Radiografía de los aparcamientos de Santiago: o están todo el día llenos o se necesita otro coche para llegar hasta ellos
VIVIR SANTIAGO

La suma de un transporte público por mejorar, un párking disuasorio que no existe como tal y las extensas zonas verdes y azules hace difícil el uso del coche, tan necesario para trabajadores que viven en concellos colindantes
04 may 2023 . Actualizado a las 18:19 h.Santiago de Compostela ha padecido desde siempre un problema con sus aparcamientos. Los públicos escasean, están lejos y mal comunicados al no existir un gran disuasorio que funcione como tal o son grandes templos de las zonas verdes y azules. Por su parte, las plazas de garaje parecen los nuevos pisos, azotadas por la especulación en los últimos meses y contagiadas del encarecimiento de los alquileres que vive cualquier ciudad. Del otro lado, el mejorable transporte público local y metropolitano hace complicado abandonar el coche, que a veces es el peor enemigo del compostelano, sobre todo cuando lo tiene que aparcar.
El problema no lo viven tanto los residentes cuando desean aparcar en sus casas, que para eso están las líneas verdes, pero toda la vecindad alquilada o que solamente viene a Compostela a trabajar se llevan el hueso. Vivir en Bertamiráns o en O Milladoiro, por ejemplo, y trabajar en Santiago llena de coches la capital, como es lógico. Pero todos esos asalariados, que por vivir vivirían en Compostela, muchas veces no pueden alquilar o comprar en sus calles.
Peor lo tienen quienes desde la comarca o desde el resto de Galicia vienen a Santiago puntualmente, desde aquellos que acuden a una cita médica y se adentran en la jungla que es el Hospital Clínico a los que más que a Santiago quieren ir a Lavacolla para coger un avión. No hay más que ver las decenas de vidas que ha tenido ya el famoso párking fantasma, con el que ni las autoridades ni la ley de oferta y demanda pueden acabar. ¿Dónde se puede aparcar para no tener que recorrerse mitad de la capital con las maletas a cuestas y encontrar rápido una parada de la línea 6A, esa que permite hacer transbordo con los aviones?
Divididos en tres grupos, según la complejidad para encontrar sitio, repasamos la oferta de plazas en los aparcamientos públicos de la ciudad, ya sin tener en cuenta los subterráneos, que solo son alternativa si la prisa es más importante que la factura.
Imposibles
Aparcamiento de Santa Isabel, en Galeras
Ya sea por la actividad laboral de las mañanas o por la física de la última hora de la tarde, al son del próximo gimnasio, lo cierto es que en el pequeño aparcamiento de Santa Isabel, en Galeras, es misión imposible aparcar. La única alternativa es desviarse hacia Monte Pío, por la empinada cuesta, o bien desplazarse hacia la zona del Auditorio de Galicia y su parque, donde algún sitio más hay, dependiendo sobre todo de la hora a la que se intente estacionar. La otra gran alternativa es el subterráneo, claro.
Dada su inmejorable ubicación para dejar el coche cerca de la zona vieja, este párking es de los más utilizados de la ciudad, teniendo en cuenta también el elevado tráfico que discurre a su lado. Todo se magnifica debido a su pequeño tamaño, que hace que siempre esté colapsado. Que creciera sería complicado, pues tan solo tiene ante sí un parque o carretera.

El del CHUS
Qué decir sobre el aparcamiento del CHUS que no esté ya dicho. Por todos es conocido su perpetuo colapso, que afecta también al subterráneo que colinda con él. Se han presenciado sobre su asfalto auténticas imágenes de terror, con coches colgados de aceras, de cunetas y no de otros coches, pero porque no se puede. El clima de tensión constante que en él se respira, entre los propios conductores, no lo hace un lugar muy agradable para dejar el coche, aunque no quede otra.
En los últimos tiempos, el Concello de Santiago ha intentado avanzar para dar soluciones a este problema que afecta tanto a compostelanos como a pacientes gallegos en general. Sus negociaciones con la Xunta por el momento no se palpan en la realidad y las discrepancias parecen profundas, por lo que tocará en el complejo hospitalario seguir subiendo los coches a los árboles.
Otra de las problemáticas que vive este aparcamiento es que se usa como disuasorio. Hay quien llega desde villas cercanas a Santiago por su parte sur, aparca a primera hora cuando todavía hay algún sitio, se sube a un bus urbano que pase por allí y se dirige al centro para comenzar su jornada. Esto limita mucho las plazas de quienes van al médico, pero es de los pocos grandes aparcamientos que tienen buen enlace con el transporte urbano.

