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El COVID-19 afecta ya a 181 países y deja 65.000 muertos con EE.UU. como nuevo epicentro de la pandemia. Corea del Sur explica las claves de su éxito, Reino Unido liberará a cuatro mil presos al aproximarse a los cinco mil muertos y en Guayaquil (Ecuador) reparten ataúdes de cartón entre las funerarias
18 abr 2020 . Actualizado a las 19:02 h.El avance del coronavirus por el mundo no cesa, con más de un millón de infectados desde diciembre y 65.000 muertos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el balance actualizado de la Universidad Johns Hopkins. Las cifras se quedan obsoletas cada hora que pasa ante la exponencial propagación del COVID-19, que aplasta la economía, esteriliza las relaciones sociales y confina a medio planeta mientras la OMS teme una expansión incontrolada del virus en el tercer mundo.
La reacción ante la enfermedad depende de la bandera que infecte, con medidas durísimas en algunos países o mucho más laxas en otros, cambios de criterio, pero también aciertos que se exportan a otras naciones.
Así están ahora las cosas
Estados Unidos y, particularmente, el estado de Nueva York, se han convertido en los nuevos epicentros mundiales de la pandemia. El país ha superado los 8.500 muertos y los contagiados alcanzan los 312.000, más que España e Italia juntas (126.000 y 124.000, respectivamente). En Nueva York los contagios han rebasado los 110.000 y más de 3.500 personas han muerto. La magnitud de la pandemia es tal que uno de los asesores de la Administración Trump ha alertado a la población de que esta semana deberán estar preparados, en lo que a muertos se refiere, para «un nuevo 11S» y un nuevo Pearl Harbor.
El Ayuntamiento de Guayaquil se ve forzado a repartir ataúdes de cartón
El epicentro de la pandemia del COVID-19 en Ecuador, la ciudad de Guayaquil en la provincia de Guayas, continúa generando trágicas imágenes desde que hace varios días comenzaran a verse muertos apilados en las calles. Ante la elevada demanda y el aumento de su valor, el Ayuntamiento ha comenzado a repartir ataúdes de cartón prensado para poder dar sepelio a los muertos.
Reino Unido liberará a 4.000 presos de las cárceles, tras acercarse a los 5.000 muertos
El número de familias británicas enlutadas por la pandemia no hace más que crecer. El Gobierno informó de que, este domingo, la cifra de fallecidos se acerca ya a los 5.000 y la de infectados a los 50.000. No ha sido el único anuncio de relevancia, ya que el Ministerio de Justicia ha indicado que liberarán a cuatro mil presos de sus cárceles de Inglaterra y Gales.
Si el parte no era suficientemente dramático, las autoridades revelaron el sábado que entre las muertes ocurridas en hospitales figuraba la de un niño de cinco años, su víctima más joven hasta el momento. El ritmo de muertes y esta impactante noticia dibujan ahora a un Boris Johnson -antes proclive a mostrarse escéptico con la pandemia- cercado por el coronavirus.
Asimismo, y prueba de la magnitud de la crisis que atraviesa Reino Unido, la reina Isabel II se ha dirigido a la nación lanznado un mensaje de unidad en un formato de discurso que solo ha empleado en contadas ocasiones.
Alemania rompe la barrera de los 90.000 infectados y es cuarta a nivel mundial
Los último datos de pacientes de COVID-19 publicados por las autoridades germanas han convertido a Alemania en el cuarto país del mundo en número de contagios, por detrás de Estados Unidos, España e Italia. Con fallecidos en todos los lander y en la capital, ha rebasado la barrera de los 90.000 contagios, una cifra que ya ronda Francia, a la espera de la actualización de sus datos.
Egipto ordena suspender los banquetes de caridad del ramadán
La situación en Egipto no ha mejorado y el país ha superado ya el millar de infectados. Estos números han calado en el Gobierno que, además de estar sopesando una ampliación del toque de queda instaurado desde finales de marzo, ha ordenado la suspensión de los banquetes de caridad que ofrecen los ciudadanos a las clases más desfavorecidas durante el ramadán.
