«Con lo que hemos sufrido, la empatía de la gente con Diego es de agradecer»
SANTIAGO
Una inmobiliaria facilita que el compostelano con esclerosis múltiple y su familia se trasladen a un piso próximo al Clínico mientras adaptan su casa
20 mar 2023 . Actualizado a las 12:55 h.Esther Tubío, Diego Rey y su hija se mudaron la pasada semana a un piso nuevo, cerca del Clínico, con el fin de dejar libre su casa de la rúa das Hortas, que será reformada para adaptar las estancias a las necesidades de Diego, que padece esclerosis múltiple severa. «No fue fácil conseguir un piso de alquiler que tuviera las condiciones mínimas que precisa Diego. Fueron muchos meses buscando, visitando agencias, llamando a pisos en alquiler y recibiendo respuestas negativas. Fueron muchos rechazos al explicar la situación», explica Esther. Cuando casi habían perdido la esperanza, relata, «aparecieron los de la agencia Quatrium, que se portaron muy bien con nosotros. Llevamos sufriendo mucho y aguantando de todo, así que es muy de agradecer que tuvieran empatía con Diego. Es una actitud poco frecuente, y por eso es más de agradecer».
El nuevo piso tiene ascensor y, salvo el baño, que no está adaptado, «reúne las condiciones mínimas». Uno de los problemas que tenía la familia de Diego Tubío para alquilar era el tiempo del contrato. «Cuando nuestra casa esté preparada, volvemos a nuestro hogar», apunta Esther en referencia a la vivienda de la rúa das Hortas. El contrato de alquiler firmado para el nuevo piso es por un año: «Espero que en este tiempo esté la obra hecha, aunque, si terminaran antes, ya me comprometí a pagar el año completo».
Con el traslado y la mudanza completada, Esther tiene que enfrentarse a un sinfín de nuevos trámites administrativos. «Parecen no tener fin y, por supuesto, la Administración no responderá a la primera. Ya sabes que se trata de aburrirnos para que no molestemos», ironiza. La familia venía disfrutando en su hogar de la rúa das Hortas del bono social para reducir el importe de su factura eléctrica, al ser una familia vulnerable. Pero el cambio de piso, aunque sea temporal, también pone en riesgo esa ayuda: «Ahora no sé si podré cambiarlo, porque tendríamos que estar empadronados en el piso, y la casa dejaría de ser vivienda habitual». Esther Tubío indica que la familia quiere pedir la ayuda para accesibilidad, que solo se concede para vivienda habitual, por lo que empadronarse en el nuevo piso para mantener el bono eléctrico impediría acceder a la subvención para la casa de la rúa das Hortas. «Es un lío que, por ahora, no está aclarado. La Administración no contempla alternativas para casos como el nuestro», lamenta Esther. Señala que el del bono solo es uno más de los problemas que «crea la Administración porque desconoce la realidad de la gente». Por ejemplo, el reconocimiento del grado 3 de dependencia a Diego «es solo sobre el papel desde enero. Iban a ponerse en contacto para darnos la ayuda a domicilio, pero nadie llamó. La necesito para levantar a Diego».
Esther Tubío y su familia también están a la espera de que se fije la fecha del juicio para resolver la reclamación de los atrasos que presentaron contra la Seguridad Social, después de que se le reconociera la gran invalidez a Diego.
«Cogami nos asesoró para las obras»
El proyecto de la reforma interior de la casa familiar de Diego y Esther está terminado, y será entregado próximamente al Concello para que conceda la licencia. Esther confía en que el trámite municipal sea ágil. «Nos dicen que, a veces, se tarda un año o más en tener licencia, pero espero que tengan en cuenta que es una cuestión de urgencia». Precisa que, para elaborar el proyecto, «nuestro arquitecto contó con el asesoramiento del técnico de Cogami, que le indicó cómo tenían que ser las cosas para que la casa esté adaptada a Diego». Además de tirar algún tabique para poder ampliar el baño y hacer que sea accesible, «también hay que cambiar los anchos de las puertas. Hay mucho que hacer, y por eso era imposible estar en la casa mientras se hacían las obras».
El presupuesto inicial de la reforma oscilará entre 25.000 y 30.000 euros, y el matrimonio espera que la Xunta le conceda la ayuda para accesibilidad, de hasta 18.500 euros. «Pediremos un crédito y luego, si hay ayuda, que espero que sí, tendremos menos que pagar», subraya. Su idea es que todo esté resuelto para que «cuando tenga la licencia, empiecen las obras inmediatamente».