galicia, la Xunta ha prohibido el uso de teléfonos móviles en los centros escolares durante la jornada escolar. Hay familias y expertos que aconsejan que los menores no dispongan de un smartphone hasta los 16 años y además, el uso del libro digital, después de años de auge en las aulas, está empezando a decaer y hay centros escolares que han optado por retirar este método de enseñanza y volver a los libros de texto y al papel. ¿Es una buena estrategia?

«Al final cualquier limitación tiene sus pros y sus contras. Estamos en un momento clave, en el que quizás nos estamos dando cuenta de  los efectos perjudiciales que tiene la tecnología sobre los jóvenes y estamos tomando medidas», subraya la responsable de comunicación de Qustodio. Pero eso no significa que la tecnología sea perjudicial de por sí, sino que hay que formar a las nuevas generaciones (y también a los adultos) en un uso que sea adecuado y saludable para minimizar lo máximo posible los efectos perniciosos que puede tener un uso inadecuado de estas nuevas tecnologías

Lo mismo ocurre con el carné digital que ha anunciado el Gobierno para impedir que los menores puedan acceder a la pornografía. La conocida como Cartera Digital Beta es un sistema de verificación de edad para limitar el acceso de los menores a contenidos que no son adecuados a su edad y será obligatoria para las páginas con sede en España. Según las previsiones, la primera versión estaría lista después del verano. 

A través de ese certificado digital, con una validez de 30 días, las personas verificarán que son mayores de edad y por lo tanto pueden acceder a este tipo de páginas, a razón de una vez al día, según la información que ha dado hasta el momento el Ejecutivo central. El debate se ha centrado ahora no solo en la protección de datos y en el consumo controlado que se ofrece a los adultos de pornografía, sino en si será realmente una medida efectiva para evitar el acceso de los menores a este tipo de páginas. 

Lawrenson cree que es complicado conseguir que estos contenidos dejen de estar del todo disponibles para los más jóvenes. «Estamos ante una situación en la que los niños tienen que estar y merecen estar seguros. Cualquier medida es bienvenida, pero lo que pasa es que es muy difícil poner límites».

Por ejemplo, se pueden sortear a través de redes VPN, o descargar aplicaciones que les permitan cambiar la ubicación del dispositivo. «En internet existen mil posibilidades», alerta Emily Lawrenson, y por eso la posición de Qustodio es, más que restringir, fomentar un uso responsable de la tecnología, «porque también aporta muchos beneficios».