
Las aplicaciones, la memoria caché o incluso el estado de la batería pueden ralentizar nuestro «smartphone»
30 jul 2025 . Actualizado a las 20:12 h.Normalmente se le llama obsolescencia programada, pero no en todos los casos es el motivo de que nuestro teléfono móvil vaya cada vez más lento. Es cierto que los dispositivos se fabrican para que tengan una vida útil limitada, a veces de forma intencionada, o porque llega un punto en el que los sistemas no pueden asumir más actualizaciones, pero el uso que damos a un teléfono puede influir en que su velocidad baje de forma considerable.
Ese mal empieza a notarse cuando el móvil ha cumplido un par de años. Un dispositivo que funcionaba con rapidez cada vez se ralentiza más. Lo notamos en la velocidad a la que se abren las apps e incluso se queda colgado con frecuencia. ¿Es ese un síntoma de que debemos cambiar el móvil?
Lo cierto es que hay factores tanto de software como de hardware que tienen que ver con que un teléfono vaya perdiendo rendimiento.
Las aplicaciones
La capacidad que tienen a día de hoy los smartphones nos han llevado a descargar apps de forma masiva. Muchas de esas aplicaciones se ejecutan en segundo plano, aunque no las estemos usando activamente. Esto significa que consumen memoria RAM, batería y potencia del procesador de forma constante.
¿Has cerrado las apps? Seguramente, pero es posible que, cuando las cierres después de usarlas, por ejemplo las redes sociales, sigan sincronizando datos, enviando notificaciones o directamente actualizándose.
Las actualizaciones frecuentes de estas apps suelen incluir nuevas funciones y gráficos que, si bien mejoran la experiencia si el móvil es reciente, pueden ralentizar los móviles más antiguos.
El almacenamiento
Cuando el dispositivo está lleno, es decir, cerca de su máxima capacidad, suele ser menos eficiente. Al fin y al cabo, el sistema necesita espacio libre para tareas como las actualizaciones, el almacenamiento o los propios procesos internos. Si la memoria está llena, esas acciones también las hará de forma más lenta. Es verdad que, ante eso, siempre es bueno actualizar el sistema operativo, pero también es cierto que esas actualizaciones suelen ser estar preparadadas para los dispositivos más nuevos.
Lo que para un modelo nuevo es una mejora, para uno antiguo puede convertirse en un problema. Algunos usuarios prefieren no actualizar el sistema operativo, aunque eso conlleve riesgos de seguridad, con tal de mantener un rendimiento aceptable. Clásicos son los avisos por redes sociales de usuarios recomendando, por ejemplo, que no se actualice la última versión de iOS si el teléfono no es relativamente reciente.
La caché
Borrar la caché es una de las expresiones más conocidas del mundo smartphone. Pero, ¿sabes qué significa? La caché es una memoria temporal que utilizan los dispositivos para guardar datos que se usan con frecuencia, de forma que se puedan acceder más rápido cuando se vuelvan a necesitar. La caché es muy útil, pero con el tiempo puede causar problemas.
Lo más recomendable es hacer una limpieza periódica para evitar que el móvil vaya más lento. Las fotos duplicadas, el exceso de vídeos o los archivos temporales afectan a la velocidad del móvil.
Hay tener presente que otros elementos, que no tienen que ver con el software también envejecen. Es el caso de las baterías. Su mal estado es uno de los factores más importantes que explican por qué un móvil antiguo empieza a comportarse peor. A medida que la batería envejece, el teléfono toma medidas para protegerse y evitar fallos graves. Algunos sistemas, como iOS, bajan la velocidad del procesador si detectan una batería degradada.
¿Hay algo en mi móvil?
Aunque no es lo habitual, también puede influir en la velocidad de nuestro smartphone la presencia de malware o aplicaciones mal optimizadas. Algunas apps consumen recursos excesivos, muestran publicidad invasiva o ejecutan procesos que afectan al sistema entero. Por eso, es fundamental descargar aplicaciones solo de fuentes oficiales como Google Play Store o App Store.
Si aún así, después de revisar las aplicaciones en segundo plano, borrar la caché o comprobar el estado de la capacidad del móvil, la velocidad no mejora, puedes restaurar el teléfono y restablecer los valores de fábrica. Es básicamente formatear el móvil. Eso sí, hay que tener presente que esta acción va a borrar fotos, contactos, apps y cualquier archivo, así como las configuraciones. Así que siempre, siempre, haz una copia de seguridad antes de dar este paso.