Italia registra menos de 700 fallecidos en un día por primera vez en más de una semana
La pandemia en Italia se ha cobrado ya la vida de 15.362 personas
Laura Serrano-Conde
![Imagen de este sábado en una calle cercana al mercado de Rialto en Venecia](https://img.lavdg.com/sc/ORhYePZyCONIYfH3t046IzFu2MA=/480x/2020/04/04/00121586019363295192260/Foto/GA5P19F1_185456.jpg)
Italia contabiliza ya 15.362 fallecidos con coronavirus desde que se detectó el brote a finales de febrero, 681 más desde el viernes, pero es la mejor cifra desde el pasado 27 de marzo, un dato positivo que se suma a los 74 enfermos menos que se encuentran ingresados en las unidades de cuidados intensivos.
Los hospitales comienzan a respirar
Estos datos han sido celebrados este sábado por el jefe de Protección Civil, Angelo Borrelli, en rueda de prensa. «Este sábado por primera vez tenemos una cifra muy importante. El número de pacientes en unidades de cuidado intensivo ha disminuido en 74 y es una noticia importante porque permite que nuestros hospitales respiren. Es el primer valor negativo desde que comenzamos a gestionar la emergencia», ha señalado.
El presidente del Consejo Superior de Sanidad, Franco Locatelli, ha destacado que también el número de fallecidos se está reduciendo progresivamente, pero ha adelantado que todavía no hay que bajar la guardia e hizo un llamamiento a la responsabilidad. «Hay que transmitir un mensaje, estas cifras ligeramente mejores no pueden ser leídas como que hemos superado la fase crítica y el peligro», ha apuntado, al tiempo que ha subrayado que las medidas de confinamiento han salvado al menos 30.000 vidas, según un estudio autorizado.
Aumentan los nuevos contagiados
A pesar de que el número de fallecidos se ha reducido, el número de contagios totales, contando enfermos, fallecidos y curados, es de 124.632 personas, lo que supone un incremento de 4.805 de nuevos contagiados en 24 horas. Las personas actualmente positivas ascienden a 88.274, con lo que el número de positivos ha subido en 2.886 personas en un día, y hay 20.996 curados, 1.238 más en 24 horas.
Las personas actualmente positivas ascienden a 88.274, con lo que el número de positivos ha subido en 2.886 personas en un día, y hay 20.996 curados, 1.238 más en 24 horas. De los más de 88.000 enfermos, solo 3.994 se encuentran ingresados en unidades de cuidados intensivos, mientras que 29.010 están hospitalizados y 55.270 en aislamiento domiciliar.
La región más afectada sigue siendo Lombardía (norte), con 49.118 contagios totales, y le siguen Emilia Romaña (16.540), Piamonte (11.709) y Véneto (10.824).
El centro y el sur del país contienen el avance
Locatelli ha indicado que en las regiones del centro y sur del país «el sistema sanitario ha sido capaz de contener un aumento significativo en el número de sujetos infectados», algo muy positivo que ahora deben conseguir también las regiones del norte, las más afectadas.
El ministro de Sanidad, Roberto Speranza, ha subrayado este sábado que «el índice de contagio ha comenzado a descender», en una entrevista con la televisión pública. Speranza explicó que en febrero y principios de marzo, de media, cada persona infectada contagió a otros tres, «produciendo una multiplicación muy significativa», y esta tendencia ha comenzado a descender «a partir del 10 de marzo», pero todavía no es suficiente porque el objetivo es erradicar el virus por completo. «El distanciamiento es el único arma contra el virus», ha añadido.