Inmediaciones de la Xunta, en San Caetano
Una buena alternativa para aquellos que deseen una plaza de aparcamiento en la parte norte de la ciudad, cerca de la rúa San Roque o de los bloques de viviendas de la avenida Castelao, puede ser el espacio de estacionamiento que hay ante el edificio administrativo de la Xunta de Galicia, en San Caetano. Bien es cierto que estas plazas están todo el día colapsadas, más todavía por las mañanas, pues naturalmente están pensadas para los trabajadores de la administración.
Es de lo poco sin líneas verdes que hay por la parte norte de Santiago, pues bajando hacia Vite y Vista Alegre todo está reservado para residentes y lo mismo pasa en dirección a Basquiños y San Roque, donde también hay partes azules muy puntualmente. A mayores, otro de los hándicaps que presenta es que sobre su asfalto es donde se celebran muchas de las concentraciones sindicales ante la Xunta, como es lógico. Sin ir más lejos, la de los percebeiros de hace unas semanas, pacífica, o la de los bateeiros, donde hubo cargas policiales.
Aparcamiento de Pontepedriña
A pesar de ser zona azul, esta es una de las mejores alternativas para aparcar al estar tan cerca del Ensanche. El problema es evidente: tiene unas condiciones teóricas tan buenas que está siempre a tope. Antes esto estaba más controlado al tener que ponerle un tique cada dos horas, pero ahora este escollo se salva fácilmente gracias a la aplicación móvil que permite poner ese recibo digitalmente.
Cerca de él hay numerosas calles en las que el aparcamiento es gratuito, por lo que muchos intentan dejar sus coches en estas y no tener que pagar, a perjuicio de los vecinos de los bloques de edificios que se alzan a lo largo de ellas.

Según la hora
«Disuasorios» de San Lázaro
Por las mañanas estacionar en San Lázaro es intentar que lo lleven a uno de la cama a la mesa. Por no dar unos pasos más e ir hasta el estadio Vero Boquete, con cientos de plazas, hay quien da vueltas y vueltas al párking contiguo al Pazo de Congresos, que prácticamente todo el día está a reventar. Solamente baja por la tarde, cuando el horario de oficina libera a los trabajadores de estos edificios.
Tiene sentido que muchos repelan el anillo que viste al estadio al estar plagado de baches como está. Desde hace años tiene su firme en estas condiciones, por lo que muchas veces, superada la mañana, aquí solamente se ve algún autobús en las plazas reservadas para ellos. En teoría este es el gran punto de estacionamiento disuasorio de la capital de Galicia, pero la realidad es que su uso es mínimo.

Campus sur
En las horas puntas es una utopía. Pueden pasarse decenas de minutos dando vueltas sin encontrar un sitio, desde que comienzan las clases por la mañana se convierte en un CHUS pero mejor ordenado, y eso que las plazas abundan. La cosa se pone más sencilla a mediodía, aunque por la tarde los problemas vuelven.
De poco sirve intentarlo en las zonas azules de este gran aparcamiento, pues estarán igual gracias al truco del que también vive el párking de Pontepedriña. Quizás todavía con más importancia en este caso, pues los precios en el campus sur están reducidos. No es casualidad, hay que tener en cuenta que este estacionamiento está pensado para personal de la USC y para sus estudiantes e investigadores, no para los compostelanos en general que tantas veces lo utilizan.

Facultad de Filología y Auditorio de Galicia
Por las mañanas, cuando se necesitan, están llenos. Estos aparcamientos sufren los efectos del colapsado de Santa Isabel, pues reciben a todos los coches que se hartan de gastar gasolina dando vueltas en su primera opción. Del mismo modo que el párking del campus, estas plazas colindantes a las facultades de Filoloxía y Comunicación no están pensadas para el conductor común, sino para el estudiante.
Por la tarde la cosa suele mejorar, aunque recupera el movimiento a última hora, con la afluencia que se le deriva por el complejo deportivo de Santa Isabel y las actividades que pueda haber en el Auditorio.

