Cómo ahorrar hasta 400 euros al año en plataformas de suscripción

Tamara Montero
Tamara Montero SANTIAGO / LA VOZ

PLATA O PLOMO

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Soluciones como Sharesub permiten a titulares compartir su suscripción y optimizar costes de forma completamente legal

14 may 2025 . Actualizado a las 18:38 h.

En el año 2015, Jean-Brice de Cazenove y su hermano utilizaban el mp3 para escuchar música. Eran los albores de las plataformas de streaming y su hermano decidió pagar una suscripción familiar de Spotify durante un año. «Tres años después, seguía pagando la suscripción. Calculé que eran 20 euros al mes durante tres años. Cientos de euros. Nunca le había pagado mi parte. Era un regalo de Navidad bastante caro». 

Jean-Brice de Cazenove, que por aquel entonces trabajaba en modelos de pago para un marketplace, empezó a pensar en una solución para que tener varias suscripciones a plataformas de pago dejase de ser tan caro. Cinco años después, nacía Sharesub, un sistema que permite ahorrar hasta 400 euros al año en este tipo de suscripciones de manera completamente legal

La primera cuestión que surge es si es posible ahorrar costes en las suscripciones si cada vez más plataformas tienen mecanismos que impiden compartir contraseñas para, precisamente, aumentar el número de suscriptores a sus servicios. «Hay una diferencia entre compartir una contraseña y compartir una suscripción», explica el CEO de Sharesub, presente ya en toda Europa y que cuenta con unos cien mil usuarios, aproximadamente, aunque la cifra no es estable, porque hay personas que se dan de baja y de alta todos los meses de sus servicios. 

Y es que el sistema de Sharesub se fundamenta en las suscripciones compartidas, es decir, en los planes diseñados por las propias plataformas de streaming que permite que varias personas compartan una cuenta. Es decir, no es posible compartir una cuenta individual de Spotify, porque está pensada solo para una persona, pero Sharesub sí que registra cuentas múltiples, como el plan familiar.

 «La idea inicial era poder compartirlo con tu familia de manera privada pero luego tuvimos muchas peticiones de usuarios que querían encontrar a personas con las que compartir la suscripción y que no tenían una gran familia o grupo de amigos», aclara el CEO de Sharesub. Así que pusieron en marcha la solución para que personas que no se conocen entre sí puedan compartir una suscripción a un servicio, ya sea de consumo cultural o de otro tipo de aplicaciones. Además, por aquel entonces empezaron a proliferar los planes de suscripción con varios usuarios. 

«Ese ha sido el gran cambio que hemos visto durante los últimos cinco años. Empezamos con quizá 20 planes de Spotify a Netflix o Disney+ y ahora tenemos unos 600, porque las suscripciones ahora están en todas partes. Y la idea de compartirlas con un grupo es algo que funciona bien en términos de márketing para las plataformas digitales, con lo que actualmente la suelen ofrecer», explica el fundador y CEO de Sharesub.

Así que en Sharesub hay disponibles suscripciones compartidas de muchos ámbitos. El más conocido es el de la música y el de las series, pero en la actualidad incluso tienen suscripciones para herramientas profesionales y una de las cosas que más se demanda actualmente son las herramientas de inteligencia artificial.

El sistema es sencillo. Si una persona es la titular de una suscripción para varios usuarios, puede anunciarse en Sharesub buscando personas con las que compartir la cuenta. «Como tenemos una base de datos con todos los precios de los distintos planes, te decimos cuánto puedes conseguir de reembolso». De Cazenove pone como ejemplo una suscripción a un periódico con una suscripción mensual de 20 euros y cuatro usuarios. Si esa suscripción tiene dos usuarios disponibles, el titular puede obtener un reembolso de diez euros al mes.

«No puedes sacar beneficios», remarca el CEO de Sharesub. No se trata de vender la suscripción, sino obtener un reembolso. La plataforma permite enviar un enlace privado si solo se quiere compartir con familiares y amigos o también se encarga de poner en contacto a los titulares de las suscripciones con usuarios interesados en compartir.

Cada mes, Sharesub se encarga de recolectar la parte de cada suscripción y el dinero se almacena en un monedero digital a través de un banco que funciona como partner de la empresa y cumpliendo con las regulaciones que tenga cada uno de los países en los que opera. 

En el caso de ser un cosuscriptor, a principios de cada mes tendrá que pagar la parte de la suscripción compartida a la que se ha suscrito. En el caso de que haya algún problema, como perder acceso a la cuenta, se le devuelve el dinero. «Somos como un tercero que asegura la transacción y que el comportamiento en la plataforma sea el adecuado», explica el CEO.

Eso sí, hay una diferencia entre titulares de suscripciones y cosuscriptores: para los primeros el servicio es gratuito. Los segundos abonan una pequeña tasa mensual que se queda Sharesub. 

Los usuarios pueden reducir sus costes hasta en un 75 %, con un ahorro anual medio de 400 euros, sin recurrir a versiones modificadas o ilegales de estas aplicaciones. Este enfoque no solo supone una alternativa asequible para los consumidores, sino que también contribuye a la sostenibilidad de las plataformas digitales al fomentar el acceso legal a sus servicios.

«Es solo un usuario dentro de la suscripción, no una suscripción completa, así que no compite con las plataformas», afirma De Cazenove. De hecho, muchos usuarios, de no tener la capacidad de compartir estas suscripciones, simplemente se darían de alta en una plataforma cuando esté disponible la nueva temporada de su serie favorita y se darían de baja después.

«Pongamos que son diez euros al mes durante tres meses, lo que supone 30 euros para la plataforma. En cambio, si comparten la suscripción, pagarían cinco euros mensuales, pero durante el año completo. Son 60 euros para la plataforma, es decir, el doble de dinero». 

En España, Sharesub permite acceder a suscripciones compartidas de plataformas de música como Spotify y Apple Music, servicios de streaming como Netflix, HBO, Disney+ y Amazon Prime Video, así como apps como Strava o Duolingo.

Además, matiza De Cazenove, hay un efecto viral de este modelo que las plataformas de suscripción están aprovechando y por eso se diseñan planes que permiten varios usuarios al mismo tiempo. Eso, y que «hay un límite financiero de lo que cada persona puede pagar por suscripciones al mes, porque en la actualidad el modelo se utiliza en televisión, música, antivirus, paquetes office, inteligecia artificial... Es demasiado». Hay personas que incluso se plantean volver al modelo de la compra de DVD, confiesa el CEO de Sharesub, ante la imposibilidad de abarcar todo el abanico de suscripciones que está disponible en la actualidad. 

Este límite financiero, sumado a la inestabilidad económica y política de los últimos tiempos, además puede llevar a la población a regresar a modelos que en los últimos años, con la irrupción de catálogos a precios asequibles, parecía que habían quedado superados, como por ejemplo la descarga ilegal de películas. Sistemas como el de Sharesub «hacen más asequible el acceso al entretenimiento, la cultura y la información de calidad», defiende De Cazenove.

En la actualidad, Sharesub opera en 33 países y donde más usuarios concentra es en Francia, España e Italia. «Supongo que algo tiene que ver con la cultura latina de compartir», dice Jean-Brice de Cazenove. Y también con el hecho de que el nivel económico en países nórdicos, como Noruega, es mucho mayor, con lo que no contemplan tanto compartir suscripciones a pesar de que puedan tener precios elevados. 

«En los países con menores ingresos, la gente está más motivada para optimizar costes, por eso vemos más interés en Francia, España e Italia y también en países del este de Europa, como Polonia», explica el CEO.