Mayor protección para los sanitarios
Uno de los sectores más expuestos en esta crisis es el sanitario y el secretario general nacional del sindicato médico Annao, Carlo Palermo, reclamó este sábado más material médico que les proteja y que la Unión Europea desarrolle una estrategia conjunta que les ampare, durante una rueda de prensa telemática con los medios internacionales en Roma.
Hasta el momento, han fallecido 80 médicos, y entre el 10 y el 20 % eran jubilados voluntarios que se ofrecieron a ayudar a combatir esta pandemia, ante la saturación de hospitales y la falta de personal sanitario. Palermo, además, ha lamentado que «entre un 20 y un 25 % de los contagiados» con coronavirus son médicos, un colectivo que trabaja en condiciones muy precarias. También ha afirmado que «la situación del coronavirus en cuanto a la dificultad a nivel hospitalario es similar al de una guerra» y pidió más mascarillas especiales para estas circunstancias y más equipos de protección individual.
El cobro de las pensiones dilapidó la cuarentena en Argentina
Grandes colas en los bancos, mientras los gallegos jubilados temen que la situación se descontrole
Guillermo Redondo
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Argentina se dio de bruces con la realidad. Las restricciones a los movimientos en la calle parecieron desaparecer durante la jornada del viernes, cuando multitudes de ciudadanos se congregaron a las puertas de los bancos para percibir sus jubilaciones y pensiones. Los usuarios del Centro Gallego de Jubilados y Pensionados de la República Argentina, situado en Avellaneda, miran al futuro con preocupación tras los últimos acontecimientos.
Las entidades bancarias habían cerrado los días anteriores. Para la apertura anunciada del viernes, en una jornada excepcional, no se evaluó el posible desbordamiento de ciudadanos que tratarían de cobrar en efectivo sus pensiones.
Llegado el día, se abrieron los bancos y, sobre todo, en zonas del área metropolitana bonaerense se sucedieron las aglomeraciones desde horas tempranas. «Recorrí siete bancos, pero había colas de cien metros», dijo Óscar Mayoral, jubilado asiduo del Centro Gallego situado en Avellaneda, uno de los lugares donde las aglomeraciones tuvieron mayor repercusión. «Vi que era un desorden total. Gente muy mayor, gente con niños, embarazadas. Ni me bajé del auto», atestiguó Óscar.
Por orden del Banco Central, y siguiendo las restricciones generales que rigen en el país, los bancos no habían abierto hasta este pasado viernes. Muchas personas se agolparon para cobrar sus haberes de marzo, y coincidieron a las puertas de las sucursales con los beneficiarios del monto de 10.000 pesos (142 euros al cambio oficial) ofrecido por el Estado. Visto el resultado de la jornada y el riesgo de los incumplimientos del confinamiento, el jefe del Ejecutivo, Alberto Fernández anunció un cronograma con los nuevos horarios para atender a la gente de forma segmentada.
El problema principal que causó este disparate, más allá de la conocida fragilidad económica en la que viven amplios sectores de población en Argentina y la nula previsión de las autoridades, fue la ausencia de un sistema que permitiese a la gente evitar acudir al banco para cobrar, ya que muchos no son propietarios de tarjeta bancaria o desconocen su uso. «Me preocupa mucho lo que pasó. Aquí eran cuadras y cuadras de colas. Uno de los peores lugares», afirmó Martín Dono, el presidente del Centro Gallego.
Argentina lleva más de quince días viviendo un confinamiento que solo pueden eludir los trabajadores esenciales. «Estamos haciendo el sacrificio enorme de no salir y se equivocan con esto. Estamos bastante asustados», explicó Juan Bouzas, natural de Finisterre. Esta fue la imagen de la jornada por el riesgo que supuso para los ciudadanos y, en especial, para las personas de mayor edad. Además, las múltiples aglomeraciones reavivaron las críticas contra el Gobierno desde sectores opositores.