Aparcamiento de Santa Marta
Desde siempre infrautilizado, este aparcamiento está sufriendo desde hace unos pocos años las oleadas de coches que no consiguen aparcar en el CHUS por las mañanas. Por las tardes, eso sí, vuelve a su normalidad absoluta. Perfecto para su zona, con parada del autobús cerca y no tan lejos del Ensanche como pudiera parecer, oposita para ser un buen aparcamiento disuasorio, tal como se concibió.

Barrio de Fontiñas
El caos de las mañanas en todo el barrio de Fontiñas tiene un montón de causas. Pueden resumirse en la actividad de las oficinas y de los juzgados, del centro de salud y de los colegios. Lo que está claro es que esta jungla planificada con escuadra y cartabón a vista de pájaro no da abasto para tanto coche.
Del mismo modo, por la tarde todo se relaja bastante, hasta el punto de que los coches de la autoescuela campan a sus anchas y hasta prueban el estacionamiento con vistas a las maniobras que serán exigidas en el examen del que aspira a ser novel.

Fáciles, pero por algo es
Centro comercial As Cancelas
Podría ser una solución de emergencia pero no debería ser ni una alternativa. Un aparcamiento gratis de un centro comercial privado, dadas las circunstancias de Santiago, resulta una buena opción dada su gran conexión con la almendra de la ciudad a través del transporte público urbano. El autobús 4 nos dejará en la puerta del párking.
Es raro que no haya sitio en el subterráneo pero, evidentemente, cierra por las noches, con el centro comercial. La parte al aire libre suele estar más llena, tanto sus plazas propiamente dichas como las colindantes que se encuentran en los arcenes de la carretera que da acceso al edificio.

Aparcamiento de Salgueiriños
Carece de uso real, más allá de dar cobijo a las autocaravanas y a algunos autobuses, además de a los contenedores de basura que el Concello ha desarrollado para la zona vieja de Santiago, aunque estos solamente hacen acto de presencia por las noches. A mayores, últimamente a veces hace funciones de cine al aire libre.
Su infrautilización puede tener que ver con la lejanía del centro, pero no es tan sencillo. Tiene la misma conexión que puede tener, por ejemplo, el tan colapsado del CHUS, pues a su lado discurre la misma línea de autobús, la 1. A mayores de esa, también otras líneas pasan pegadas a él, como las que conectan Compostela con sus parroquias, por lo que podría ser sencillo revitalizarlo como aparcamiento disuasorio. No hay que olvidar que nació para el Xacobeo 2004 con ese fin.

Los de Sar: el público y el «leiraparking»
Uno pasa el corte, el público, pero el otro es un auténtico desastre que muchos conductores se ven obligados a usar. En cuanto al primero, a pesar de tener partes de hierba y otras dedicadas al estacionamiento de residentes, goza de popularidad sin que esta sea agobiante. Cerca de Sar, es una buena alternativa.
Para hablar del segundo, el «leiraparking», conviene primero ponerse las botas, pero las del terreno. Se trata de una sucesión de baches y barro donde aparcan coches, no por deseo del conductor en la mayoría de los casos, sino por necesidad. No es la primera vez que esta parcela, ubicada próxima a la rotonda que une la estación intermodal con Fontiñas, vive episodios de vandalismo contra los coches, como roturas de lunas. Sitio hay, pero tampoco tanto, síntoma de la problemática para aparcar que vive Compostela.

Cidade da Cultura
Si ya la Cidade da Cultura queda lejos de todo, pues un complejo como ese lo requiere así para brillar arquitectónicamente, su aparcamiento tanto o más, de manera que no es funcional para el día a día. La línea 9 de autobús nos bajará de allí y nos devolverá a la almendra, si se quiere usar este párking como disuasorio de Santiago, cosa que no es tan descabellada al tener un acceso inmejorable desde la circunvalación de la AP-9.
Algo parecido a lo aplicable para el aparcamiento del Gaiás puede servir para el del pabellón de Fontes do Sar, unos metros más abajo pero no tan grande como el primero ni con tan buena conexión con el exterior. Todo cambia, por supuesto, cuando hay partido del Obradoiro.