Hospedaje de emergencia
El Centro Gallego de Jubilados y Pensionados de Avellaneda fue requerido por las instituciones municipales como posible instalación para acomodar a personas que estén viviendo en condiciones precarias, según informó Martín Dono. En caso de que la situación empeore, el centro, bajo gestión del municipio, podría verse convertido en un hospedaje de emergencia.
China no puede llorar a sus muertos
Silencio en recuerdo de las víctimas del COVID-19 y visitas virtuales a tumbas familiares para celebrar el Qing Ming
María Puerto
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China celebró ayer una inusual fiesta del Qing Ming, una de las tradiciones más arraigadas en la sociedad china. Es el día de los difuntos, cuando se acude a los cementerios a recordar a los muertos, limpiar las tumbas y presentar ofrendas en forma de flores, frutas o papeles para quemar simulando billetes de dinero.
Si ha habido un año en que esta fiesta ha tenido un sentido especial, ha sido este en que la epidemia ha provocado más de 3.300 muertos, según las cifras oficiales. El confinamiento no ha permitido que los chinos pudieran oficiar funerales para despedir y llorar a sus familiares.
Las medidas de prevención que prohíben aglomeraciones e instan a mantener la distancia social han impedido las tradicionales celebraciones del Qing Ming. Los cementerios, que durante estos días acostumbran a acumular largas colas de visitantes, advirtieron que prohibirían la entrada. La mayoría directamente cerró sus puertas, y en otros se habilitó un sistema de cita previa, reservando espacio y hora. El objetivo era evitar las reuniones.
El gobierno ha aprovechado la fiesta para decretar un día de duelo nacional en honor a las víctimas del coronavirus. A las diez de la mañana de ayer y con las banderas a media asta, todo el país se paralizó manteniendo tres minutos de silencio mientras sonaron las sirenas, desde las de los coches hasta las de las baterías antiaéreas. Los medios de comunicación chinos viraron al blanco y negro sus páginas webs en señal de respeto.
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En Wuhan se siguió con especial sentimiento el homenaje. El pasado jueves se había anunciado que se otorgaba el título de mártires a catorce personas que murieron luchando contra el coronavirus. Entre ellos, está el médico Li Wenliang, que fue perseguido policialmente por alertar de la epidemia, y otros once sanitarios. Mártir es el título honorífico de más alto rango que otorga el Partido Comunista. El reconocimiento representa un nuevo intento de borrar los errores del inicio de la epidemia, cuando se intentó silenciar el problema.
Desde que se han empezado a relajar las normas de confinamiento en Wuhan, los residentes han empezado a desfilar por las ocho funerarias de la ciudad en busca de las cenizas de sus familiares. Y se han disparado las especulaciones sobre el número de muertos. Las cifras oficiales contabilizan poco más de 2.500 muertos en la ciudad.
El periódico chino «Caixin», un influyente medio económico con delegación en Wuhan, informó acerca de largas colas y un elevado número de urnas. En las redes sociales chinas se ha hablado de, al menos, 7.000 muertos, pero las especulaciones se disparan hasta los 42.000 que calcula Radio Free Asia, un medio financiado por el gobierno estadounidense.
Las autoridades chinas se han empleado a fondo en silenciar los rumores, y las imágenes de las aglomeraciones se han eliminado en Internet. Las medidas de protección han sido la mejor excusa para forzar entierros silenciosos. Funcionarios de la ciudad acompañan a los familiares, uno o dos, a depositar las urnas en los cementerios. Una ceremonia muy alejada de los grandes funerales con los que sueñan los chinos, y que siempre contempla la asistencia de una amplia representación de amigos y familias.
También se alienta a recurrir a la tecnología para celebrar el Qing Ming. Numerosas empresas ofrecen en Internet servicios para recordar a los muertos, que pueden incluir barridos virtuales de tumbas, muros para dejar mensajes y presentar ofrendas a los espíritus e incluso chats para reunirse, a través de las nuevas tecnologías, con la familia a recordar el difunto.